La provincia de Chubut enfrenta una compleja situación económica y financiera que impactó de lleno en el funcionamiento del gobierno de Mariano Arcioni, que ahora demoró el pago de los sueldos a los empleados públicos y enfrenta un paro de actividades por tiempo indeterminado de los gremios estatales. A ese escenario se le sumó la reciente renuncia del ministro de economía, Luis Tarrío, cuyo reemplazante aún no fue anunciado.
Desde el Ejecutivo chubutense le aseguraron a Infobae que la deuda con los empleados estatales es del sueldo de julio. El aguinaldo fue abandonado en forma completa al igual que los aumentos pactados. Lo que resta, aparte del sueldo del último mes, es cumplir con los pagos retroactivos arreglados durante la paritaria.
El gobierno que conduce el peronista Mariano Arcioni anunció que pagará los sueldos de julio en forma escalonada de acuerdo al monto que perciba cada trabajador. Lo hará durante agosto y, probablemente, en septiembre. De un total de 580 mil habitantes que tiene Chubut cerca de 46 mil son empleados estatales.
Aquellos que cobran $40.000 netos verán depositado su sueldo el viernes de esta semana. Los que tengan sueldos de entre $40.000 y $65.000 lo recibirán el viernes de la semana próxima, mientras que los que cobran más de $65.000 recién percibirán su sueldo de julio el último viernes del mes de agosto.
El gobierno chubutense llegó a este conflicto debido a un desfasaje financiero que le impidió cumplir en tiempo y forma con el pago de los sueldos. No es la primera vez que le pasa. En febrero de 2018 Arcioni tuvo que apelar al pago escalona para cumplir con los sueldos. Ese formato duró hasta noviembre. Medio año después tuvo que recurrir nuevamente a esa modalidad.
El Estado provincial se encuentra paralizado. Hay paro de actividades en el sistema de salud, la legislatura, el poder judicial y el sector docente. En los hospitales solo atienden las urgencias y tienen guardias mínimas y en las dependencias judiciales solamente se tramitan audiencias en las que hay prohibición de la libertad.
En los últimos días los empleados estatales llevaron adelante cortes de rutas en lugares estratégicos de la provincia y repartieron panfletos contando la situación que estaban atravesando. En el gobierno provincial entienden que la posición de los gremios estatales "es muy dura" pero aseguran que la intención es "dialogar para poder sobrellevar este momento".
Para enfrentar la situación de crisis que atraviesa la provincia el gobernador convocó a una concertación con sectores gremiales, empresariales y políticos. "Vamos a avanzar en un consenso que permita salir de la situación financiera provincial, minimizando los conflictos", aseguró en las últimas horas.
Arcioni les pidió a los gremios estatales que "actúen con racionalidad, porque es la única manera de salir adelante" y apeló "a la coherencia de todos para acompañar". "Nos gustaría tener herramientas financieras para salir de esta coyuntura, pero hoy no las tenemos, y hay que entender la situación financiera de esta provincia que jamás le ha negado el derecho a los trabajadores", precisó.
El gobernador apela al apoyo de la mayoría de los intendentes, los legisladores locales y los empresarios para evitar que el conflicto escale. Entiende que ese respaldo político, que comenzó a hacerse efectivo en los últimos días, le permitirá atravesar los próximos dos meses, tiempo en el que podría normalizar la situación.
Los motivos de la deuda
Arcioni heredó del gobierno de Mario Das Neves un déficit mensual de 1.000 millones de pesos. Para afrontar las deudas, entre las que estaba la del fondo fiduciario nacional, y achicar el déficit emitía letras del tesoro mes a mes. Así buscó el equilibrio.
La provincia tiene tres ingresos fijos: las regalías petroleras, la coparticipación general y los impuestos de la provincia. Con esa base el Ejecutivo decidió avanzar en un plan de desendeudamiento.
Este mes el gobierno pagó 730 millones de pesos del fondo fiduciario y cerró una deuda total de 5 millones de pesos. Además, en los últimos meses saldó bonos internacionales por un valor de 800 millones de pesos y apeló a reducir, al mismo tiempo, el déficit de la provincia que era de 80 millones de pesos.
A esa bola de deudas y pagos, el gobierno de Arcioni le sumó un aumento cercano al 36% de las paritarias estatales y en julio de este año el medio aguinaldo. Según explicaron desde el Ejecutivo a este medio, antes de julio previeron que el dinero no les iba alcanzar para pagar el aguinaldo y le pidieron autorización al gobierno nacional para emitir letras del tesoro. La Casa Rosada le denegó el pedido.
En el mes de julio al gobierno de Chubut se le juntó una masa salarial 2.600 millones de pesos destinada al aguinaldo y 840 millones que correspondía al pago del fondo fiduciario. Esa deuda fue la que obligó a Arcioni a retomar el método del pago escalonado. El motivo es simple: no tenía fondos para poder soportarlo.
Finalmente, el último jueves el gobierno nacional autorizó al gobierno de Chubut la emisión de letras. La proximidad con las elecciones y la posterior incertidumbre que se creó en los mercados le impidieron al Ejecutivo colar las letras del tesoro y acelerar el pago. En la provincia del sur están convencidos que la crisis pasará rápido y que podrán resolver el momento de tensión a través del diálogo.
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