Qué estrategias diseñan Rodríguez Larreta y Lammens para la campaña porteña

Mientras que desde el oficialismo hablarán sobre gestión, obras y cuestiones locales, el Frente de Todos hará foco en la crisis económica y en el apoyo del larretismo a las políticas del gobierno nacional

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Horacio Rodríguez Larreta y Matías
Horacio Rodríguez Larreta y Matías Lammens

Casi todos los candidatos porteños ya fueron formalizados y ahora, con las piezas en el tablero, comienza la segunda etapa, tal vez la más importante: diseñar la mejor estrategia de campaña e implementarla con eficiencia.

El larretismo jugó fuerte. Decidió repetir su fórmula más competitiva junto a Diego Santilli, quien renuncia así a sus aspiraciones para 2023; también sumó al radicalismo y al socialismo a su frente electoral y logró que Martín Lousteau, su principal amenaza en 2015, sea parte de la boleta amarilla como candidato a senador.

La oposición, a su vez, tras largas negociaciones, consiguió amalgamar un gran frente de unidad que incluye al kirchnerismo, al peronismo porteño y a sectores del progresismo y la izquierda. Todos detrás de una figura nueva que podría ampliar las bases de apoyo: el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens.

Matías Lammens
Matías Lammens

La polarización en la ciudad será casi total, ya que las dos grandes alianzas ocupan casi todo el espectro político. Además, el espacio "anti-grieta" liderado por Roberto Lavagna hasta el momento no tiene un candidato de peso en el distrito. Tampoco existen partidos locales fuertes como sucede en algunas provincias.

¿Sobre qué hablará la campaña?

La principal batalla será por controlar el eje de la discusión. Mientras que desde Juntos por un Cambio hablarán sobre gestión, obras y cuestiones locales, desde el Frente de Todos harán foco en la crisis económica y en el apoyo de larretismo a las políticas del gobierno nacional.

De todo esto ya hubo claras muestras por parte de los principales protagonistas. En la entrevista en la que hizo públicas sus intenciones de competir, Lammens evaluó que el gobierno de Mauricio Macri va "rumbo a ser una catástrofe social" y señaló que Buenos Aires tiene "600 mil pobres" a pesar de tener un PBI per cápita de Bélgica. En la misma línea, el flamante candidato a senador Mariano Recalde señaló en la presentación de su libro que el "éxito" aparente de la gestión del PRO en capital en realidad se debía a las "políticas de crecimiento económico" que implementó el kirchnerismo a nivel nacional durante esos años.

Axel Kicillof y Mariano Recalde
Axel Kicillof y Mariano Recalde (Gustavo Gavotti)

Por su parte, los estrategas del oficialismo aseguran que "las elecciones en la ciudad son siempre sobre temas locales" y que tienen a su favor casi 12 años de gestión con "obras concretas que le mejoraron la vida a la gente". Mientra tanto, Larreta continúa con su maratón de inauguraciones y esquiva, en la medida de los posible, los análisis sobre la coyuntura nacional.

"Es verdad que los porteños no tienen una valoración negativa sobre la gestión de la ciudad, pero en 2015 tampoco la tenían y casi pierden el ballotage", asegura un miembro del equipo de Alberto Fernández. Según su visión, la temática local es predominante en elecciones desdobladas, pero al haber unificado el calendario con las presidenciales "va a empezar a pesar muy fuerte lo ideológico".

En esa línea también cobra importancia la elección de Lammens, un hombre que no proviene de las filas del kirchnerismo. Por esa razón, en su equipo de comunicación entienden que "no va a tener que hacerse cargo de lo que hizo el gobierno anterior y se va a poder concentrar en hablar del futuro".

Sin embargo, sectores en la oposición también reconocen que la economía como único eje podría resultar insuficiente. "Ahora ya no hay mucho margen para otra cosa, porque no se construyó durante estos últimos años ningún discurso diferente respecto de lo que pasaba en la ciudad", reconoció un consultor político del albertismo. Nacionalizar la discusión y emparentar las gestiones de Larreta y Macri parece el único camino efectivo, pero podría ser un arma de doble fijo si el dólar se mantiene estable y la economía da algún signo de reactivación.

