Pichetto cruzó la Argentina para seducir al voto peronista que no apoya al Frente de Todos

El candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio recorrió más de 13.000 kilómetros en treinta días de campaña

Desde aquel 11 de junio en que Mauricio Macri eligió a Miguel Angel Pichetto como su compañero de fórmula presidencial, el senador del PJ pasó de ser un outsider total de la Casa Rosada a convertirse en un pilar fundamental de la campaña de Juntos por el Cambio, no sólo para sumar votos del peronismo sino también para dar una señal de tranquilidad a los mercados y enviar mensajes precisos al establishment de la Argentina.

A lo largo de los 13.322 kilómetros que recorrió Pichetto por la Argentina en el último mes previo a las PASO desplegó toda una estrategia política para convencer en provincias clave al electorado peronista anti kirchnerista de sumarse al frente de Macri. No sólo ello: también el senador del PJ demostró la necesidad de marcar la cancha hacia adentro de Cambiemos en el plano económico con propuestas y promesas de campaña tendientes a poner en marcha desde el 11 de diciembre si el oficialismo gana las elecciones.

"En la próxima etapa de gobierno hará falta una reforma impositiva profunda para atender a los trabajadores de clase media y a las pymes", dijo Pichetto a Infobae el jueves por la tarde cuando cerraba un acto en Misiones con Pedro Puerta, el candidato a diputado nacional de Juntos por el Cambio e hijo del actual embajador en España Ramón Puerta.

Pichetto se mostró muy optimista. Cree que ganarán por uno o dos puntos en las PASO porque, entiende, "hay un peronismo democrático que no soportará otra vez el esquema personalista del kirchnerismo ni la prepotencia de los jóvenes de La Cámpora".

Weretineck, Pichetto y Frigerio en una recorrida por Río Negro

Macri le confió a Pichetto el armado de la campaña en todo lo que tiene qe ver con los contactos con el peronismo. Así, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio estuvo en lugares clave para la recuperación del voto peronista como Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Misiones, Tucumán, Formosa, Salta y Entre Ríos.

En la Patagonia, que es su lugar por definición, Pichetto hizo una dupla permanente con el ministro del Interior Rogelio Frigerio para sumar votos en Río Negro donde logró el apoyo clave de Alberto Weretineck, en Neuquén, Chubut y en la crucial Santa Cruz. En esta última provincia llegó para dar un fuerte apoyo al radical Eduardo Costa que competirá contra Alicia Kirchner y se juega una pelea simbólica del Gobierno: destronar al kirchnerismo en la tierra de Cristina Kirchner luego de 25 años de manejo del poder indiscriminado.

"Debemos reconstruir lazos con el peronismo democrático", fue el latiguillo que Pichetto desplegó en cada salida por las provincias durante sus charlas con referentes del PJ.

Claro que no le resultará nada sencillo a Pichetto y a Macri convencer a los peronistas de algunos distritos históricamente en manos del PJ. Mucho menos después de la estrategia que desplegaron los gobernadores de Misiones, La Rioja o San Juan, por ejemplo, de dar aumento a estatales antes de las PASO para retener el voto peronista.

No obstante, Pichetto está convencido que en muchos de estos distritos el PJ está cansado del esquema verticalista y autoritario de manejo del poder del kirchnerismo. Además, el senador peronista cree que el verdadero poder en un eventual gobierno de Alberto Fernández estará en manos de Cristina Kirchner. "Ella manejará todo y nadie podrá decirle nada", suele decir Pichetto ante Macri. Es que el candidato a vicepresidente conoce a fondo la psicología de Cristina Kirchner y su adiestramiento del poder.

También Pichetto observó en muchos distritos que recorrió como la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe o Córdoba que el voto a Lavagna o Espert es "pura fantasía", según sus propias palabras plasmadas en varios encuentros con dirigentes del PJ. En el fondo, el senador peronista está convencido de que el electorado de Lavagna o Espert terminará entendiendo la necesidad de ser útil para Macri.

Pichetto estuvo el jueves en Misiones para apoyar al hijo de Ramón Puerta

Los vínculos personales

Pichetto generó desde el principio una buena química con Macri. "Parece que nos conocemos hace muchos años", suele decir el senador del Presidente. A la vez, hizo muy buena dupla con Frigerio y ambos lograron, según confiaron a Infobae allegados al ministro del Interior, entablar "una buena amistad más allá de la política". Frigerio encontró en Pichetto a un referente de la política "muy potable y confiable".

También Pichetto hizo buenas migas con el jefe de Gabinete Marcos Peña. Pese a los rumores que hablaban de una relación tirante entre ambos, tanto Peña como el propio Pichetto se encargaron de desterrar esas versiones: "no me puedo quejar ni de Macri ni de Peña ni de nadie del Gobierno, me dieron libertad absoluta para moverme y hablar de todo", dijo el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio a sus allegados.

No parece, al menos desde afuera, existir una buena química entre Pichetto y el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne. De hecho, los planteos del candidato a vicepresidente sobre la economía que viene no cayeron nada bien en el entorno del ministro de Hacienda.

Pichetto habló en sus últimas recorridas de campaña sobre la necesidad de avanzar a fin de año en una reforma impositiva profunda que contemple no sólo un ajuste en Ganancias para aliviar a los trabajadores de clase media sino también a las pymes.

"No se trata de una imposición sino de una necesidad la de darle mejoras impositivas a las pymes para traccionar la economía", dijo Pichetto desde Misiones. A su lado, Pedro Puerta acotó que la reducción del IVA del 21% al 10,5% permitirá que Misiones sea más competitiva frente a Brasil y Paraguay.

Estas definiciones no caen bien en Economía donde Dujovne no se animó aún a hacer una reforma impositiva de fondo. "Hay que hacer cumplir la ley que dice que cada año se debe hacer un ajuste de Ganancias", destacó Pichetto en sus recorridas por el interior a modo de mensaje cifrado para Dujovne y su equipo.

En el medio del camino de la carrera electoral Pichetto perdió aliados históricos del PJ. Fueron los casos concretos de Eduardo Camaño, Cacho Alvarez, Abel Frutos, Oscar Rodríguez o José Navarro de Morón que no lograron colarse en las listas del candidatos de Juntos por el Cambio o difirieron por el esquema de Marcos Peña de hacer campaña. El ex diputado Humberto Roggero, quien comanda el Peronismo Democrático, no pudo contener el éxodo de peronistas que se alejaron de Pichetto pero siguió sumando adherentes.Roggero fue clave para convencer al gobernador de Córdoba Juan Schiaretti de darle su apoyo a Macri.

Pichetto también siguió adelante. Siguió recorriendo el país, sumando voluntades del PJ, arengando como un macrista de la primera hora y proyectándose un futuro promisorio en la Casa Rosada. Después de todo, Pichetto es un fundamentalista de las coyunturas y esta vez jugará a fondo por una causa que cree "salvadora".

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