"Vengo a ver al próximo presidente", dijo el mandatario de Santiago del Estero, Gerardo Zamora. Y aclaró: "No soy peronista y apoyo también". Además llegaron a México 337, donde están las oficinas del candidato presidencial Alberto Fernández, casi todos los gobernadores del PJ, incluso Domingo Peppo, a quien el Frente de Todos en Chaco no le permitió adherir su boleta como precandidato a senador nacional para favorecer a Jorge Capitanich, apoyado expresamente por la candidata a vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner.
Sólo faltó, con aviso, Alberto Rodríguez Saá de San Luis, mientras que el sanjuanino Sergio Uñac llegó justo para el inicio del encuentro en el Salón Garage Argentino, el lugar para el almuerzo que queda cruzando la calle empedrada de San Telmo, justo enfrente de las oficinas de campaña de Alberto Fernández.
Los doce gobernadores y el precandidato a presidente, que se mostró formal de traje azul, camisa blanca y corbata celeste, caminaron juntos hasta el restó convertido en unidad básica. La única que no habló con el periodismo al llegar fue Alicia Kirchner, que gobierna Santa Cruz. Varios destacaron que no se reunían entre ellos desde el año pasado en el Consejo Federal de Inversiones, más conocido como CFI.
Desde La Pampa vinieron Carlos Verna y quien será su sucesor, Sergio Zillioto. En cambio, no viajó el próximo gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, sino la actual mandataria y amiga de Fernández, Rosana Bertone, que además es candidata a diputada nacional en una lista que comparte con La Cámpora. Melella hará campaña por Fernández-Fernández, pero sus precandidatos de Forja van con lista corta.
A la mesa en la que se sirvió ensalada y de plato principal bondiola con batatas se sentó también la catamarqueña Lucía Corpacci; el riojano Sergio Casas; el chubutense reelecto Mariano Arcioni; el formoseño Gildo Insfrán; el entrerriano Gustavo Bordet y uno de los mandatarios más cercanos hoy, el tucumano Jorge Manzur.
Fernández, que está recorriendo el país con una agenda que apunta a la producción, el empleo y el federalismo, invitó al almuerzo como gesto político de unidad y para mostrar su fortaleza. También para coordinar una campaña corta con el objetivo de sumar votos en una elección polarizada.
Llegó entusiasmado por la charla que dio en la Escuela Nacional de Comercio Carlos Pellegrini. Pero más satisfecho porque anoche cenó con Omar Perotti, el electo gobernador de Santa Fe, que ya anunció que hará campaña con el Frente de Todos. No estuvo en el almuerzo, pero Fernández sumó la foto.
Aunque planeaban conversar sobre la agenda de campaña finalmente charlaron más sobre la situación económica, la caída del consumo y del empleo. Y especialmente hablaron sobre qué hacer, qué política aplicar, si Fernández fuera presidente. "Nos hemos comprometido a trabajar todos juntos" señaló uno de ellos mientras Manzur y Zamora oficiaban de voceros del evento. En el caso de ambos el compromiso con la fórmula nacional es tal que fueron los únicos que se quedaron luego a una reunión más chica en la oficina del precandidato hasta que se hizo la hora de la cita de Fernández con los senadores del Bloque Justicialista.
Alrededor de una mesa cuadrada con cuatro sillas por lado los mandatarios y Fernández analizaron los distintos temas. También el reciente acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Aunque con críticas ("Francia que es la segunda economía anunció que no firma", subrayó Manzur) también se percibió prudencia. "Quedamos en analizar lo que sea bueno para la Argentina", acotó el tucumano que puso el foco en la industrialización.
