Después de un largo plenario e intensas negociaciones, el Consejo de la Magistratura aprobó sancionar con una multa por única vez del 35% de su sueldo al camarista Juan Carlos Gemignani, por haber ordenado detener e incomunicar en julio de 2016 a María Amelia Expucci, secretaria de la Cámara de Casación, luego de que se negara a realizar un inventario de cajas con equipamiento que estaban arrumbadas en una sala del Tribunal.
El juez fue acusado de "falta de consideración y debido respeto a magistrados, funcionarios y empleados judiciales", "actos ofensivos al decoro de la función judicial, el respeto a las instituciones democráticas y los derechos humanos", y "violencia de género".
El descuento en sus haberes no se hace efectivo hasta que la medida quede firme, ya que es factible que el camarista apele ante la Corte. Si no apela, queda firme a los 10 días.
Sanción negociada
La sanción –una opción negociada entre el dictamen que proponía un apercibimiento y el que promovía una multa del 50% por única vez – fue aprobada por unanimidad, luego de una gestión del consejero representante del Poder Ejecutivo, Juan Bautista Mahiques.
Fue la salida que encontró el oficialismo ante el escenario de que el dictamen con la sanción más leve –elaborado por la consejera radical Inés Brizuela y Doria– perdiera por un voto frente a la alternativa más severa de la multa, promovida por la diputada opositora Graciela Camaño, el juez Alberto Lugones y el consejero académico Diego Molea.
La paridad entre las posiciones, y ante la posibilidad de un desempate del presidente Ricardo Recondo –que se habría inclinado por la multa del 50%-, dio lugar al pedido de un cuarto intermedio por parte del juez Juan Manuel Culota para acercar posiciones.
"En un tema tan relevante, más allá de que perdiéramos, no era lo ideal votar divididos", sostuvo resignado un consejero del oficialismo. "Igual, le salvamos la vida porque su actuación podría haber merecido la apertura de un juicio político. Y solo se lleva una sanción", amplió.
Desde la oposición atribuyeron la intención de "proteger" a Gemignani por su origen radical. El magistrado llegó a juez de la Cámara Federal de Casación Penal con el apoyo del dirigente de la UCR Ernesto Sanz. "Está presionando porque es su pollo", comentaban por lo bajo varios de los presentes durante el multitudinario cuarto intermedio en el segundo piso del Consejo.
Al plenario asistieron integrantes y dirigentes de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), entre los que estaba Julio Piumato, secretario general del gremio y autor de la denuncia original contra Gemignani en 2016.
La presencia de Expucci en el debate
También estuvo presente, por primera vez, la propia Expucci quien, tras el episodio que sufrió con Gemignani, dejó de trabajar en los Tribunales de Comodoro Py. Actualmente es secretaria del Juzgado Federal de Moreno, con competencia en lo Contencioso Administrativo, "una temática que no fue para la que se formó y buscaba desarrollar su carrera, antes de lo que pasó con Gemignani", según destacó el consejero Lugones.
"Siento por lo menos que se impartió un poquito de justicia. Este es el último lugar institucional donde podía esperar que, al menos en parte, se reparara lo que me tocó vivir", le dijo a Infobae, con voz quebrada.
Expucci estuvo al borde de las lágrimas varias veces durante el debate, en especial cuando Molea afirmó que no solo Gemignani debía haberle pedido disculpas por su acccionar- algo que no hizo-, sino todo el Poder Judicial. "El Poder Judicial también está en deuda y debe pedirle disculpas a Expucci", afirmó con vehemencia el consejero académico.
"Me interesa el mensaje que implica esta sanción, que sirva para mis compañeros que se quedaron trabajando en el mismo lugar, y para todos hacia adelante", agregó ante este medio.
Expucci estuvo acompañada por integrantes del gremio de los Judiciales e, incluso, por el juez federal Federico Villena, quien la "rescató" cuando sucedió el episodio con Gemiganni y la llevó a trabajar con él a la provincia de Buenos Aires.
"Abrazando a la compañera María Amelia Expucci tras casi 3 años de lucha U.E.J.N. A paso de vencedores", puso Piumato en una foto que difundió junto a Expucci tras el plenario.
