La intimidad de la sesión de fotos de Axel Kicillof y Verónica Magario con 104 precandidatos bonaerenses

La fórmula del Frente de Todos convocó a los precandidatos de los distritos donde hay PASO. En el tramo final buscan multiplicar su imagen en las redes

Kicillof, Martin Carnaghi de Chacabuco y Magario en el estudio del PJ Nacional

"¡Jesiiii! Control de calidad", rogó Axel Kicillof a su asesora de prensa, que de inmediato se acercó y miró las fotos que acababan de tomarle al precandidato a gobernador con Mayra Mendoza. La precandidata a intendenta de Quilmes, referente de La Cámpora, fue de las primeras en llegar al Consejo Nacional del PJ en la calle Matheu donde después de acreditarse los invitaban a esperar en el microcine. De camisa blanca y jean, aguardó mientras ensayaba poses delante de una pared totalmente blanca.

"¿Con saco o en camisa?", pidió consejo Kicillof tras elogiar el estudio montado para la ocasión. Finalmente posó con camisa azul.

En un rincón conversaban el jefe de campaña y ex funcionario de la Cancillería Carlos Bianco con Carlos 'Cuto' Moreno y el presidente del PJ provincial Fernando Gray, que ofició como 'dueño de casa' y organizador de la sesión a la que se invitó a precandidatos a intendentes que enfrentarán PASO dentro del Frente de Todos y precandidatos que buscan suceder a un intendente propio que no va por la reelección, como ocurre con Gustavo Arrieta en Cañuelas y Francisco Durañona en San Antonio de Areco. Excepto en Moreno, donde Walter Festa tiene adversario interno, los que van a Primarias son opositores en sus distritos y tienen la batalla más difícil contra 64 intendentes de Cambiemos; entre ellos Martiniano Molina en Quilmes; Néstor Grindetti en Lanús; y Víctor Aiola en Chacabuco.

Mayra Mendoza, la favorita K en Quilmes

Con Mayra Mendoza hubo fuerte abrazo al inicio y al final de las imágenes que tomaron dos fotógrafos. Dos asistentas marcaban en las planillas los nombres de los que iban posando, mientras algunos aprovechaban un descuido para tomarse selfies y pedir un video al precandidato. "Él no me deja", se quejó sonriendo Patricia Añaños cuando Kicillof accedió a grabarle un mensaje. Bianco, el señalado, intentaba controlar el tiempo para evitar demoras entre una foto y otra. "Voy a ser la primera mujer intedenta de Magdalena", le dijo Añaños a Infobae absolutamente convencida.

De camisa celeste y pullover del mismo color, Mariano Pinedo, precandidato a intendente de San Antonio de Areco, abrazó a Kicillof y le sonrió. "Vení, parate un poquito adelante mío", lo acomodó el economista, que apoyó su hombro izquierdo detrás del hombro derecho del hermano de Federico Pinedo, senador nacional por Cambiemos. No hubo una sola mención al vicepresidente provisional del Senado.

Mate, selfies, bromas y videos

Mientras los precandidatos ingresaban, alguien le acercó un mate a un Kicillof ya experimentado en estas lides que enseñó a varios, como hizo con Pinedo, la pose de cercanía. "Mirate", le ofreció a Marisa Fassi, precandidata a intendenta de Cañuelas, cuando terminaron de tomarles las fotos. Ella se miró, no le gustó y repitieron rápidamente las tomas.

Entre los fotografiados hubo de todo. Algún precandidato tímido que lo saludó con admiración pero sin hablar mucho. Otros como Iván Villagrán, de Carmen de Areco, que sacó una boleta y le pidió foto extra. Carlos Rocha, de General Guido, olvidó quitarse el cartelito con su nombre en el pecho y Kicillof se lo sacó. Ariel Succurro de Salliqueló, precandidato de unidad, abrió una bolsa y empezó a mostrarle todo lo que le quería regalar: dulce de leche, salamines y hasta un cuchillo para asado. Fue el que más tiempo se quedó con el precandidato antes de que le pidieran que fuera a buscar un paquete de afiches y 'paleros'. Kicillof no se apuró: estaba contento con los obsequios que prometió probar. Conversó él, y después varios de los que pasaron por el 'estudio' con Federico Achával, de Pilar, que dio un panorama de cómo el oficialismo está haciendo fuerte campaña para la reelección de Nicolás Ducoté.