Ninguno de los que habló pudo escapar al efecto Pichetto, ahora precandidato a vicepresidente de Mauricio Macri. A Uñac le había anticipado por teléfono, como a Sergio Massa, que aceptaría la propuesta de Cambiemos. Esta mañana el sanjuanino firmó en su provincia un acuerdo por una obra con el ministro Rogelio Frigerio. Cumplida la formalidad, que se inició con demora, el sanjuanino se subió al avión de su provincia y por eso fue el último en sentarse en la mesa de la calle México. Aunque varios manifestaron su respeto hacia Pichetto, con quien tuvieron estrecho vínculo por su rol en el Senado, desalentaron especulaciones: "Los peronistas votamos peronistas. Pichetto se fue con la oposición. Hoy la fórmula del peronismo es Alberto Fernández con Cristina" cerró la cuestión el tucumano Manzur. Más o menos lo mismo dijeron los demás a medida que fueron saliendo.
Uno de los últimos en retirarse fue Peppo. Se quedó hasta que levantaron los platos para tener un aparte, de pie, con Alberto Fernández. Le pidió que interceda para tener las mismas condiciones que Jorge Capitanich (ir pegado a la fórmula nacional) a lo que el precandidato le respondió que vería el tema. Peppo quiere ir a la Justicia pero esperará unos días.
Distinto es el caso en Santiago del Estero. Zamora se quejó por el decreto nacional que impide que el Frente Cívico pegue su boleta a la de los Fernández. "Es inconstitucional" respondió a Infobae y aseguró que en su caso "no tenemos ninguna duda" y prometió trabajar por la fórmula nacional "100%".
A Fernández sólo le faltó sumar a Juan Schiaretti, el gobernador reelecto de Córdoba aunque en reserva transmitió a los gobernadores que está conversando para visitar La Docta próximamente.
El otro dato es que en esta foto el líder fue él. Cristina Kirchner está en Cuba.
La visita al Bloque que dejó Pichetto
Media hora antes de las cuatro de la tarde Alberto Fernández se fue de su oficina hasta el Senado de la Nación donde el cordobés Carlos Caserio, quien reemplaza desde la semana pasada a Miguel Pichetto, convocó al Bloque Justicialista. El gesto lo agradeció y destacó el precandidato: "Vamos cerrando la unidad. Hemos dado un gran paso. Aunque somos bloques diferentes estoy muy contento que podamos abrir este diálogo con vistas al futuro", señaló frente al despacho del flamante presidente tras casi dos horas de reunión.
Se refería, claro, a que en la Cámara Alta el kirchnerismo conformó su propio bloque, Unidad Ciudadana, en el que está Cristina Fernández ahora precandidata a vicepresidenta. El bloque que lidera Caserio está integrado por senadores no K y que responden a los gobernadores directamente. Por eso el cónclave fue un reflejo de lo que había sucedido en el almuerzo.
Estuvieron, café de por medio servido en las pequeñas tazas con el logo del Senado, Inés Imelda Blas (Catamarca), Julio César Catalán Magni (Tierra del Fuego), María Teresa Margarita González (Formosa), Sigrid Elisabeth Kunath (Entre Ríos), Cristina Del Carmen López Valverde (San Juan), José Mayans (Formosa), José Ojeda (Tierra del Fuego) y Guillermo Snopek, de Jujuy, a quien algunos pensaban no ver en la cita. También fue el hermano del gobernador de San Juan, el senador José Rubén Uñac y los pampeanos Norma Durango y Daniel Lovera, además de los chubutenses Alfredo Luenzo y Juan Mario Pais.
Algunos ausentes eran obvios: Carlos Menem y Carlos 'Camau' Espínola que apoyan a Pichetto, además del chaqueño Eduardo Aguilar.
En el caso de Perotti, explicó que este miércoles tenía que estar de regreso en Santa Fe para la primera reunión de traspaso del poder tras haber triunfado frente al Socialismo.
Caserio acompañó a Fernández, de quien se dice amigo, en la charla con la prensa. Tuvo que volver a explicar que su postura a favor de la fórmula del Frente de Todos no implica restar apoyo a la boleta corta que conformaron con el gobernador Schiaretti. "Nuestro límite es Macri. Queremos un presidente peronista. Vamos a apoyar nuestra boleta corta pero vamos a agregar el voto de la fórmula Fernández", respondió ante la lógica consulta. Lo que siguió dejó más que satisfecho al precandidato que se fue con una sonrisa: "Me da la impresión que todo el peronismo cordobés se va a definir así".
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