Alberto Fernández llegó al Instituto Patria a la hora del almuerzo. Mientras conversaba a solas con su compañera de fórmula Cristina Fernández, que acababa de aterrizar desde Río Gallegos, y con Axel Kicillof, el ahora candidato a gobernador, alguien pidió pizza para ellos. Después fueron a comprar una gaseosa cola y otra de lima limón mientras el candidato a presidente hacía un llamado por teléfono y empezaban a comer: "Venite, estamos en el Patria con Cristina y Axel". El invitado a esa mesa chica fue Matías Lammens, candidato a jefe de Gobierno porteño que con 33% de los votos se convirtió en sorpresa en su primera incursión en la política.
Apenas pasadas las dos de la tarde llegó Máximo Kirchner. El diputado subió al primer piso, saludó al trío ganador de las PASO y se fue a otra oficina. A las 14:30 llegó Eduardo 'Wado' de Pedro, diputado, su amigo y operador. "Felicitaciones a todos y a todas por el triunfo", dijo en voz alta mientras subía las escaleras de madera después de abrazarse con varios colaboradores en la planta baja.
Un poco después llegaron dos habitués del instituto: el cineasta Tristán Bauer y el ex secretario general de la Presidencia, Carlos Zannini. Adentro trabajaba atareado Oscar Parrilli, ganador de las PASO a senador de Neuquén, mientras en un living la gata blanca con manchas llamada 'Patria' rasguñaba un sillón.
Cuando el presidente de San Lorenzo recibió el llamado estaba en una actividad deportiva de su hija. Se subió solo a su auto y manejó desde Palermo hasta la zona de Congreso, donde estacionó en un garage a tres cuadras del Instituto Patria. De ida y de vuelta a pie por la calle Bartolomé Mitre, esquivó zanjones de una obra y se sacó decenas de fotos. "Hasta los bosteros te votamos", se alegró un cartonero que trabajaba junto a otro que llevaba una gorra de San Lorenzo. Lo siguió también un joven que le pedía ayuda para medicamentos y otros que también le pidieron fotos. "Ya tengo ganas de seguir la campaña", se entusiasmó al mismo tiempo que dijo que habrá que hacerla con "tranquilidad" por la situación económica que se vive.
La mayoría de quienes fueron precandidatos y ganaron la elección cruzaron llamados durante todo el día. Fernández lo hizo desde el departamento de Puerto Madero donde sólo tomó café con su encargado de prensa Juan Pablo Biondi. Cristina, Kicillof, varios intendentes, gobernadores y Sergio Massa fueron varios de sus interlocutores.
Mañana, aseguran, habrá más reuniones ya que tanto Fernández como Kicillof avisaron a sus colaboradores que hoy tomarían una pausa para verse con Cristina, que pasó el fin de semana en Santa Cruz y no estuvo en el búnker el domingo por la noche. Analizan números finales, evalúan si pueden sumar y, especialmente, la situación económica.
En el Frente de Todos están convencidos de que Fernández sumó un capital político que no tenía al romper el techo cristinista. Lo mismo creen cerca de la ex presidente. En la charla mientras comían pizza se habló de eso, se analizaron los números distrito por distrito y se coincidió en que hay que dar un mensaje "tranquilizador" a los argentinos que votaron por Todos. "El mercado no votó, votó la gente", remarcaron, y todos aquellos que conversaron con Infobae apuntaron que es el Gobierno nacional el que tiene que hacer frente al día de hoy. De todos modos hubo un consejo que, palabras más o menos, fue un pedido de calma porque "hay que pasar esta primera semana que va a ser difícil".
Mientras charlaban, en una pantalla se veía a María Eugenia Vidal en su conferencia de prensa. Las fuentes aseguran que no le prestaron mucha atención.
En las llamadas de ida y vuelta entre los distintos celulares de los máximos referentes del neokirchnerismo se planteó la necesidad de dar un mensaje de "centro" y "tranquilizador". En esa línea habrá varios voceros estos días: Sergio Massa dará por lo menos una decena de entrevistas en radio y televisión, feliz con un resultado que para muchos dirigentes fue más amplio de los esperado en algunos distritos. También Felipe Solá será parte del team mientras que Alberto Fernández dosificará sus apariciones y ejercerá el nuevo poder que le dieron las urnas al convertirlo en candidato a presidente con el 47,65% de los votos. Aseguran además que a Cristina se la vio "muy bien", a Fernández "feliz" y a Kicillof "emocionado" cuando abrazó a sus colaboradores a quienes hoy les dijo que descansen antes de retomar lo que sigue.
En el peronismo también aplicarán una vieja estrategia peronista: que el Gobierno "se mire en su propio espejo", lo que significa que sean los que tomen las decisiones y gobiernen sin interferencias desde el peronismo. "¿Una señal nuestra? ¿En la Rosada esperan una señal nuestra? Son ellos los que tienen que gobernar y tomar decisiones", respondieron a Infobae ante la consulta sobre qué harán o dirán al Gobierno.
En los próximos días se dedicarán no solo a dar un mensaje "tranquilizador" y de "centro" sino también a ampliar la base de sustentación 'albertista'. Incluso en la Ciudad de Buenos Aires donde buscarán mostrar más a Lammens para apuntar directamente a una de las pocas figuras que no perdieron este fin de semana en Juntos por el Cambio: Horacio Rodríguez Larreta. "Ampliar" significa convocar a otros sectores, sociales, económicos y políticos, como el socialismo u otros referentes del progresismo que no estén dentro del Frente de Todos.
Una curiosidad del almuerzo con gaseosa y pizza fue el saludo entre Cristina Fernández y Lammens. Se habían visto por primera vez en Rosario, sobre el escenario en el acto de cierre de campaña, y se habían saludado de lejos con la mano. "Un gusto conocerte", le sonrió CFK esta tarde al darle la bienvenida en el inicio del primer diálogo que mantuvieron.
Seguí leyendo: