Tras una larga carrera en el periodismo, la flamante candidata a vicejefa de Gobierno porteño por el Frente de Todos, Gisela Marziotta, dejó su programa de radio y sus columnas en gráfica para dedicarse full time a la política.
Si bien no es su primera campaña electoral -en 2017 fue candidata a diputada por Unidad Ciudadana-, asegura que no dudó en aceptar el ofrecimiento de Alberto Fernández porque le "entusiasma" participar de un espacio amplio junto a dirigentes como Pino Solanas y Victoria Donda
"Estos doce años nos dejaron más de 7.200 personas en situación de calle y 600 mil pobres en la ciudad más rica de la Argentina", señala en relación a los mandatos como jefe de gobierno porteño que protagonizaron Mauricio Macri (8 años) y Horacio Rodríguez Larreta (casi 4 años).
Marziotta no enfrenta una tarea fácil: junto a Matías Lammens como candidato a jefe de Gobierno del Frente de Todos, buscarán derrotar a Juntos por el Cambio en su principal bastión electoral.
-¿Cómo viene la campaña?
-Bien, tomando intensidad a medida que se acercan las fechas. Igual, es una campaña que va a ser muy larga porque tenemos una primera instancia de las PASO, después las elecciones generales y finalmente la segunda vuelta. Así que esto viene para largo.
-El jefe de campaña de Rodríguez Larreta, Eduardo Macchiavelli, dijo que la elección se va a basar un 80 o 90% en la gestión local. Por su parte, el Frente de Todos está haciendo mucho hincapié en las cuestión económica nacional, ¿crees que se van a terminar imponiendo los temas económicos?
-Creo que es imposible, teniendo en cuenta la magnitud de una elección presidencial, que no se debata la agenda que marca lo nacional. Es imposible alejarse de esa situación. Además, porque la política nacional que aplica el macrismo tiene consecuencias inmediatas sobre lo local. La ciudad de Buenos Aires hoy tiene una situación y unos índices de pobreza, indigencia y de gente en situación de calle que son, por un lado, la consecuencia de las políticas nacionales del macrismo y, por el otro, la consecuencia de 12 años de macrismo en la Ciudad. Es la combinación. Creo que no hay posibilidades de que se deje de lado a la agenda nacional, o por lo menos es lo que vamos a intentar que se debata con Matías Lammens.
-Parece una campaña donde las dos principales fuerzas no hablan del mismo tema. El oficialismo habla de gestión y obras, y la oposición de la situación económica. No hay un tema en común sobre el cual discutan…
-Bueno, después va a estar buenísimo cuando se dé el debate real entre los candidatos. El debate va a llevar a que se planteen los temas reales y concretos sobre los que hay que trabajar. Independientemente, ese es el desafío y es lo que hay que aprovechar de las campañas: instalar los temas de los que no se habla el resto del año. Me parece que es una oportunidad para dejar de hablar de las macetas y de la foto que muestra el gobierno porteño. Hay que hablar sobre qué hay detrás de esa foto, que es linda pero lo que hay detrás no está bueno. Estamos hablando de indicadores que son los que nos llevaron a Matías y a mí a ser parte de la búsqueda de un cambio en la Ciudad después de 12 años de macrismo, que nos dejaron más de 7200 personas en situación de calle y 600 mil pobres. Estamos hablando de la ciudad más rica de la Argentina. Y ni hablar de los chicos que no tienen vacantes y de lo que pasa en los hospitales públicos. Hay problemas reales sobre los que no solo hay que hablar sino que hay que pensar una solución en función de que son urgencias que tiene la ciudad, independientemente de la foto linda que te vende el oficialismo.
-¿Qué hablaste con Alberto Fernández cuanto te hizo la propuesta? ¿Qué te pidió? ¿Pusiste alguna condición?
