Desde Curitiba – "Para mí fue una alegría verlo a Lula", se entusiasmó Alberto Fernández, el candidato presidencial del Frente de Todos. Acababa de salir de la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba donde el ex mandatario brasileño está detenido desde el 7 de abril pasado. Al ex canciller Celso Amorim, quien acompañó a Fernández en la visita, le brilló la sonrisa: "Tuvimos una conversación muy animada", declaró a los periodistas que aguardaban frente al local. De hecho, la hora de diálogo que Fernández compartió con el ex gobernante de Brasil (2003-2010) tuvo su foco en el momento político y económico actual que viven tanto Brasil como Argentina. El propio Amorim describió: "Hablaron de la desindustrialización que padecen nuestros dos países".
El precandidato peronista insistió en que "la prisión de Lula no nos pasa desapercibida. Soy un profesor de derecho penal en la Universidad de Buenos Aires, donde enseño hace 35 años y veo con mucha preocupación ese proceso. Tal vez el gobierno de Brasil no advierta que es una mácula muy fuerte al estado de Derecho. Me preocupa mucho que estas cosas ocurran en nuestro continente". Tal como le había dicho antes a Infobae, en una entrevista que dio en las puertas del local de detención, Fernandez repitió: "Tengo gran cariño y respeto por el ex presidente". A juzgar por la aglomeración de periodistas a la salida de la cita, pudo ver que había logrado uno de sus objetivos: "Trato de llamar la atención contra situaciones de irregularidades judiciales, de prisiones cont ra opositores", como declaró a este medio.
En la misma línea, en la conferencia de prensa posterior, aseguró: "Voy a estar al lado de Lula todo lo que sea necesario hasta que el sistema judicial entienda que hay que respetar los derechos y las garantías de los ciudadanos. Y espero que esta detención termine cuanto antes. Brasil no merece tener esa mancha, no lo merece el pueblo brasileño". Notablemente abrigado por las bajas temperaturas reinantes en Curitiba, Amorim reveló que Lula "estaba muy emocionado con esta visita". El ex ministro se refirió a Fernández como alguien a quien conoció en las épocas "en que estábamos todos juntos". Y celebró la "verdadera solidaridad" demostrada por el ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner al hacerse presente en la capital paranaense. "El presidente Lula quedó muy tocado con eso. Éramos todos amigos. Lula le dijo a Alberto: su primera tarea es ganar la elección en la Argentina. Porque con su gobierno tendremos la esperanza de la vuelta de la democracia en América del Sur". Las palabras del ex presidente revelan hasta qué punto también recaló en Brasil la famosa "brecha" y la no menos célebre "polarización". Ocurre que ese discurso es exactamente el opuesto al desplegado por el actual jefe de Estado Jair Bolsonaro, y por su ministro de Relaciones Exteriores Ernesto Araújo, para quienes en caso de no ser reelecto Mauricio Macri , "la Argentina será una nueva Venezuela".
El diálogo con Lula abarcó el tema internacional del momento: el acuerdo político entre el Mercosur y la Unión Europea. El ex presidente juzgó que ese pacto político puede encerrar "riesgos de desindustrialización" regional. Los periodistas le hicieron precisamente esa pregunta a Fernández y él reiteró lo que ya le había mencionado a este medio: "No se trata de rechazar un acuerdo, por el contrario. De hecho, con Celso, cuando él era canciller y yo era jefe de Gabinete, en Viena comenzamos las negociaciones. Pero la impresión que tengo, por lo que se conoce, es que ese acuerdo fue anunciado precipitadamente para que Macri pueda aparecer con un logro en su campaña electoral". El candidato se formuló un interrogante: "¿En qué consiste este acuerdo? No lo sabemos. Pero si es tal como se describió hasta ahora, entonces condena a la Argentina a un proceso de desindustrialización".
No se le pasó por alto a la prensa qué puede ocurrir con estas definiciones si efectivamente Fernández llega a la presidencia. "¿Cómo hará para convivir con Bolsonaro?", indagaron los periodistas. Fernández respondió: "Respetamos a Bolsonaro como presidente de Brasil que fue elegido por el voto mayoritario de sus ciudadanos". A Infobae, el candidato peronista le había dicho también que no comulga con "la política del patoterismo".
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