Vidal aceptaría el debate con Kicillof, pero sería después de las PASO

La Gobernadora considera que podría ayudarle a recortar la distancia con el candidato del kirchnerismo

María Eugenia Vidal en un acto junto a Martín Lousteau (Foto: Nicolás Stulberg)

"Por supuesto que estoy dispuesto a debatir. Pero no hay predisposición al debate por parte de María Eugenia Vidal". Esa frase del precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicilof desató una discusión hacia el interior del equipo de campaña de Vidal, que o descarta un debate con el ex ministro de Economía, aunque sería después de las PASO del 11 de agosto, confirmaron a Infobae fuentes cercanas a la mandataria bonaerense.

"Quiere hacer una campaña sin hablar del desastre que hizo. El gobierno intenta asociarme con cualquier cosa con tal de ensuciarme, no tienen nada bueno para mostrar por eso atacan", agregó Kicillof en el comienzo de esta semana entrevistado en la radio Futurock, donde también aseguró que "la gobernadora debería empezar a hablar de la situación que pasa la provincia de Buenos Aires".

Tras los dichos de Kicillof, desde el entorno de la Gobernadora analizan avanzar con un eventual debate con el precandidato que hoy figura liderando la mayoría de las encuestas sobre intención de voto en la provincia de Buenos Aires. Si bien está todo en estado embrionario, si se termina dando sería después de las primarias y antes de las elecciones generales de 27 de octubre.

Por otro lado, sin importar qué precandidatos bonaerenses superen el piso del 1,5% en las PASO, el debate ideal para el oficialismo bonaerense sería solamente entre Vidal y Kicillof, y el principal objetivo del vidalismo será recortar la eventual ventaja que sacará en las primarias, que hoy ronda los 5 puntos porcentuales a menos de tres semanas de las elecciones primarias.

Axel Kicillof (Foto: Maximiliano Luna)

Por su parte, desde la campaña de Kicillof aseguraron a Infobae que el ex Ministro de Economía estaría dispuesto a debatir con Vidal, pero no solo con la actual gobernadora, tendrían que participar todos los demás candidatos "en condiciones igualitarias".

Esta novedad que es considerada por el equipo de campaña de la mandataria bonaerense es una de las tantas estrategias con las que apuntan a achicar la distancia entre los dos candidatos en un distrito en el que no hay segunda vuelta: el que más votos cosecha, estará a cargo del Eejcutivo bonaerense desde diciembre.

En un eventual debate, que para el entorno de Vidal podría generar más beneficios que problemas para la actual gobernadora, la mandataria buscaría profundizar la estrategia de concentrar la discusión en torno al rechazo que genera en una parte de la sociedad cualquier dirigente sospechado de kirchnerista.

Pero más allá de que avance o no esta idea, Vidal estuvo reforzando su campaña en los últimos días de la mano de la aparición en sus actos de distintas figuras de Juntos por el Cambio, como Martín Lousteau, Elisa Carrió, Miguel Pichetto y Horacio Rodríguez Larreta. Cada uno de esos dirigentes apunta a distintos votantes: a grandes rasgos, la segmentación pasa por mostrarse junto a Lousteau para atraer al electorado joven y universitario; recorrer ciudades con Carrió con el objetivo de seducir a la clase media que se preocupa por la corrupción; fotografiarse con Pichetto para enviarles un guiño a los votantes peronistas no kirchneristas; y hasta lanzar la incorporación de cámaras de seguridad en colectivos acompañada de Rodríguez Larreta en una localidad del primer cordón del conurbano, donde el jefe de Gobierno tiene mejor imagen.

Estas apariciones de otros dirigentes del oficialismo junto a Vidal están relacionadas con el intento de su equipo de campaña de que antes y (sobre todo) después de las PASO, la candidatura de la actual mandataria bonaerense pueda atraer votos que en las primarias se pueden llegar a inclinar por los postulantes de Roberto Lavagna y José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires.

De esta forma, el vidalismo calcula que un aumento en el porcentaje de participación entre las PASO y las generales (en 2015, casi un millón de personas que no había salido de su casa en las primarias sí votó en las elecciones de octubre); un debate que le permita polarizar con Kicillof; y "robarle" votos a los candidatos de Lavagna y Espert (entre 2 y 4 puntos) podrían alcanzarle a la gobernadora para lograr su reeleción.

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