-Yo no puse ninguna condición porque el espacio al que me convocaron me entusiasma muchísimo, por eso dije que sí inmediatamente a la propuesta. Me entusiasma porque tiene representantes de distintos sectores como Pino Solanas, Victoria Donda o el mismo Lammens, que viene de una gestión en un club de fútbol, de hacerse de abajo en base a su propia voluntad. Somos un equipo que quiere ponerle la sensibilidad que le falta al gobierno para poder solucionar los problemas de la Ciudad. Yo no puse ningún tipo de condición porque el espacio ese ya me convocaba de por sí y además confluye en la figura de Alberto Fernández de una forma que genera justamente este tipo de consensos. Puede haber diferencias entre los actores que integramos este espacio, pero son menores porque estamos todos de acuerdo en cuanto al diagnóstico nacional, al diagnóstico en la ciudad y en cuanto a lo que hay que hacer para solucionar las cosas. Entonces no tenemos diferencias de fondo, las diferencias pueden ser de cosas que pasan a ser triviales.
-Estas últimas semanas hubo algunos choques con el periodismo. ¿Cómo lo evaluaron? ¿Son errores en medio de una campaña?
-No, el análisis mío tiene que ver más con el conocimiento que tengo de Alberto, yo trabajaba bastante en Casa de Gobierno cuando él era jefe de Gabinete y la verdad es que siempre fue una persona que tuvo la mejor relación con el periodismo. También me parece que se termina haciendo un análisis de reacciones humanas. Todos somos personas y en algunos momentos tenemos reacciones que pueden no ser indicadas u oportunas en ese momento. Yo no justifico el maltrato ni mucho menos, pero me parece que no suma nada en este momento donde tampoco hay que desviar el foco, porque si se termina debatiendo sobre las reacciones no se habla de los problemas reales, que es lo que a la gente le importa. El otro día hablaba con pibes más jóvenes, lo de 16 que ya votan, y nos decían que en sus casas se vivía clima de crisis, que se veía en la heladera, porque había cosas que ya no tienen o porque ya no están las mismas marcas. Hay que hablar de cómo solucionamos esto con políticas nacionales y de qué contención le vamos a dar desde la ciudad de Buenos Aires. E insisto, es una ciudad que tiene plata, no tiene un problema económico. El tema es qué hacés con ese dinero y dónde lo ponés.
-Justamente el Frente de Todos hace campaña hablando de las prioridades y poniendo el énfasis en la educación y la salud pública. ¿Ese discurso tiene llegada con el porteño? ¿O cómo se explican los altos niveles de apoyo que tiene el gobierno si el panorama es tan complicado como ustedes dicen?
-En la última elección, en 2015, quedó claro cuando fueron a la segunda vuelta contra Martín Lousteau que casi la mitad de los porteños no está de acuerdo con el macrismo.
-Pero tampoco votaron una oposición dura, a tal punto que Lousteau ahora es parte de la alianza oficialista.
-Sí, claramente ahora hay un sector enorme de la ciudad que se quedó sin su representación porque Lousteau es Macri también. Larreta es Macri y Lousteau es Macri. Ahora, pasaron cuatro años de ratificación de una política económica en la ciudad y de una política insensible que viene desde hace 12 años.
-En 2017 también había crisis económica y Cambiemos hizo una gran elección en la Ciudad. Por eso antes preguntaba si es un discurso con llegada en un distrito con mucha gente de ingresos medios y altos.
-No es un discurso que tenga que llegar, lo que llega es la realidad, el problema real. La Ciudad tiene tres millones de habtantes, más de un millón alquila y a más de la mitad de los que alquilan, cuando paga el alquiler y los servicios no le queda para pagar la canasta básica de alimentos. Se empieza a consolidar una realidad: fuiste perdiendo libertad. Te recortaron la posibilidad de elegir. Esto es enormemente grave. También me parece grave la perpetuidad de una fuerza política, me parece que la alternancia consolida la democracia.