Un ‘retoque’ bajo la mirada atenta de Jessica Rey, la jefa de prensa del precandidato a gobernador

Otro que pasó fue Ricardo Ciminelli, precandidato por la Lista 4 de Chacabuco, que llegó acompañado por Tomás Domínguez, hijo de Julián Domínguez, el ex presidente de la Cámara de Diputados que perdió la interna con Aníbal Fernández cuatro años atrás. "Ya está por volver y estará a full en la campaña", avisó su hijo sobre el viaje que hizo a México el dirigente bonaerense.

La mayoría de los intendentes bonaerenses del PJ que van por su reelección ya se habían sacado fotos con Kicillof y con Verónica Magario, e incluso con Sergio Massa y otros integrantes de la lista de diputados nacionales en la ciudad de La Plata. La jornada de este jueves 25 tuvo el triple objetivo de estimular el contacto personal de la fórmula con los 'sin tierra; entregarles material de campaña como afiches y hasta los padrones y enviarles luego sus fotos, sacadas por profesionales y con la misma estética de las boletas, para ser viralizadas y llenar las redes con la imagen del precandidato a gobernador y la precandidata a vicegobernadora que se sumó luego.

A pesar de la velocidad con la que iban pasando los distintos dirigentes, hubo tiempo para bromas. Cuando llegó el concejal de Brandsen Fernando Luis Raitelli, uno de los cinco precandidatos en esa localidad, Kicillof amagó a subirse a una especie de cordón sobre la base de la pared que tenía detrás y empezó a reírse de la situación. El amague le gustó y posó parado sobre el taco de madera, lo que le permitió quedar cabeza con cabeza con el precandidato más alto. Raitelli aprovechó a 'manguearle' por anticipado: "Si llegás a ser gobernador te voy a romper mucho porque Brandsen tiene poca población pero muy amplio territorio, son 700 kilómetros de caminos rurales y el hospital se lleva mucho del presupuesto", avisó. "Me interesan los desafíos", le retrucó el aspirante a gobernador.

Estrategia y larga charla con Verónica Magario

Antes de que terminara el turno matutino se sumó Verónica Magario, precandidata a vicegobernadora. Con tono casi maternal, la intendenta de La Matanza le preguntó a Kicillof si quería descansar un rato. Él respondió que no mientras ella se maquillaba y tomaba unos mates; como a su compañero de fórmula, solo le pusieron base, corrector de ojeras y un polvo para quitarle el brillo.

Dos municipios con primaria competitiva para Todos separaron a sus precandidatos: de La Plata, la única que se tomó fotos en el turno mañana fue Florencia Saintout; de Lanús, el concejal y ex diputado Edgardo Depetri, el favorito a nivel nacional que lleva a Nicolás Russo como primer concejal. Logró sumar además al ex ministro de Justicia Julián Álvarez, de La Cámpora, y al ex intendente Darío Díaz Pérez. Uno de sus adversarios, el sindicalista Víctor De Gennaro, pasó después de las 13. Todos coincidieron en que tienen una pelea difícil contra el intendente Darío Grindetti de Cambiemos.

Al mediodía hubo un recreo. "¿Vamos más rápido caminando o en auto?", preguntó dos veces Kicillof, que no había ni mirado la hora ni usado el celular durante toda la sesión. "Vamos en auto", le propusieron. El ex ministro se fue con un secretario mientras Magario se sentó en un rincón a hacer llamados por teléfono.

Un rato antes de la una, Kicillof entró con entusiasmo y mostró, autoelogiándose, el corte de pelo. El misterio sobre su salida quedó develado: se sentía incómodo con su pelo y se había escapado hasta una peluquería a metros del Congreso. Desde hace un tiempo cambió el estilista de su barrio por esta peluquería donde se cruza con vecinas de su lugar de trabajo. Pagó $350 el recorte y regresó al PJ más relajado y gracioso para continuar otra hora y media de fotos hasta completar los 104 precandidatos bonaerenses.

Magario lo tomó de la mano y se lo llevó a conversar a su rincón mientras tomaban un vaso de gaseosa y comían un sanguchito. Ahí terminaron de acordar una recorrida para el lunes por La Matanza junto con Alberto Fernández.

