No habrá más fotos grupales de los máximos candidatos de Juntos por el Cambio, al menos en la provincia de Buenos Aires. Quedarán en el pasado las recorridas por el conurbano de María Eugenia Vidal junto con Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta o Miguel Pichetto. La gobernadora bonaerense se propuso encarar en los próximos días una campaña electoral en soledad para buscar lo que parece imposible después de la derrota electoral de las PASO: dar pelea por su reelección. Y lo hará despegando su imagen de la imagen del Presidente.
Se trata de una estrategia electoral que ni Vidal ni sus funcionarios o colaboradores más cercanos admitirán abiertamente. Pero la decisión ya está tomada. La gobernadora bonaerense cree en su fuero íntimo que la derrota electoral por el 49% de los votos de Axel Kicillof y 32% de Juntos por el Cambio se debe en gran medida al arrastre negativo al castigo de la gente a la gestión de Macri.
"Es hora de que juguemos como pensábamos hacer desde un inicio y Marcos Peña y su equipo no quiso: avanzar con las propuestas y con la muestra de nuestra gestión expresada por Vidal sola", dijo anoche a Infobae un encumbrado funcionario de la gobernación bonaerense. El tema se discutió desde el domingo pasado en La Plata tras la dura derrota electoral que golpeó fuerte en toda la administración bonaerense y la reacción posterior de Macri.
En la lectura de los datos de las PASO Vidal rescató una lección importante que sostiene su nueva estrategia electoral: la clase media castigó a Macri y a su gestión en forma automática. No entenderían, de otra manera, por qué en distritos de la primera sección electoral e incluso del interior de la provincia, donde la gobernadora cree haber hecho una buena gestión, que la gente haya votado en contra de Juntos por el Cambio.
Para Vidal y sus allegados, la lectura de las urnas fue diametralmente opuesta a la del Presidente. La gobernadora habló de "escuchar el voto de la gente y atender sus reclamos". En cambio, Macri habló desde el enojo y cargó culpas hacia quienes "votaron mal" con el kirchnerismo. Esta postura tuvo que ser revertida por el propio jefe de Estado, que ayer pidió disculpas por ese mensaje erróneo.
En el entorno de Vidal no solo les cargan las tintas a Marcos Peña, Jaime Durán Barba y a algunos allegados a Macri por un error de visión en la estrategia electoral de no desdoblar los comicios provinciales de la Nación, sino que también empezaron a hablar ya del "posmacrismo". Esto implica fortalecer a figuras que quedaron bien paradas después de las PASO, como lo es el caso del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que ganó con comodidad los comicios del domingo. La visión a futuro de Cambiemos, entienden, necesitará de estas figuras. Incluso Vidal se pondrá en ese pelotón si al menos logra un derrota menos traumática.
En lo inmediato, y desde este esquema de estrategia electoral en soledad, la gobernadora tiene previsto lanzar la semana que viene un paquete de medidas económicas para paliar la crisis cambiaria y atender a los sectores más desprotegidos. Hoy habrá una reunión de gabinete de la gobernadora donde se empezarán a pulir algunas de estas medidas.
Según pudo saber Infobae, entre las propuestas que presentará Vidal como ejes de su administración ante la derrota electoral y la crisis cambiaria se contempla una actualización por inflación de los programas sociales, un aumento en bonos para los estatales provinciales, la actualización del salario docente por la cláusula gatillo y nuevas líneas de crédito para las pymes. A diferencia de las medidas que tomó Macri, en la gobernación bonaerense no creen que se pueda avanzar con reformas impositivas porque para ello necesitará de un aval de la Legislatura que no tiene en estos momentos de campaña.
De todas maneras, en los planes de esta campaña en soledad y ajena a la figura de Macri que se propone encarar Vidal figura un calendario inminente. Esto es: aprovechar hasta el 17 de septiembre en que empieza la campaña para octubre la posibilidad que tiene como gobernadora de mostrar gestión, obra pública y salidas por los municipios para reiterar los logros de su mandato. Luego llegará la veda electoral, que le impide hacer anuncios de gestión. Allí avanzará con recorridas por el conurbano de la mano de intendentes aliados. No quiere funcionarios nacionales en la Provincia.
La idea no es mostrarse como "la gran heroína" como deslizaron algunos funcionarios de la Casa Rosada. Por el contrario, la intención es dar batalla hasta el final pero con su propio capital político. "No tener nada de prestado", graficó un ministro de Vidal. Así, destacó que la gobernadora incluso sacó más votos que Macri en la provincia. El Presidente obtuvo el 29% de los votos frente al 50% de Alberto Fernández en Buenos Aires. Allí, los funcionarios de Vidal señalaron que hubo un corte de boleta de unos 300.000 votantes que podrían potenciar en octubre.
Quienes estuvieron con Vidal en las últimas horas aseguran que está tranquila, que no bajó los brazos y que mantiene el ánimo de su tropa. Pero sabe en su fuero íntimo que la batalla está perdida y que será difícil remontar los resultados de las PASO. Arriesgará de todas maneras. Aunque esta vez lo quiere hacer sola y con libertad de acción. No guarda rencores hacia Macri. Pero está dispuesta a dar la batalla en soledad y con su imagen: "Mejor tarde que nunca", resumió un funcionario muy allegado a la gobernadora.
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