Una década después de sucedidos los hechos aparecen testigos que revelan hechos que suman datos a lo que ya se sabía: Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte durante seis de los 12 años de gobierno del kirchnerismo, compraba bienes con dinero que no podía justificar.
Jaime está siendo enjuiciado por el delito de enriquecimiento ilícito. Y uno de los bienes que está bajo investigación judicial es un lujoso departamento de la avenida Figueroa Alcorta al 3000 que fue adquirido en 2009 por una firma llamada Clamarán. La sociedad, presidida por Daniel Álvarez Picasso, quien revistaba en la secretaría de Transporte de la que Jaime se había ido –por sospechas de corrupción- en julio de 2009, pagó unos USD 450.000 por el departamento.
La escritura la hizo Luis María Allende, quien era el escribano de confianza de Manuel Vázquez, el principal testaferro y hacedor de negocios oscuros de Jaime. Allende declaró este lunes ante el Tribunal Oral Federal 6, el mismo que juzga a Jaime -condenado y preso por la Tragedia de Once- por el delito de enriquecimiento ilícito. La acusación en el juicio la lleva adelante la fiscal Gabriela Baigún.
El fiscal Carlos Rívolo, que investigó en primera instancia el enriquecimiento de Jaime y lo elevó a juicio oral y público, consideró que uno de los bienes que no pudo justificar el ex funcionario fue el departamento de Figueroa Alcorta. Cuando fue procesado por el juez Sebastián Casanello, ese bien fue incluido en la lista de los que Jaime había adquirido a través de testaferros. Es por eso que Álvarez Picasso también está siendo enjuiciado como prestanombre junto a Jaime y Vázquez, entre otros.
Jaime quería viviera en ese lujoso departamento, pero no podía justificar de dónde había sacado el dinero para comprarlo. Entonces Vázquez armó el entramado societario para evitar que los rastros llegaran al por entonces millonario ex funcionario. Antes de ser presidida por Álvarez Picasso, la sociedad Clamarán había estado encabezada por dos indigentes de la ciudad de La Plata. Luego de comprado el departamento, la presidencia de la sociedad pasó a manos de una paseadora de perros búlgara llamada Nina Lozeva que vivía en La Plata. Lozeva -lo confirmó un testigo en el juicio- era novia de Álvarez Picasso y está prófuga. Se fue del país -se presume que a Bulgaria- antes de que se iniciara el juicio donde está acusada de ser testaferro de Jaime.
La escritura se pospuso en dos ocasiones. La seña de USD 30.000 la había pagado Silvano del Carmen Mazzucchelli, una especie de cadete de Vázquez que apareció en varias operaciones de compra de bienes para Jaime. Mazzucchelli también está en juicio.
La hipótesis de los investigadores judiciales es que Jaime se iba a mudar a la calle Figueroa Alcorta y que aparecería como inquilino de la empresa fantasma -creada por ellos mismos- que sería la dueña del departamento.
La suspensión de la escritura se debió a que no tenían decidido a nombre de quién hacer la compra. Finalmente, el 16 de noviembre de 2009 se hizo la operación. Allende, que había hecho muchas escrituras para Vázquez -antes y después de que se relacionara con los negocios ilícitos de Jaime-, aportó varios detalles.
En su declaración de este lunes ante el Tribunal Oral Federal 6, Allende terminó de cerrar la hipótesis que tenía a Jaime como personaje central, pero no había sido ubicado personalmente en ninguno de los trámites concernientes a la compra del departamento.
Allende señaló que en una ocasión se reunió con Vázquez para ultimar los detalles sobre la escritura. Situó aquella reunión en el Hotel Sofitel que estaba en la calle Arroyo, donde- en las épocas de los millonarios negocios que manejaba con Jaime- Vázquez tenía oficinas. Allí se reunieron el escribano con su viejo conocido Vázquez y se sumó Jaime, quien fue consultado sobre el modo de hacer la escritura.
El escribano también explicó que los USD 42.0000 que faltaban para completar la compra los llevó en efectivo al banco donde se hizo la escritura Julián Vázquez, hijo del testaferro senior y también sometido a juicio oral y público.
El testimonio de Allende lo ubica a Jaime en la compra del departamento de la avenida Figueroa Alcorta en el que el ex funcionario soñó vivir. No pudo porque lo descubrieron. De haberlo logrado, podría haber sido vecino de algunos de los empresarios que, a través de coimas -documentadas en varios expedientes- hicieron de Jaime un hombre rico.