Cumpleaños y fotos con el equipo de trabajo

Fernando Gray, presidente del PJ e intendente de Esteban Echeverría, organizó la sesión de fotos

La sesión siguió con tres tomas: la primera foto del precandidato o precandidata con Kicillof; la segunda con él y Magario, y la tercera solo con la intendenta de La Matanza. Para ordenar mejor a los que llegaban, el equipo de Gray armó una pared con tres estanterías blancas detrás de la cual estaban las luces, fotógrafos y precandidatos. "Sin abrazarse, sin abrazarse", se escuchaba cada tanto mezclado con la voz de la precandidata a vicegobernadora alentando, "vamos compañero, fuerza compañera", decía según quien se acercara.

Mientras era el turno de Magario, Kicillof se asomaba a través de las estanterías y recibía a cada precandidato. Aprovechó ese minuto con cada uno para conversar.

Los platenses llegaron todos con pedidos. Primero pasó Guillermo Escudero; después Federico Martelli, el único de traje y corbata y finalmente Victoria Tolosa Paz vestida de blusa roja, pullover y bufanda del mismo color, que propuso sumarse a la campaña a sabiendas de que la estrategia es que las principales figuras visiten ese distrito, como algunos otros, recién después de las PASO. "Yo quiero ir, tengo un libro para presentar", respondió Kicillof, a lo que Tolosa Paz insistió con que vayan antes del 11 de agosto. Se retiró alentando a Magario y prometiéndole de regalo una cadenita con su inicial, la "V", como la que llevaba colgada en su cuello.

Distendido, aunque le confesó a Infobae que prefiere salir de recorrida y hacer campaña en la calle antes que posar para las fotos, Kicillof aplaudió a un precandidato que se quitó el pullover para las imágenes. "Vení, la vicegobernadora te lo tiene", agregó Magario, acomodada en su rol mientras sostenía el abrigo del dirigente del interior bonaerense.

Además de De Gennaro, Agustín Balladares, de Lanús, tuvo sus fotos en el turno tarde. Llegó con regalo: un equipo de mate hecho de cuero de una curtiembre de Lanús, "uno de los sectores más afectados por la política económica", recordó al darle el obsequio a Kicillof, que agradeció y elogió efusivamente.

"¿Cómo vamos?", preguntó varias veces el precandidato. "Vamos compañero", alentó Magario en más de una ocasión a los visitantes. Los dos charlaban apenas unos minutos con los representantes de los distintos distritos y en algunos casos les grabaron videos con mensajes improvisados.

"La gente está desilusionada, tenemos que dar soluciones, mostrarles que hay futuro", arengó a varios el ex ministro de economía. Su compañera de fórmula les pidió hablarle a los adultos mayores: "Hay que decirles que tengan mucha fuerza, se merecen el reconocimiento de haber trabajado toda la vida y tener una vida digna. También hay que darle esperanza a los niños, jóvenes y adolescentes, hay que decirles que vamos a poner en marcha a esta provincia".

La mayoría se mostró con esperanza, incluso los que no creen que puedan ganar. Otros se elogiaron: "Voy a ser la sorpresa".

Jorge "Chapo" Fernández, otro de los precandidatos de Bragado, llegó con una enorme sonrisa pero ante la pregunta sobre su campaña respondió: "Acá estamos, remando en dulce de leche". De inmediato se definió muy feliz de poder hacer campaña y su expresión sonriente contradijo su comentario sobre el esfuerzo que le toca hacer.

Desde Salliqueló Kicillof recibió dulce de leche, salamines y un cuchillo de regalo

Cuando no quedó nadie más en la fila ni dentro del salón ni en el pasillo que lo conecta con el microcine, Kicillof y Magario se sentaron a conversar con Cuto Moreno y Carlos Bianco para coordinar el desembarco del lunes en La Matanza. "Esperemos un rato por si viene alguien más a sacarse fotos", coincidieron. Pero antes de irse invitaron a todos los que trabajaron durante poco más de tres horas a posar con ellos como si fueran candidatos.

Finalmente les sacaron varias fotos a Kicillof y Magario juntos. Ella, un poco más alta, apenas inclinó su cabeza sobre la de él para quedar a la misma altura.

Hubo una última foto de Kicillof con Juana, la hija de una de las asistentes del Consejo del PJ. La niña cumplió 10 años este jueves y acompañó a su mamá a trabajar.

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