En una escena impensada hasta hace poco, Axel Kicillof y Sergio Massa compartieron el protagonismo en un encuentro en La Plata donde participaron cerca de 60 intendentes de la provincia de Buenos Aires. Fue el retrato de una familia peronista ensamblada después de una década siguiendo distintos caminos.
El acto se convirtió en el respaldo público de los jefes comunales a la cúpula peronista que tratará de desbancar a la gobernadora María Eugenia Vidal. Una muestra de fuerza y unidad en el camino hacia las PASO.
El concepto de unidad quedó impregnado en cada uno de los discursos que hubo. Hablaron el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde; el presidente del PJ Bonaerense, Fernando Gray; la segunda candidata a diputada nacional Luana Vulnovich; Sergio Massa, Verónica Magario y, finalmente, Axel Kicillof.
El acercamiento entre los diferentes sectores de intendentes también quedó expuesto con la presencia de Patricio Mussi (Berazategui), Mario Ishii (José. C. Paz) -el mismo que en 2009 prometió salir a "cazar traidores" a Néstor Kirchner- y Alejandro Granados (Ezeiza), quienes se mueven por separado del bloque de jefes comunales del conurbano y del interior.
Massa se reencontró con intendentes con los que había compartido otra época del peronismo, cuando él gobernaba Tigre y todos respondían a la conducción de Néstor y Cristina Kirchner. Hubo afecto y recuerdos en un intercambio de abrazos y besos. La remembranza del pasado y la coincidencia en la necesidad de unir fuerzas para vencer a María Eugenia Vidal.
El líder del Frente Renovador hizo hincapié en el trabajo mancomunado que hay que llevar a cabo en los municipios donde no gobierna el peronismo y en donde se apuestan una pila de fichas para recuperarlos en la elección de octubre. En esa lista ingresan localidades como Mar del Plata, Bahía Blanca, Pilar, Quilmes y Tres de Febrero.
Massa dio a entender que la elección no está ganada y que el peronismo debe abroquelarse para trazar una estrategia sin fisuras. Cada voto será determinante en una elección que, según la mayoría de las encuestas, se presenta muy pareja y sin un ganador claro. "La diversidad le da fortaleza al proyecto", les dijo a los intendentes, a quienes incentivó en gran parte de su discurso.
"Hubo un buen clima. Quedó atrás la etapa del cierre de listas y los resquemores por los lugares que no se consiguieron. La reunión también sirvió para dar por cerrada esa etapa", indicó uno de los intendentes del conurbano ante la consulta de Infobae. La mayoría sintió que a partir de ahora empieza la campaña electoral y se terminan los entuertos que representan el camino hacia las alianzas.
Después de los discursos los intendentes tuvieron tiempo para intercambiar las realidades de sus municipios y las encuestas que cada uno consume. Hubo una coincidencia que sorprendió a los del conurbano. La mayoría de los intendentes tienen buenos números de la dupla Alberto Fernández-Cristina Kirchner. Incluso los que gobiernan en el interior de la provincia, una geografía donde al kirchnerimso siempre le costó juntar votos. Los Fernández hoy ostentan el 40% de intención de votos en la mayoría de las ciudades.
Axel Kicillof estuvo muy enfocado en explicar que el proyecto político que llevó adelante Mauricio Macri en la nación tuvo su correlato en la provincia de la mano de Vidal. Brindó datos sobre la pobreza, el desempleo, la caída de la actividad económica y de la producción. El mensaje fue un sello de la campaña. En definitiva, es lo que los intendentes repetirán en público: "Vidal es Macri". Son un todo. No hay diferencias.
Apeló a esclarecer los números en rojo de la economía bonaerense y repasó las diferencias que vio, durante su recorrida por los municipios, con respecto a las gestiones peronistas y la de Cambiemos. Fue un mimo para los intendentes que viajaron a La Plata para darle volumen y apoyo a la candidatura que comparte con Verónica Magario.
Desde lo simbólico lo importante fue la foto en la que confluyeron intendentes del peronismo bonaerense, otros más vinculados al kirchnerismo y los que forman parte del Frente Renovador. Fue la convergencia de los tres sectores que tienen peso territorial y forman parte del Frente de Todos, luego de alianza que cerraron Alberto Fernández y Sergio Massa.
El encuentro, que se llevó a cabo en Frente Nacional Peronista de La Plata, le sirvió a Kicillof para bajar su discurso a quienes serán los que lleven adelante la campaña en las localidades que gobierna el peronismo en la provincia. Es la forma de multiplicar el discurso y llevarlo a cada rincón bonaerense.
Además, le permitió escuchar las diferentes posturas que hay dentro del amplio grupo de intendentes, donde los del interior se diferencian de aquellos que gobiernan el conurbano, debido a la conformación social, los intereses y los problemas diferentes que tienen en las localidades más alejadas de la capital federal.
En lo que no pudo avanzar Kicillof es en el orden de la campaña: los roles, las recorridas y los lugares que visitaran los candidatos. Esa falta de definición preocupa a un puñado de intendentes. "Están los jugadores, está la foto y la unidad de todos los sectores. Ahora falta ordenar la campaña", explicitó uno de los ellos después del encuentro.
La campaña bonaerense empezó. Kicillof y Massa largaron al mismo tiempo e incentivaron a los intendentes. Ganarle a Vidal es una tarea extremadamente difícil. Y en el peronismo lo saben.