El debate previo en la Comisión
Las negociaciones para consensuar una sanción por unanimidad estuvieron antecedidas por el debate en la Comisión de Disciplina y Acusación. Allí, los consejeros Lugones y Molea -que además de la multa del 50% del sueldo del magistrado propusieron que realizara una capacitación en temas de género y violencia contra la mujer-, retiraron su dictamen y adhirieron al de Camaño -que contemplaba solo la multa del 50%- para conseguir el número necesario en el plenario.
La decisión de unificar esas dos posiciones –las más duras- se tomó luego de que el dictamen de la consejera instructora Inés Brizuela y Doria –que preveía la sanción más leve de los tres proyectos, un apercibimiento- consiguiera la mayoría de 5 votos en la reunión de la Comisión.
Al fundamentar la presentación de un dictamen alternativo, Camaño marcó sus diferencias con el dictamen de Brizuela, por "sus carencias", y destacó la importancia de "una adecuada fundamentación" en los argumentos de la sanción previendo una posible apelación de la medida disciplinaria del camarista ante la Corte Suprema.
"El dictamen de Brizuela no incluye las declaraciones de los empleados judiciales que detallan el obrar indebido de Gemignani. Tampoco incluye la falta de responsabilidad de Expucci, que fue sobreseída en sede judicial. No se le reprocha al magistrado que nunca le pidió disculpas, ni reconoció su error. No se le reprocha que el propio juez en ningún momento reconoce o pone en duda la existencia de violencia de género", enumeró Camaño.
Y agregó: "Esto es la perspectiva de género: poder darse cuenta la forma en que tiene que tratar a sus colegas mujeres. Y esto es necesario porque a las mujeres nos falta estar empoderadas. Somos muy pocas las que llegamos a cargos de poder".
Camaño destacó, en este sentido, la diferencia de actitud de Gemignani de pedirle disculpas a Liliana Catucci –una camarista de Casación de igual rango que él- por su maltrato en una reunión de acuerdos, pero no a una empleada de menor jerarquía como Expucci al darle una orden.
En su intervención, la diputada ahora alineada con Roberto Lavagna, también sostuvo: "El trabajo en materia de género es un trabajo de ambos géneros. Hombres y mujeres debemos asumir el hecho y darle el tratamiento correcto, sin embanderarnos en plantear el tema solamente desde las mujeres".
En la defensa de su proyecto, la legisladora afirmó que no coincidía con "enviar al camarista a un curso de capacitación en temas de género", por creer que "toda la Justicia tiene que ir a un curso", tal como lo establece la denominada Ley Micaela.
La consejera instructora de la denuncia contra Gemignani, Brizuela y Doria, le respondió a Camaño, y aclaró que en su dictamen "de ninguna manera justificó la detención de Expucci, ni se dejó de tener en cuenta su sobreseimiento en sede penal. Tampoco se dejó de lado el tema de los derechos humanos". E insistió en que consideraba la conducta de Gemignani como "reprochable".
Al mismo tiempo coincidió con Lugones en que "no se tuvo en cuenta a la víctima", por Expucci. "Pasaron casi tres años hasta que desde esta vocalía sacamos este tema que era tabú. Es nuestra obligación y nuestro compromiso inclaudicable", explicó.
El expediente contra Gemignani fue impulsado por el consejero juez Luis Cabral en la anterior composición del Consejo, pero su dictamen en favor de citarlo por el artículo 20 nunca se votó, y finalmente fue retirado de la Comisión con la actual integración del organismo.
Finalmente, fue Brizuela y Doria quien -pese a ser radical y muy cercana a Sanz- decidió impulsarlo nuevamente. En esa decisión tuvo que ver el episodio de maltrato que protagonizó el camarista hacia su colega Catucci a fines de marzo de este año.
La senadora por La Rioja sostuvo en el debate esta mañana que era "la primera vez que se analiza la conducta de un magistrado a la luz de la 26.485 con una perspectiva de género" y prefirió destacar las "coincidencias" en los fundamentos de aplicarle una sanción, ya que la cuestión de género era "la dimensión más importante" que estaba en discusión en la reunión de hoy.
