No es casualidad que Macri y un número importante de sus ministros se encuentren en el exterior con programa propio. El presidente empuja una agenda global que permita mejorar los niveles de inserción de la Argentina en el mundo.
Desde la perspectiva de la balanza comercial y los acuerdos bilaterales, el país se encuentra a mediados del siglo XX y en una relación asimétrica con la mayoría de las economías del mundo. Macri siempre refiere a la potencia comercial exterior de Chile, frente a los niveles de intercambio internacional heredados de la administración de Cristina Kirchner.
Macri viaja a Yakarta, Osaka y París
En su escala rumbo a Osaka (Japón) para participar del G20, Macri aterrizará en Yakarta (Indonesia). Su objetivo comercial es profundizar la apertura de ese mercado asiático para los cítricos y la carne bovina de la Argentina. A cambio, Indonesia exhibió un fuerte interés por los embriones bovinos nacionales para desarrollar su sector ganadero.
Tras su corta visita a Indonesia, el presidente se dirigirá a Osaka para formar parte del G20. Macri tiene previsto reuniones bilaterales con el presidente americano Donald Trump, el presidente francés Emmanuel Macron, el líder chino Xi Jinping y Shinzo Abe, primer ministro japonés y anfitrión de la cumbre de mandatarios más importante a nivel global.
El G20 será escenario de un intenso debate multilateral que hará eje en la guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos con China. El objetivo del premier japonés Abe es lograr un communiqué -comunicado final del G20- consensuado entre todos los países que integran la cumbre que se desarrollará en Osaka.
Sin embargo, esa pretensión institucional de Abe está bajo fuego cruzado, porque ni DC ni Beijing quieren mostrar señales de debilidad en un evento que es observado con atención por el poder real del mundo. En este escenario, Abe deberá apelar al denominado milagro japonés si desea cumplir con sus sueños políticos.
Durante su reunión con Trump, Macri escuchará sus planteos y reiterará la posición que pretende para la diplomacia argentina: pluralidad ideológica, abrir mercados comerciales para los productos nacionales y evitar quedar en medio de disputas de poder global que exceden al país y a su peso propio en el sistema internacional.
Macri aguarda un embate de la diplomacia americana respecto a su excelente relación con el premier chino Xi, y no hará nada para congelar ese importante vínculo institucional y personal. Desea ampliar las fronteras del país y China lidera su hoja de ruta.
El presidente argentino agradecerá a Trump su apoyo en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y mantendrá la base espacial china en el Sur, intentará cerrar el crédito para construir una nueva central nuclear con tecnología china en Lima (Provincia de Buenos Aires) y en algún momento anunciará oficialmente que los chinos aportaron al Tesoro una suma impresionante de libre disponibilidad.
Durante su último encuentro con Xi en Olivos, Macri entendió por qué tenía buena relación con el premier chino. Xi le recordó que se habían encontrado en un hotel porteño -el Intercontinental-, que allí le había regalado una camiseta de Boca Juniors con su nombre en la espalda y que le había dicho que la "próxima vez lo iba a recibir como Presidente".
Macri se acordaba de esa anécdota. Cristina era jefa de Estado y le había pedido al embajador chino en la Argentina que excluyera a la oposición política de los contactos con Xi. El Premier de China rechazó esa recomendación diplomática y aceptó la invitación en el hotel que queda a pocas cuadras de Balcarce 50.
"Usted cumplió con su palabra", cerró Xi durante el almuerzo que se sirvió en Olivos, un día después del cierre de la cumbre del G20 en Buenos Aires. Macri le agradeció a Xi, y después juntos vieron bailar a Moira Godoy, que dos días antes había brillado en la gala del Teatro Colón.
Macri y Xi se encontrarán en Osaka. No se sabe aún si será una reunión bilateral o un pull aside, un breve encuentro, según explica la jerga diplomática. Con todo, y al margen de la extensión del contacto diplomático, los dos jefes apuestan a una relación estratégica entre ambos países.
Sin importar los excelentes vínculos que Macri tiene con Trump, ni la relación tormentosa que Beijing ahora protagoniza con la Casa Blanca.
En la agenda del presidente argentino también aparece Emmanuel Macron, su colega francés. Macri y Macron chatean por WhatsApp y poseen una relación cordial. Pero Macron da vueltas y vueltas para avalar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, un hecho geopolítico que Macri quiere cerrar antes de terminar su mandato presidencial.
En su última reunión en París, Macron prometió que ayudaría a cerrar el acuerdo bilateral. Y cuando estuvo en Buenos Aires repitió la misma idea. Pero Macron sonríe frente a las cámaras y luego teje detrás del cortinado.
La semana pasada, Macron y sus colegas de Irlanda, Bélgica y Polonia explicitaron en una carta su "profunda preocupación" sobre el impacto que el eventual acuerdo pudiera tener sobre la agroindustria europea. Y después movieron a 66 integrantes del Parlamento Europeo que propusieron suspender la firma del tratado comercial por "las declaraciones de (Jair) Bolsonaro (Presidente del Brasil) sobre el cambio climático, el futuro de la Amazonia, los derechos de los trabajadores y los pueblos indígenas".
