Mauricio Macri y María Eugenia Vidal llegarán este viernes a Mar del Plata para apuntalar sus candidaturas en un distrito que se presenta indispensable para el Gobierno por al menos dos factores: porque por la cantidad de electores se ubica en el podio bonaerense e incluso por encima de provincias como San Luis, Santa Cruz, San Juan, Río Negro, Neuquén, Jujuy, La Pampa o La Rioja, y porque la interna local entre Guillermo Montenegro y Vilma Baragiola se convirtió en la más atractiva del oficialismo de cara a las primarias.
Cuando los estrategas de la campaña bonaerense de Vidal diagramaron el año pasado el mapa con los 40 municipios prioritarios para tratar de recortar la brecha con el kirchnerismo, ubicaron a Mar del Plata como uno de los fundamentales, más allá del Gran Buenos Aires.
El psicoanalista español Roberto Zapata, pieza clave del equipo de Jaime Durán Barba, se había instalado hace dos meses por unos días en "La Feliz" para testear el humor social de esa ciudad golpeada por la crisis. Zapata, "El doc", desembarcó después en La Plata, otro de los distritos prioritarios para el macrismo: concentra junto a General Pueyrredón y La Matanza la mayor cantidad de electores de la Provincia.
Macri y Vidal reunirán este viernes a los candidatos locales en un acto de campaña en el microestadio del club Quilmes, un evento que contará con la presencia de Montenegro y de Baragiola, a pesar de que la cúpula macrista apoya abiertamente la candidatura del diputado.
Hace una semana, el ex juez recibió en una confitería tradicional frente a la playa a Elisa Carrió, en el marco de la presentación de su libro Vida a tres escolleras de Cristina Kirchner, que hacía lo propio con su obra Sinceramente. Carrió siempre tuvo buena aceptación en Mar del Plata.
Según los números que desmenuzan en el campamento del PRO, Montenegro está "palo y palo" con la dirigente radical. Al diputado lo sigue a sol y sombra Alejandro Rabinovich, un dirigente que se formó en la militancia junto a la líder de la Coalición Cívica y que habla a diario con Federico Salvai, jefe de gabinete y operador de Vidal.
Son, con sutiles diferencias, las mismas cifras que manejan en el comando de campaña de Baragiola, cuyo equipo es liderado por el ex intendente Daniel Katz, uno de los primeros radicales que se entusiasmó con la concertación K impulsada por Néstor Kirchner hace más de una década.
Sin internas en la mayoría de los distritos bonaerenses, la primaria entre Montenegro y Baragiola concentró toda la atención del macrismo provincial, justo en una de las localidades de mayor incidencia electoral: cuenta con 573.206 votantes, apenas por debajo de la capital provincial, con 587.583, y muy detrás de La Matanza, con 1.117.330.
Mar del Plata presenta, además, otra peculiaridad: es la única ciudad gobernada por la coalición oficialista cuyo intendente, Carlos Arroyo, cortó el vínculo con la cúpula vidalista desde hace un largo rato. Para la Provincia, Arroyo es, desde hace rato, "vecinalista".
La ciudad balnearia fue al inicio de la gestión Macri un destino hostil para el jefe de Estado: en su primer año, en el 2016, lo recibieron con pedradas en un evento en el que participaba junto a la gobernadora. Fue la primera de las alertas de la custodia presidencial que, en los siguientes años, fue vulnerada en una decena de oportunidades. Su última visita a "La Feliz" fue en el verano para la reinauguración de un hospital.
Desde este jueves, Miguel Ángel Pichetto espera por Macri y por Vidal en la ciudad costera.
El Gobierno necesita sí o sí descontar la brecha con Cristina Kirchner y Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires. En Casa Rosada, de hecho, se entusiasmaron en las últimas semanas con un eventual repunte bonaerense del Presidente, que sembró en el Conurbano sus más altos niveles de impopularidad.
Para la última semana de campaña, Juntos por el Cambio reservó Vicente López para el cierre previo a las PASO, una localidad en la que, a pesar del favoritismo oficialista, también se perdieron votos. La crisis del programa económico pegó hasta en las ciudades más afines.
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