"Todas las mujeres jugamos para el mismo equipo. Y la lucha para la eliminación de cualquier forma de violencia nos reclama unidad, hermanadas y sororas. Debemos ser capaces de romper estos patrones culturales que históricamente nos han guiado en hacer hincapié en las diferencias y no en las coincidencias. Podemos tener matices pero estamos en la obligación de estar a la altura de las circunstancias y dar un paso adelante en esta lucha tan vieja como la historia de la humanidad", concluyó.
A su turno, Lugones admitió que no le era grato proponer sanciones a un colega, pero fundamentó la máxima sanción porque "en este caso, el magistrado se equivocó feo en muchos aspectos". E incluso planteó dudas de si no habría que haber analizado la posibilidad de abrirle un proceso de juicio político.
"Cuando se lo cita a Gemignani se lo convoca por tres puntos: si había una razón fundamentada para detener a Expucci, que claramente no la había. Hacer un inventario que excedía claramente sus funciones y no podía ser obligada a hacerlo. No había motivo alguno que justificara su detención. Los jueces tenemos que tener claro que nuestro poder no está para cometer abusos. Incluso, la Cámara Federal – cuando sobreseyó a los policías que ejecutaron la detención- estableció que la orden había sido irregular", señaló.
Tras destacar que en la actitud de Gemignani hubo "abuso funcional" de su cargo como camarista, también manifestó su preocupación por el hecho de que "un magistrado de la máxima instancia penal confunda un delito en flagrancia con un hecho de orden administrativo".
Y en este sentido, agregó: Claramente acá hubo un abuso funcional del magistrado cuando dispone esta detención, y se compadece con una cuestión de género. Además, pretende utilizar como instrumento a Expucci para una cuestión contra otra magistrada que considera que ha cometido un delito". Lo dijo en referencia a la camarista Ana Figueroa, que fue quien recibió como presidenta de la Cámara de Casación a fines del 2015 los equipos que envió el Ministerio de Planificación Federal para ese Tribunal.
"Esto no puede suceder nunca más en la Justicia. Estas conductas de los magistrados deben ser erradicadas, y estamos en el ámbito donde se deben erradicar", concluyó Lugones. Al terminar su intervención, el consejero fue aplaudido por los empleados judiciales que se encontraban presentes en el Consejo.
Por su parte el consejero Molea, si bien rescató el acuerdo en sancionar a Gemignani, consideró que había miradas distintas en el tipo de sanción. "La conducta de Gemignani me avergüenza como hombre. No creo que haya sido un exabrupto, sino una práctica".
Tras destacar que el Consejo "está trabajando la cuestión de género", el organismo "debe dar un mensaje muy claro sobre lo que sucedió respecto de la conducta de Gemignani, muy reprochable, hoy y hacia delante. Debe dar un mensaje hacia la sociedad y al Poder Judicial de que no vamos a dejar desamparadas a las mujeres que son víctimas de violencia de género".
Y recordó que el camarista "ni siquiera muestra arrepentimiento" por su accionar. "No alcanza un apercibimiento sino que creemos que debemos ir por la pena mayor. El mensaje debe ser que 'no sea lo mismo', tenemos la posibilidad de dar un mensaje ejemplificador", finalizó.
La satisfacción del gremio
Tras la aprobación de la sanción, tanto Piumato como Carolina Lospenatto, del gremio de los Judiciales, celebraron la decisión y abrazaron a Expucci, conmovida hasta las lágrimas.
"Es un gran paso la discusión profunda que se dio sobre la situación de la mujer y la necesidad de su empoderamiento dentro del Poder Judicial. El debate fue muy rico, y es histórico que se discuta una sanción a un camarista que incluya la cuestión de género", sostuvo la dirigente gremial ante Infobae.
También coincidió en "lo planteado por Camaño de que la visión de género tiene que ser inclusiva, compete a hombres y mujeres" y destacó la posición de Lugones, siendo él mismo juez. "Es muy importante porque históricamente los magistrados actuaron corporativamente en defensa de sus colegas", advirtió.
Por último, también destacó la actitud de la consejera Brizuela y Doria. "Dio una batalla para poner sobre la mesa el tema, pese que Gemignani tiene un origen radical como ella".
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