Esta madrugada, todavía con el cansancio encima pero eufórico, Alberto Fernández sintió que en octubre se convertirá en el próximo presidente. Está convencido de que no habrá segunda vuelta y que los números de ayer son irreversibles. En las próximas horas se comenzará a definir lo que viene en la campaña, el equipo de gobierno que llevará la Casa Rosada y definirá su equipo económico, según pudo saber Infobae de fuentes calificadas del Frente con Todos y de su círculo íntimo.
Hasta ayer el candidato presidencial del Frente de Todos se negaba a hablar en público y en privado sobre a quiénes convocaría en un futuro gobierno. Tampoco quería dar señales de cuál será su equipo económico. "Primero lo primero que son las PASO, todos los que digan que les ofrecí un cargo es mentira", decía días atrás Alberto Fernández a Infobae.
Ahora, con resultados tan fuertes, todo cambió. Y los tiempos se aceleran abruptamente. Uno de los allegados a Fernández dijo anoche que en el búnker triunfador empezaban a pensar en lo que será la transición con el gobierno de Mauricio Macri hasta diciembre.
Nadie del Gobierno se comunicó con Alberto Fernández hasta anoche. "No nos llamaron todavía", dijo anoche a Infobae Sergio Massa, primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires. Tampoco el candidato presidencial tenía muy claro quiénes serán los encargados de dialogar con los funcionarios de Macri. En las próximas horas se definirá quiénes se sentará con los funcionarios oficialistas, en caso que los llamen, para comenzar a hablar de "una transición ordenada". Sin embargo, la orden que anoche llegó desde la quinta de Olivos para todo Cambiemos es que el presidente Macri no da por perdidas las elecciones y la orden es dar la pelea hasta el final.
Si bien eran optimistas, ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner imaginaron semejante "paliza" (esta es la palabra que usaban todos) electoral en las PASO. Anoche no se hablaba de cómo encarar la campaña, se hablaba de que en diciembre regresan a la Casa Rosada y que hay que prepararse desde ahora. Lo mismo piensa Axel Kiciloff, el otro gran ganador, con un triunfo enorme en la provincia de Buenos Aires sobre María Eugenia Vidal. Aunque en público no lo van a decir, porque no se puede dar por ganada la elección.
Anoche, después de los discursos, hubo una mini cumbre entre Alberto Fernández, Axel Kicciloff, y Sergio Massa para discutir cómo encarar el día de hoy y empezar a definir las próximas semanas. Todavía estaban en medio de la euforia del triunfo.
Alberto Fernández casi estaba sin voz. Había perdido la cuenta de cuántas veces habló con Cristina Kirchner, que siguió desde Río Gallegos el contundente triunfo del Frente con Todos sobre Juntos por el Cambio.
La ex presidente tomará mañana el vuelo de mediodía, según informaron sus allegados a Infobae, y regresa a Buenos Aires para reunirse con Alberto Fernández y empezar a pensar en concreto en la vuelta al poder.
El candidato a presidente del Frente con Todos recibió además decenas de llamados, entre ellos el de Roberto Lavagna, candidato a presidente por Consenso Federal, que quedó tercero en las PASO. No hubo ofrecimientos hacia las elecciones de octubre. Los resultados hicieron que hasta Lavagna casi le hablara a Fernández como si fuera ya el futuro presidente.
Máximo Kirchner estuvo muy cerca de Alberto Fernández y fue uno de los que también planteó que ahora hay que pensar en los equipos de Nación y provincia de Buenos Aires. Otro de los que acompañó fue el candidato a diputado y armador político Eduardo "Wado" de Pedro.
Massa tendrá en un rol muy importante en la campaña hacia octubre, según pudo saber Infobae. Alberto Fernández, anoche, mientras festejaba, decía que no iba a cambiar demasiado la campaña que lo había llevado hasta la aplastante victoria. Muchos no le creían cuando decía en las reuniones previas que todo el aparato del Gobierno en redes iba a fracasar, es decir toda la estructura y el diseño de campaña que maneja el jefe de Gabinete Marcos Peña. "¿Vieron?", decía anoche el candidato presidencial. Igual ni él pensaba que iba a terminar a la madrugada pensando en que ahora debe pensar en el 11 de diciembre. Todos le dicen que los resultados son irreversibles.
El "se siente, se siente, Alberto presidente", todavía le retumbaba en la cabeza.
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