El próximo Presidente de la Nación –Mauricio Macri si es reelecto o Alberto Fernández si gana, los principales candidatos según las encuestas– tendrá que cubrir cargos clave para la justicia. Y también para la política. Son asientos en los que se deciden las causas por corrupción de los ex y actuales funcionarios.
El perfil de los postulantes puede cambiar si quien tiene que nombrarlos es Macri o Fernández y por la disputa electoral los nombres que ya propuso el actual mandatario están frenados, tendencia que parece que continuará hasta el próximo gobierno. Entre los cargos a cubrir hay 11 que tienen especial relevancia.
Procuración General de la Nación
Su titular es el jefe de los fiscales nacionales y federales. Su rol es desde el mes pasado central porque comenzó a regir el nuevo Código Procesal Penal que establece el sistema acusatorio en el que la investigación penal está en manos de los fiscales.
El cargo está vacante –interinamente lo ocupa Eduardo Casal– desde diciembre de 2017 cuando renunció Alejandra Gils Carbó. Macri propuso a Inés Weinberg, jueza del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Buenos Aires al que llegó durante la gestión de Macri como jefe de Gobierno, pero su pliego está parado en el Senado que debe aprobar su nombre. Es porque el peronismo puso reparos y no da los votos para aprobarlo, esenciales porque tienen la mayoría.
En esa situación está desde mediados del año pasado pero el oficialismo no retiró la postulación. Si Macri es reelecto podrá volver a insistir en la negociación política con el nombre de Weinberg. Si Fernández gana podrá retirar la postulación y proponer a otra persona.
Comodoro Py
En la avenida Comodoro Py 2002 está el edificio judicial que desvela al poder. Son los jueces federales de la Capital Federal que tienen a su cargo las causas de corrupción. Y también el manejo de los tiempos de esos expedientes. En Comodoro Py hay siete lugares sensibles que el próximo presidente deberá cubrir: dos en la Cámara Federal, que revisa todas las investigaciones, y cinco en los Tribunales Orales Federales, los encargados de los juicios.
Los siete cargos están ahora bajo concurso en el Consejo de la Magistratura de la Nación, el órgano encargado de la primera etapa de la selección de los jueces nacionales y federales. La segunda corresponde al Poder Ejecutivo y la aprobación final del candidato al Senado.
En la Cámara hay hoy cuatro jueces –Martín Irurzun, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens (los tres últimos designados por Macri)– y dos vacantes. El concurso por esos lugares está parado en el Consejo. El diputado del Frente para la Victoria Eduardo "Wado" De Pedro tiene demorado desde diciembre pasado la entrega del puntaje de los antecedentes de los candidatos.
"Es muy difícil que ese concurso se termine este año", le dijo a este medio uno de los consejeros que trabaja en el tema. El dato no es menor. Si el concurso concluye y el Consejo manda al Poder Ejecutivo la terna de candidatos, el Presidente solo puede elegir entre esos nombres a su postulante. Eso condiciona las opciones que son más cuando el concurso está en trámite.
El concurso para los tribunales orales está más avanzado. Ya está el orden de mérito de los postulantes. Si hay acuerdo político en el Consejo la terna podría aprobarse este año. Pero por las elecciones es difícil que el Senado dé acuerdo. Allí impera una lógica política: "¿Por qué aprobar jueces que propone un gobierno cuando los puede proponer el que viene?".
La llegada de los nuevos jueces a los Tribunales Orales Federal no cambiará en nada a los juicios que ya se están haciendo. Pero sí a los que todavía no empezaron o para las causas que no llegaron a esa etapa. Es que si bien los tribunales tienen una composición puede haber recusaciones o excusaciones que hagan que se debe designar un nuevo integrante en los tribunales orales.
Esos nuevos magistrados tal vez no sean centrales para las causas contra funcionarios del kirchnerismo pero sí para los del macrismo en caso que las investigaciones que tienen en trámite avancen y lleguen a juicio. Por eso la importancia de quién los nombre.
