Elecciones 2019: Cristina Kirchner voló a Cuba para ver a Florencia y regresará a un mes de las PASO

La candidata a vicepresidente del Frente de Todos privilegia la relación con su hija y retoma la campaña a mediados de julio

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Cristina, Alberto, Kicillof y Magario en tertulia con los sindicalistas que apoyan la fórmula presidencial del Frente de Todos.
Cristina, Alberto, Kicillof y Magario en tertulia con los sindicalistas que apoyan la fórmula presidencial del Frente de Todos.

Cristina Kirchner tomó el vuelo a la madrugada que la lleva a Cuba para ir a ver a su hija Florencia. Puso en pausa su campaña como vicepresidente de Alberto Fernández, al menos hasta el 15 de julio. Pasará diez días con su hija, que está bajo un tratamiento de salud en La Habana y sin poder regresar por ahora a la Argentina, según consignaron sus abogados ante la Justicia.

La hija de la ex presidenta está procesada en la causa de Hotesur, donde se investiga lavado de dinero, por su supuesta participación en esa estructura societaria. También está procesada en la causa de Los Sauces como miembro de una asociación ilícita.

Ambas causas fueron elevadas a juicio, aunque aún no comenzó el proceso y no se fijaron fechas de inicio. Como no posee fueros parlamentarios, Florencia Kirchner en caso de ser condenada o ante una eventual orden de prisión preventiva, podría quedar detenida.

Lo que más preocupa hoy a la ex presidente es la evolución de la salud de su hija Florencia, tema por el que estuvo en riesgo su participación en la campaña, según afirman las dos personas en las que más confía.

Sin embargo, el futuro judicial de su hija la atormenta, por eso adjudica a una supuesta "persecución judicial" los problemas de salud que padece Florencia Kirchner. Fue la propia Cristina Kirchner quien dijo que su hija estaba "devastada".

Como informó Infobae el domingo, el tema de la salud de Florencia Kirchner se maneja en un extremo hermetismo y nadie del entorno de Cristina Kirchner quiere hablar del tema. "No vamos a hablar. Es una cuestión privada. Va unos días y después retoma su actividad", dijo a Infobae uno de sus colaboradores.

CFK viajó solo acompañada por uno de sus custodios. Todo lo que se refiere a su estadía también se mantiene en secreto. "Hablé con ella. Esto estaba previsto. Yo estoy ocupado ahora en seguir consolidando la campaña", dijo a Infobae Alberto Fernández.

Florencia Kirchner, detrás su hermano Máximo. Ella está internada en Cuba, él diseña la campaña electoral de su madre Cristina y el candidato a presidente Alberto Kirchner. (AFP)
Florencia Kirchner, detrás su hermano Máximo. Ella está internada en Cuba, él diseña la campaña electoral de su madre Cristina y el candidato a presidente Alberto Kirchner. (AFP)

Antes de que la ex presidenta preparara sus valijas para Cuba, su abogado Carlos Beraldi pidió formalmente la suspensión del juicio oral y público contra Cristina Kirchner por la causa de Vialidad, que comenzó hace pocas semanas y que tiene en el banquillo de los acusados -son 16- a Julio de Vido y a Lázaro Báez.

Cristina Kirchner ayer no había concurrido a la audiencia del juicio porque dio como excusa su participación de una reunión en el Senado entre senadores del PJ y parlamentarios del Parlasur para analizar las implicancias del histórico acuerdo que selló el Mercosur y la Unión Europea.

Después de esa reunión, la ex presidente se fue a su domicilio en el barrio de Recoleta a preparar las cosas para el viaje. Uno de los hombres que diseña su agenda, afirmó a Infobae que por el momento no hay todavía actividades confirmadas a su regreso.

Lo que sí existe es una decisión de que Cristina Kirchner continúe la campaña con la presentación de su libro Sinceramente en distintas localidades del interior del país y algunos distritos del conurbano.

Con todo, ahora la prioridad es Florencia Kirchner. Su única hija mujer. La única que no tiene fueros. La única que no quiere saber nada con la política, ni con la campaña. En cambio, su hermano Máximo es hoy quien está al lado de su madre, ocupado en cómo pueden hacer para ganarle a Mauricio Macri en octubre.

Alberto Fernández tiene la misma obsesión. Ni siquiera quiere hablar en privado de cómo sería su eventual gobierno si llega a ganar. Sus tres objetivos son consolidar su candidatura, perforar el rechazo al kirchnerismo que hay en sectores del PJ, y convencer a aquellos que no quieren otra vez a un Kirchner en la Casa Rosada.

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