-Es algo que todos dicen pero después no aplican, el kirchnerismo buscó cuatro períodos consecutivos a nivel nacional y el macrismo -que también planteaba la necesidad de alternancia- ahora intenta seguir en la ciudad…
-Yo lo dije siempre como periodista, es una posición que no voy a modificar. Por supuesto, después está la voluntad popular que hay que respetar y acompañar. Pero mi postura siempre fue la de la alternancia, pero con políticas de Estado también. Hay cuestiones que no deberían cambiar porque un gobierno cambie, hay cuestiones para mantener más allá del color del gobierno de turno, como la educación y la salud. Eso es lo que no pasa. Ojalá lleguemos a la madurez democrática de tener esos acuerdos y que no entremos en la chicana durante la campaña, porque me parece que en este momento es una falta de respeto a la gente. Yo vivo en la ciudad de Buenos Aires, mis hijos va a una escuela pública y fue una decisión que tomé porque creo que todo se modifica desde adentro y porque creo que la calidad de la educación también la hacemos las mamás y los papás que somos parte de esa comunidad educativa. Me pasan las mismas cosas que le pasan a cualquier vecino. Por eso, cuando hablamos de la sensibilidad tiene que ver con que son cosas que también nos pasan. Nadie nos las cuenta. Por eso digo que no es un discurso, es lo que pasa. Cuando le preguntás a cualquier vecino cuál es el principal problema te contesta que la inflación, pero ese es un tema nacional; en la Ciudad es la seguridad.
-La seguridad suele ser un tema difícil para el progresismo que busca alejarse de las posturas de mano dura. ¿Cuál es la propuesta del Frente de Todos?
-Ayer una vecina de Almagro me decía que no hay policías, que no se los ve. El tipo de robo del que más hablan es el arrebato. Lo que el vecino te pide es más presencia, porque les da cierta seguridad que el policía esté dando vueltas. Con eso ya le garantizás esa mínima seguridad que te está pidiendo. Y por otro lado la institución policial tiene que recuperar la confianza de los vecinos, para que además después hagan las denuncias. Si no es muy difícil después aplicar políticas públicas. La denuncia sirve para que el gobierno pueda saber qué es lo que se necesita, cuáles son las zonas más peligrosas y los tipos de delitos que se cometen. Después están las causas más profundas que tienen que ver con cuando vos no contenés, cuando hay una sociedad que deja afuera a un montón de gente, cuando tenés pibes que están en la calle porque no pueden ir a la escuela. Con toda esa situación social, obviamente que la inseguridad va a ser mayor. Tenés que aplicar una combinación de una política nacional, que tenga consecuencia en lo local, y además políticas locales para que tengan impacto directamente en los barrios. Lo que yo sí reconozco que está muy bien es que la Ciudad ya tiene el manejo de la policía. Eso es central, eso no se modifica y está bueno que se sepa, no hay ninguna posibilidad de que se pierda el control
-Es lo que dice la Constitución, no hay mucho lugar para hacer algo diferente.
-Se debería cumplir más con lo que dice la Constitución. Está muy bueno que se esté cumpliendo con esto, pero no se cumple, por ejemplo, con el tema Educación. Se tienen que garantizar las vacantes desde los 45 días hasta terminar la secundaria. Sabemos que no se cumple.
-Hace un año parecía que la elección iba a ser de tercios, pero el espacio del centro colapsó y se vieron beneficiados tanto el oficialismo como el kirchnerismo. Si bien tanto desde el Frente de Todos como desde Cambiemos fomentaron esa polarización, ¿quién crees que se benefició más?
-No me gusta pensarlo en términos de beneficios de espacios políticos, si no parece que es una especulación. Los vecinos se beneficiaron en términos de que se pudo lograr un espacio, que es el Frente de Todos, que está pensando en solucionar esos problemas con sensibilidad, que está pensando en el problema real para ver cómo se puede cambiar y volver a ordenar un poco la Ciudad después de 12 años de macrismo.
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