Macri cree que puede convencer a Macron. Pareciera una tarea incierta, y si no lo hace en la cumbre del G20, la ventana de oportunidad se puede cerrar hasta nuevo aviso. Es que hubo elecciones en el Parlamento Europeo, y tras las vacaciones de verano todo cambiará en la Unión Europea, desde la burocracia que asiste hasta los negociadores oficiales.
El Presidente tiene 48 horas para avanzar sobre Macron -su tiempo en Osaka-, y después viajará a París para regresar a Buenos Aires. Antes de subirse al vuelo de línea -Airfrance- la FIFA tiene intenciones de entregarle a Macri una mención honorífica. Esa sería su única actividad oficial en la ciudad que vio ascender y caer a Napoleón Bonaparte.
Contacto en Beijing
Marcos Peña viaja a capitales clave por orden directa de Macri. Estuvo en La Habana y en Londres (siempre acompañado por Fulvio Pompeo, secretario de Asuntos Estratégicos), y cumplió una apretada agenda bilateral que incluyó la situación de Venezuela y los efectos económicos del Brexit.
Desde hace unas horas que el jefe de Gabinete está en Beijing, y su visita responde a dos objetivos primordiales para la Casa Rosada: profundizar la relación bilateral con China y cerrar el encuentro que Macri y Xi protagonizarán en Osaka (Japón).
Peña tiene previsto reunirse con el viceprimer ministro Hu Chunhuam y un día más tarde -miércoles- visitar la sede de la Academia de Gobierno de China y almorzar con el canciller Wang Yi. El jefe de Gabinete avanzará en las negociaciones de un crédito multimillonario chino para construir una central nuclear en Lima y reiterará la posición del gobierno respecto a la situación en Venezuela, que aún tiene el respaldo económico y financiero de Beijing.
Tras sus 48 horas en China, Peña y Pompeo se irán en avión de línea rumbo a Japón. Forman parte de la delegación presidencial que participará del G20 en Osaka, y allí se encontrarán con Macri que hace París-Yakarta-Osaka.
Faurie: de NYC a Bruselas
El canciller argentino presentó en las Naciones Unidas (ONU) una iniciativa argentina que intenta alertar sobre el terrorismo islámico y rendir tributo a las 85 personas asesinadas en la AMIA. Además, Faurie participó de una reunión del Comité de Descolonización y se encontró con residentes argentinos en el consulado nacional ubicado a escasas cuadras de la Quinta Avenida.
Está previsto que el canciller vuele desde New York (Estados Unidos) a Bruselas (Bélgica) para participar de una cumbre de ministros del Mercosur y la Unión Europea. Su objetivo: intentar un cierre a las negociaciones entre los dos bloques económicos que permita anunciar un acuerdo político durante el G20 en Osaka.
Junto al canciller estará Dante Sica, ministro de Industria y un reconocido experto en Mercosur. Sica partirá hoy desde Ezeiza y se encontrará con Faurie en Bruselas. Las negociaciones serán miércoles y jueves, y nadie se atreve a vaticinar un resultado. Si se tiene en cuenta el optimismo de Sica, habrá acuerdo; si se escucha la cautela del Canciller, nada se puede dar por seguro.
El jueves a la noche, Faurie vuela desde Bruselas a Osaka. Y Sica se toma su avión de regreso a Buenos Aires. A esa hora, Macri ya está en Japón: por la importancia de las negociaciones con la UE, el canciller se pierde la primera jornada del G20 de Japón.
Dujovne y Dietrich: giras cruzadas
Nicolás Dujovne hizo un viaje relámpago a Manhattan (Estados Unidos) para explicar la situación económica de la Argentina a conocidos inversores de Wall Street.
Dujovne hizo referencia a las elecciones, a la situación del desempleo y la reforma laboral, explicó cómo se está bajando el déficit fiscal y aseguró que hay una mejora del salario real y que se eliminarán las retenciones en diciembre del 2020, si Macri obtiene su reelección.
Esta noche, Dujovne subirá a un avión y viajará 20 horas hasta Japón. Allí se encontrará con Macri, que ya está enterado sobre los resultados de la corta gira que hizo su ministro a la capital financiera de Occidente. Los inversores apoyan al presidente argentino, pero aún consideran probable que la fórmula Fernández y Fernández venza a Macri y Miguel Ángel Pichetto.
Mientras Dujovne intenta conciliar el sueño a 10.000 pies de altura, su colega Guillermo Dietrich aterrizará en New York para emprender un tour relámpago destinado a encontrar inversores en obra pública nacional. La crisis financiera provocada por la causa de los cuadernos, hizo que la inversión se frenara y que se paralizaran la mayoría de los proyectos que Dietrich tenía en su programa para 2019.
Y la intención del ministro de Transporte, con su viaje a Manhattan, es relanzar el plan de obras públicas que la justicia federal puso entre paréntesis.
Macri, Peña, Dujovne, Faurie, Sica y Dietrich, además de secretarios de Estado y altos funcionarios de seis ministerios, se encuentran a miles de kilómetros de sus despachos para consolidar la inclusión internacional de la Argentina.
Se trata de un hecho geopolítico novedoso, a pocas semanas de las PASO, que pueden alentar a nuevos viajes estratégicos alrededor del mundo, o pronosticar un epílogo a una manera de ejecutar la política exterior en el siglo XXI.
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