El límite político está dispuesto por las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). Si Francisco anuncia que regresa a la Argentina, será antes de las PASO para evitar suspicacias políticas. Y si no lo hace, aunque el Papa sueña con volver a su tierra, es poco probable que retorne al país en el 2020.
El Papa tiene decidido viajar a Japón y al Sudán en 2020, y si viene a la Argentina debería ordenar su inclusión en la agenda oficial del Vaticano. La agenda papal no es inquebrantable, aunque su modificación implica una noria burocrática que puede irritar hasta al Santo Pontífice.
En este marco, Francisco debería anunciar su viaje antes del comienzo de las vacaciones de verano en el Vaticano y de la realización de las PASO en la Argentina. El Papa no toma descanso y se queda en Santa Marta, pero los burócratas papales necesitan mover los procedimientos habituales para evitar inconvenientes protocolares en un viaje al exterior.
Y en cuanto a la política doméstica, el cálculo del Papa es obvio y fácil de explicar: si la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner triunfa en las PASO, y él anuncia su regreso a posteriori, esa decisión será leída como un apoyo tácito a la propuesta electoral del peronismo.
En cambio, si Macri y Miguel Ángel Pichetto ganan las presidenciales, el anuncio papal del regreso significará que hay una apuesta tácita a evitar que Cristina y su nominado Alberto vuelvan a la Casa Rosada en diciembre de 2019.
Francisco no hizo las paces con Mauricio Macri y está harto de la manipulación que sufre por parte de ciertos operadores políticos que responden a Cristina Fernández de Kirchner. El Papa no puede negar una estampita o un rosario -que Guillermo Moreno o Amado Boudou exhiben con devoción pagana-, pero ejecuta su escarmiento silencioso cuando piden regresar a Santa Marta.
Frente al límite temporal y político que implican las PASO y las vacaciones de verano en Europa, ciertos indicios papales o litúrgicos permiten especular con un regreso de Francisco antes de que concluya el año 2020.
Francisco, Magallanes y Elcano
El Papa tiene una excusa eclesiástica y litúrgica para volver, si desea obviar por un instante las explicaciones políticas. Se cumplen 500 años de la primera misa celebrada en territorio nacional y se organiza el "Congreso Mariano Nacional" que será celebrado en Catamarca. Ambos eventos sucederán en abril, un mes que es clave para Francisco por la celebración de Semana Santa en el Vaticano.
El primero de abril de 1520, en la festividad de Domingo de Ramos, Hernando de Magallanes ordenó al sacerdote español Pedro de Valderrama que oficiara la Santa Misa. Magallanes estaba en el sur del continente protagonizando una expedición financiada por la corona española, que pretendía abrir una ruta comercial desde el océano Atlántico al océano Pacífico.
El sacerdote español Valderrama ofició la misa en la actual localidad de San Julián (Santa Cruz), y ese acto religioso cumplirá 500 años el próximo primero de abril de 2020. En San Julián hay mucha expectativa y Jorge Ignacio García Cuerva -obispo de la diócesis de Río Gallegos- hasta logró que Francisco apareciera en un video casero haciendo referencia a la misa del primero de abril de 1520.
La expedición fue completada por Juan Sebastián Elcano, que navegó con la Victoria hasta Sanlúcar de Barrameda. Se trata de la primera embarcación que dio la vuelta al mundo. Sucedió el 6 de septiembre de 1522.
El argumento litúrgico de los 500 años fue evaluado en Santa Marta y en Santa Cruz. Y es poco probable que sirva para garantizar la visita del Papa a la Argentina. Francisco tiene que celebrar Domingo de Ramos en el Vaticano, y si volviera por los 500 años de la misa en San Julián, su visita sería relámpago y dejaría sin consuelo a millones de fieles en toda la Argentina.
Además está el Congreso Mariano Nacional, que se hará en Catamarca e implica la adhesión a los 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen del Valle en la gruta de Choya. Si Francisco tuviera que decidir entre Santa Cruz y Catamarca, es muy probable que optara por visitar a los 109 obispos que viajarán para venerar a la Virgen del Valle en la gruta de Choya.
Francisco quiere volver. Y piensa regresar en 2020. No sería para los 500 años de San Julián, ni para los 400 años de la Virgen del Valle. El Papa ya marcó su calendario personal y sueña con la primavera porteña, tras completar sus viajes previstos a Japón y Sudán, donde colaboró para sellar una paz en permanente fragilidad.
Las PASO están convocadas para el 11 de agosto. Antes de esa fecha, por acción u omisión, se sabrá si Francisco regresa a la Argentina. El único país del Cono Sur que aún no visitó desde que llegó al Vaticano.
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