Una vez por semana cinco hombres y una mujer se sientan en la misma mesa. En el centro: Axel Kicillof y Verónica Magario, la fórmula para la gobernación. A ambos lados Sergio Massa, precandidato a diputado nacional; y los intendentes Jorge Ferraresi, por el kirchnerismo; Martín Insaurralde en representación de una parte importante de intendentes del Conurbano y Fernando Espinoza, diputado nacional y candidato a intendente de La Matanza. Además tienen un grupo de WhatsApp en el que intercambian mensajes, aunque algunos prefieren resolver con un golpe de teléfono.
Esta semana el encuentro fue el miércoles por la mañana en la oficina de Ferraresi, en Avellaneda. Fue la segunda reunión de "mesa chica", sin contar el asado que compartieron todos ellos con Cristina Fernández. Fue en aquella ocasión, precisamente, donde conformaron el grupo al que se suma Máximo Kirchner a la distancia y en comunicación con cada uno de ellos presencial o en forma remota. Su rol "físico" es apuntar al voto joven, para lo cual ya estuvo varias veces en Quilmes, Lomas de Zamora y otros municipios en actos convocados, generalmente, los viernes o sábados.
Cuando se realizó la segunda sesión de la "mesa chica" todavía desde Juntos por el Cambio no habían apuntado sus críticas contra Kicillof. Por eso hablaron más de estrategia electoral, de política y de los roles que cada uno tendrá y sobre seguridad, un tema con el que Massa ha hecho punta cada vez que se presentó a una elección y al que los principales referentes del Frente de Todos bonaerense intentan poner en debate.
Coincidieron en el reparto de roles entre las principales figuras para consolidar cada cual sus votos propios y ampliarlos con sus repectivos perfiles. Algo similar se aconsejaba a esa hora en un salón de la calle México, donde el equipo de Alberto Fernández convocó a precandidatos y voceros para pedir que no se enojen con quienes votaron por Mauricio Macri sino que busquen convencerlos, atraer a los desencantados, acercar a la clase media y proponer un mensaje propositivo, de esperanza, hacia un futuro mejor que tenga por hacedor al presidenciable opositor.
Magario, entre pymes y fábricas
Si bien esta vez la charla de los seis apuntó especialmente a las propuestas de seguridad, que se están elaborando y se plasmarán en algún evento conjunto, volvieron a conversar sobre los roles. La dama tiene a su cargo la difícil batalla en el Conurbano, donde la imagen de Cristina Fernández y de la propia Magario aparecen más atractivas para una parte importante del electorado lo que se expresó a través de afiches donde no figuraba Alberto Fernández. Por eso próximamente podría haber alguna presentación de CFK, que hace diez días no se muestra físicamente en público. Excepto por tres tuits, la ex presidenta no ha hablado desde que partió a Cuba y lo hará recién este sábado en Río Gallegos en la presentación de Sinceramente, su libro. Magario no sólo incluirá la problemática de la seguridad en su discurso sino, como los principales precandidatos, la situación económica y el impacto de la política actual sobre las pymes. Por eso en sus recorridas no faltan pymes ni fábricas.
Magario recorrió varios medios de comunicación y varios municipios: este viernes estuvo en San Fernando con Luis Andreotti, del Frente Renovador, y con su hijo Juan que es candidato a sucederlo. También estuvo en Pilar con Federico Achával, concejal y candidato a intendente; en Esteban Echeverría con Fernando Gray; en Almirante Brown con Mariano Cascallares y en José C. Paz con Mario Ishii, Kicillof y los intendentes de la Primera Sección, región donde concentrarán gran parte de los esfuerzos. Todo eso hizo la precandidata a vicegobernadora en menos de 48 hs.
La ruta de Kicillof y la estrategia de Massa
El jueves con Ishii también estuvo Kicillof, que ahora se rota entre el Conurbano y los municipios del interior de la provincia. Estuvo y estará en los grandes centros urbanos como Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata y gran parte del interior, que suman el 14% del padrón nacional: el equivalente a Córdoba más Santiago del Estero, por ejemplo.
El economista y precandidato a gobernador no sólo se enfocará en la economía, aunque en los últimos días estuvo ocupado también en defenderse de las críticas del María Eugenia Vidal.
Massa ya acordó rotarse con ellos. Coordina su agenda especialmente con Kicillof y su discurso apunta a temas como seguridad, pymes y jubilados, entre otros. En ese esquema, volvió a compartir una visita con el precandidato a gobernador en San Fernando, pero también cruzó a Malvinas Argentinas, donde no ahorró elogios para el joven K Leonardo Nardini, con quien inauguró un Centro de Operaciones: "La inversión en 1.200 cámaras, estaciones de control, luminarias led y lectoras de patentes son ejemplo de cómo con políticas serias se puede cuidar y proteger al vecino", resaltó el precandidato que impulsó tecnología similar en sus tiempos de intendente de Tigre. E hizo un gesto más: a Malvinas fue con Malena Galmarini, su esposa y precandidata a diputada provincial. "No podemos vivir con miedo", agregó en el marco del discurso acordado con la 'mesa chica'.
El resto de los integrantes de la mesa aportan al discurso político y a la táctica provincial. Pero también se concentran en sus respectivas reelecciones en Avellaneda, Lomas de Zamora y La Matanza. De ellos, Insaurralde es el enlace con Máximo Kirchner, con quien el sábado pasado compartió una actividad de entrenamiento de fiscales. En la semana además viajó a Mar del Plata y se fue hasta Hurlingham para acompañar a Alberto Fernández en algunas de sus actividades en Buenos Aires.
"La mesa chica es el ejemplo de la unidad", afirmó una persona allegada a los precandidatos. Otro reconoció que por ahora, el mayor desafío a pesar del entendimiento, es "cómo ensamblar los equipos".
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