Cristina Kirchner está preocupada por un posible fraude en las próximas elecciones. Recién llegada de Cuba, la ex presidenta transmitió ayer a sus allegados en Río Gallegos que hay que avanzar en las presentaciones judiciales para exigir al gobierno de Mauricio Macri las garantías necesarias destinadas a lograr comicios transparentes.
Hay una inquietud creciente entre los principales candidatos del Frente de Todos, según se precisó a Infobae en esa coalición política. El titular del Partido Justicialista, José Luis Gioja, y el titular del peronismo bonaerense, Fernando Gray, son los encargados de hacer las presentaciones en la justicia electoral, junto con el apoderado del PJ, Jorge Landeau.
A fines de 2018, el presidente Macri modificó por decreto el sistema de transmisión de datos para el escrutinio provisorio, y la empresa SmartMatic ganó la licitación para realizar ese proceso clave para los comicios.
Por primera vez en 22 años, la empresa Indra no será la encargada de realizar el recuento provisorio en los comicios. Lo hará la empresa Smartmatic, fundada por venezolanos, que ganó una licitación y hará el conteo en las PASO, las presidenciales de octubre y eventualmente en noviembre si es que hay balotaje.
La empresa elegido en su prueba piloto sólo pudo recolectar información del 33 por ciento de las mesas. Hubo en el simulacro de votación problemas de conectividad y demoras en las notebook que son las que se van a usar en las PASO, para las que faltan tan sólo 27 días.
Esto encendió las alarmas en el PJ, que exige reglas de juego limpias y volver al sistema que siempre hizo el Correo Argentino. "Sabemos que sacaron a toda la gente del correo. Cambian todo y nosotros queremos que nos muestren cómo van a cargarse los datos. Todavía no lo hicieron", se quejó ayer ante la consulta de Infobae Oscar Parrilli, ex secretario general de la Presidencia de los Kirchner.
Parrilli acompañó ayer a Río Gallegos a Cristina Kirchner en la presentación de "Sinceramente". Mañana ya estarán de regreso en el Instituto Patria para definir el tramo final hacia las PASO.
CFK y su equipo trabajará en las próximas horas en la presentación que hará el PJ para garantizarse la transparencia de las elecciones. En muchas elecciones fue el peronismo el acusado de ser el manipulador de los datos de los comicios.
Un caso emblemático fue el de Luis Juez que en 2007 denunció y acusó al su entonces rival y hoy gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, de haberle robado la elección. "Ganamos y nos acaban de robar la elección. Me preparé para perder y no para que me roben", dijo en aquella oportunidad Juez en la puerta del correo cordobés.
Ahora la posibilidad de una manipulación de datos preocupa a Cristina Kirchner y a los principales candidatos del Frente de Todos que lidera como candidato presidencial Alberto Fernández.
La diputada kirchnerista Fernanda Vallejos presentó un proyecto, acompañada por otros diputados del Frente para la Victoria, para revocar el contrato con la multinacional Smartmatic porque -alega- tiene "pésimos antecedentes y acusaciones de fraude en Filipinas y en otros países".
La principal ofensiva del Frente con Todos será en la Justicia, aunque no hay casi posibilidades que algo cambie cuando falta tan poco para las PASO. Por eso, hay preocupación y en los próximos días el tema será un eje de campaña.
Este complejo asunto institucional además cobra otra dimensión porque sólo en privado se admite que las elecciones están reñidas. Macri y Vidal se entusiasman con las encuestas que reciben y los colocan por encima de sus opositores, luego de que hace unas semanas la tendencia fuera al revés.
Cristina Kirchner no es tan adicta a las encuestas como sí lo era su esposo Nestor Kirchner. Quienes la acompañan en estos días aseguran que prefiere "la encuesta de la calle", que es la verdadera, según su visión. "Las otras, casi siempre se equivocan", suele añadir la ex presidenta.
Otro dato relevante para Cristina Kirchner y Alberto Fernández es cómo el macrismo subió el tono de la campaña. Desde Horacio Rodríguez Larreta, que no suele destacarse por sus declaraciones combativas, María Eugenia Vidal y hasta el propio Presidente que endureció su discurso electoral, todos decidieron apuntar sin vueltas a sus rivales y a las principales figuras del Frente con Todos.
A este tema se refirió ayer Cristina Kirchner en la presentación de su libro en Río Gallegos."Me tiene preocupada la campaña sucia y muy violenta que del Gobierno", afirmó. Ni ella ni Alberto Fernández van a contestar directamente las acusaciones del Gobierno.
"Eso muestra que no están tan seguros de ganar como dicen. Hacen declaraciones para el FMI. Pero la gente está harta. Todos los días cierra una empresa y los precios nos bajan", analizó un vocero de la ex presidenta.
La orden a todos los comandos de campaña ayer fue apuntalar a Axel Kicillof, candidato a gobernador bonaerense. El mensaje fue también para algunos intendentes bonaerenses, que resisten la figura de Kicillof. El ex ministro de Economía es uno de los principales blancos del oficialismo. En especial de Elisa Carrió, que focalizó sus críticas hacia el candidato opositor.
Ayer el propio Presidente en un acto de campaña dijo que no imaginaba un nuevo mandato sin Vidal en la provincia. "Nosotros estamos para ganar esta elección en la Nación y con Axel en la provincia", aseguró Alberto Fernández a su equipo de confianza. Confían en que pueden dejar afuera a Macri y a Vidal.
La campaña de Cristina Kirchner va a continuar en un segundo plano. Esto quiere decir que recorrerá algunas provincias y distritos bonaerense sólo con la presentación de su libro. Según pudo saber Infobae, sólo cerca de las fecha de las PASO podría hacer alguna aparición con Alberto Fernández, Axel Kicillof y Sergio Massa.
¨Está tranquila, entusiasmada con las recorridas con el libro y convencida de que pueden ganarle a Macri y a Pichetto¨, dijo un colaborador de confianza de la ex presidenta.
No habla con nadie sobre cómo le fue en su visita a su hija Florencia, que está bajo tratamiento en La Habana. Es un tema delicado, que no comparte casi con nadie, salvo con Máximo, su hijo mayor y quien tiene el mayor peso político para tomar decisión. Después de su madre, claro.
A Cristina Kirchner ya no le dicen más "La Jefa" o "La Señora", ahora en privado todos le dicen "Ella".
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