Macri tiene el voto de la comunidad judía, seduce a los evangélicos y pelea por el apoyo católico

El Presidente asume que Alberto Fernández puede ganar las PASO y desplegó una estrategia electoral que le permita acortar las distancias en la primera vuelta

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Mauricio Macri y el papa Francisco: dos miradas distintas sobre el poder y la política.
Mauricio Macri y el papa Francisco: dos miradas distintas sobre el poder y la política.

No es un secreto de Estado, pero en Casa de Gobierno se maneja la información con reserva: Mauricio Macri sumará muchísimos votos de la comunidad judía, logrará que los evangélicos apoyen con esmero a la fórmula oficialista y apelará a un dogma de fe para lograr que la oposición católica no kirchnerista respalde a la coalición Juntos por el Cambio después de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).

La verdad revelada

Macri tiene una relación fría y distante con Francisco. Y su decisión de permitir el debate del proyecto de legalización del aborto profundizó las diferencias con Santa Marta. El Papa selló la boca de los dirigentes peronistas que viajaban al Vaticano, pero no hará nada para facilitar la campaña presidencial de Macri.

En la campaña electoral de 2015, los curas y obispos bonaerenses recomendaron a su feligresía que votaran por María Eugenia Vidal. Enfrente estaba Aníbal Fernández, y el mandamiento llegó desde Roma sin atenuantes: los católicos debían apoyar a la candidata de Cambiemos y empujar a Fernández hasta el Noveno Círculo de Dante.

Y así ocurrió: miles de votos se conquistaron en las iglesias y las sacristías, y Vidal ganó los comicios en la provincia de Buenos Aires. Es cierto que la gobernadora tiene excelente relación con Francisco, pero el Papa no moverá una sola pieza para beneficiar a Macri y su eventual reelección.

Francisco no está de acuerdo con la política económica del Gobierno, consideró una afrenta presidencial que se abriera el debate por la Ley de Aborto y no le gustó que Cambiemos haya cerrado acuerdos proselitistas con ciertos líderes evangélicos que pusieron candidatos propios en las listas de diputados nacionales.

Macri sabe del pesar y los cuestionamientos en Santa Marta. Pero el Presidente busca su reelección en la tierra y tiene un argumento básico para convencer a la grey católica que apoyará a José Luis Espert, Roberto Lavagna o Juan José Gómez Centurión en las PASO: "Si no me votan, gana Cristina", alegará cuando se acerque la primera vuelta electoral.

El Presidente asume que los votos católicos que sostendrán en las PASO a Lavagna, Espert y Gómez Centurión se transformarán en "votos útiles" cuando calculen que su rechazo al oficialismo significaría un apoyo directo a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner.

Entonces, el cálculo es simple y se asienta en un hecho histórico, acorde a lo que explican en Balcarce 50: la grey católica es "gorila" y preferirá que gane Macri al eventual regreso de CFK a la Casa Rosada.

Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, la fórmula presidencial del Frente de Todos
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, la fórmula presidencial del Frente de Todos

La comunidad judía y los evangélicos

Macri tomó la decisión política de considerar a Hezbollah una organización terrorista -Argentina es el único país en América Latina-, tiene relación personal con el premier israelí Benjamín Netanyahu e hizo lo indispensable para evitar que la denuncia del fiscal federal Alberto Nisman contra CFK quedara archivada para siempre.

Esta política de Estado, que facilitó también la inclusión del país en la agenda global, determinó que la comunidad judía apoye la reelección de Macri. El respaldo al candidato oficialista no implica que haya un aval directo al programa de gobierno, pero en la comunidad judía prefieren enfrentar esta crisis financiera que ver por televisión la jura de presidencial de Alberto Fernández.

A diferencia del voto de la comunidad judía que suma en los centros urbanos, los pastores evangélicos tienen influencia en las zonas pobres del conurbano bonaerense, exhiben buena sintonía con Macri, no desatienden sus relaciones institucionales con Fernández y están conectados con sus colegas de Brasil, que integran la cercanía ideológica del presidente Jair Bolsonaro.

Macri necesita los votos evangélicos para derrotar a Fernandez-Fernández de Kirchner y cerró un acuerdo proselitista que se ejecutó en la lista de legisladores porteños y de diputados provinciales de Buenos Aires: Dina Rezinovsky va octava en Capital Federal y Gabriel Mraida ocupará el puesto decimoquinto en las listas bonaerenses.

Es poco probable que Rezinovsky y Mraida obtengan una banca, pero sus nombres están ahí a cambio de un apoyo de los evangélicos a la campaña presidencial oficialista. Es la primera vez que Cambiemos hace este acuerdo político con pastores que conocen a fondo la provincia de Buenos Aires.

No es una cuestión de fe. Macri quiere jurar como presidente el próximo 10 de diciembre.

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