Justicia electoral
En la justicia electoral hay dos cargos vacantes de suma importancia. Uno en la Cámara Electoral. El concurso ya terminó y el Gobierno tenía la intención de proponer para el cargo a Hernán Goncalves Figueiredo, actual secretario del tribunal. El peronismo –clave en el Senado– había dado su aprobación. Pero la UCR pidió por Alejandra Lázaro, también secretaria de la Cámara. En esa disputa, el gobierno todavía no mandó el nombre que tal vez deba esperar hasta el próximo Presidente.
El otro lugar es el juzgado federal 1 de La Plata que además de investigación penal tiene la competencia electoral del distrito más importante del país. El primer lugar del concurso fue para Alejo Ramos Padilla, juez federal de Dolores que investiga la causa de espionaje ilegal. Pero el Gobierno impulsa a Laureano Durán, cuyo nombre ya fue al Senado a propuesta de Macri. "Fue un pedido de María Eugenia Vidal", cuentan en el Consejo. Es porque Durán fue el juez electoral subrogante en las elecciones de 2015 en las que Vidal ganó la gobernación y en el oficialismo reconocen que el entonces magistrado tuvo un muy buen trato con la fuerza política que le disputaba la elección al fuerte peronismo bonaerense.
Durán presenta una particularidad. Su postulación podría ser bien vista también por un gobierno de Fernández. Es porque fue designado juez electoral subrogante en 2015 a instancias del entonces gobierno de Cristina Kirchner y en ese momento la oposición –UCR y PRO– lo tildaron de "juez kirchnerista". Además, cuando el Consejo aprobó la terna en abril los representantes del peronismo no objetaron su nombre.
Otros cargos
En Comodoro Py hay una vacante más y otra que podrá generarse en los próximos tiempos. Una es el juzgado federal 12 que dejó Sergio Torres cuando asumió a fines de mayo como juez de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires. El Consejo está definiendo el jurado que analizará a los postulantes para llamar a concurso por ese cargo.
El otro es el juzgado federal de Daniel Rafecas, quien está postulado para ser juez de la Cámara Nacional de Casación Penal. Si eso ocurre, dejará su juzgado de Comodoro Py.
Se trata de dos lugares fundamentales porque allí se investigan las causas de corrupción.
En el senado hay más de 100 candidatos a jueces, fiscales y defensores oficiales que esperan su aprobación. Por la pelea electoral todo quedó en suspenso, aunque la semana pasada se aprobaron 11 pliegos. Eran nombres sobre los que no había controversia.
Pero respecto a otros todo indica que habrá que esperar a la continuidad o al cambio de gobierno. El bloque del kirchnerismo objetó con firmeza tres nombres y varios senadores del peronismo se plegaron a dejar todo stand by.
Esos nombres fueron propuestos por Macri y son los de Germán Manuel Moldes, candidato a la Cámara Federal de San Martín e hijo de Germán Moldes, fiscal de la Cámara Federal y fuerte crítico de las políticas judiciales del kirchnerismo y que impulsó la investigación por la firma del memorándum con Irán que terminó en un juicio oral en el que será juzgada Cristina Kirchner; Juan Rodríguez Ponte, postulado para el juzgado federal 2 de Lomas de Zamora y actual titular de la oficina de escuchas judiciales de la Corte Suprema y a donde el kirchnerismo apunta por las filtraciones a la prensa de comunicaciones judiciales; e Ignacio Mahiques, con pliego para ser juez federal de Mercedes y que fue uno de los fiscales que investigó a la ex presidenta en las causas de la obra pública, Hotesur y Los Sauces, en las que está procesada y en juicio.
Al igual que con el caso de Weinberg, si Macri es reelecto esas postulaciones se podrán reactivar. Pero si gana Fernández esos nombres tendrán destino de retiro. Siempre que un gobierno llega es común que retire del Senado los candidatos que mandó el que sale. Eso hizo Macri cuando asumió en diciembre de 2015 y revisó los candidatos que había dejado Cristina Kirchner, entre ellos dos postulantes para la Corte Suprema de Justicia.