Rodríguez Larreta y Diego Santilli
Rodríguez Larreta y Diego Santilli (Maximiliano Luna)

Varios funcionarios, como por ejemplo Diego Santilli, ya enfrentaron este tipo de críticas por los efectos negativos de las políticas macroeconómicas. La respuesta, que formará parte del libreto oficial para esta campaña, fue que "todas las obras que se inauguraron en el último tiempo fueron posibles gracias los ocho años previos de Mauricio Macri". Y remarcan que en esos primeros años "también se enfrentaron cuestionamiento" y los resultados "no fueron inmediatos". Así dejan planteado una suerte de paralelismo entre la ciudad de Buenos Aires y la Argentina que vendrá si el proyecto macrista continúa en el poder.

Los estrategas de comunicación

La campaña del macrismo estará comandada por Eduardo Macchiavelli, hombre de confianza de Larreta y actual ministro de Ambiente y Espacio Público. El contador de 55 años tiene la experiencia a su favor ya que estuvo a cargo de la campaña de 2015.

Al igual que han hecho en toda su historia, Cambiemos apelará a una comunicación "lo más personalizada posible" con un fuerte énfasis en los contactos cara a cara. Timbreos, reuniones con vecinos, caminatas y otras actividades en grupos pequeños que luego serán viralizadas en las redes sociales.

La fórmula del oficialismo fue
La fórmula del oficialismo fue comunicada a través de las redes sociales

El Frente de Todos no tiene aún un jefe de campaña designado pero Alberto Fernández ya adelantó que intervendrá personalmente en el diseño estratégico. El ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner asegura que no cree en los gurúes electorales como el ecuatoriano Jaime Durán Barba que asesora a Macri.

No obstante, será necesario un gran esfuerzo de coordinación para garantizar que todos los espacios que forman parte del Frente de Todos comuniquen lo mismo sin contradicciones que generen "ruido" en el mensaje.

Lammens, el outsider carismático

Matías Lammens también tiene atributos que lo hacen un buen candidato. Es un hombre joven, empresario pyme, amigo de Marcelo Tinelli, sin vínculos previos con los partidos políticos tradicionales ni sospechas de corrupción.

Su historia de vida apela al imaginario del elector progresista. Hijo de una inmigrante española y un santafesino que vino a Buenos Aires "a probar suerte", se formó en la escuela pública (Nacional Buenos Aires y UBA) y comenzó a trabajar desde chico. En las pocas entrevistas que dio en su rol de político, señaló que "nunca heredó nada" y que todo lo consiguió trabajando. Hizo fletes, tuvo kioscos y actualmente es dueño de una distribuidora de vinos llamada Ñuque Mapu. La clásica historia de movilidad social ascendente que supo caracterizar a la clase media argentina.

Lammens junto a Estela de
Lammens junto a Estela de Carlotto

Si bien no tiene experiencia de gestión en el ámbito público, bajo su presidencia San Lorenzo logró sanear sus finanzas del club, ganar la anhelada Copa Libertadores por primera vez e iniciar el proceso de retorno a Boedo.

Lammens nunca fue kirchnerista e incluso se lo disputaron diferentes sectores: el lavagnismo, el progresismo e incluso el macrismo. No obstante, en las últimas semanas elogió el "gesto de amplitud" de Cristina Kirchner y lo esgrimió como argumento para alzarse como candidato de consenso sin ir a una PASO.

Larreta, el gestor

El jefe de Gobierno cuenta con los dos atributos más importantes para un candidato: imagen positiva y amplio conocimiento. Fue jefe de Gabinete y mano derecha de Mauricio Macri durante sus dos mandatos, y luego logró sucederlo como alcalde y darle a su gestión un sello propio. Sus políticas son claramente identificables porque son las que lleva adelante hace más de una década.

La figura de Larreta está ampliamente asociada a obras de infraestructura con gran aceptación como el Metrobús, diferentes viaductos, las bicisendas y el reciente Paseo del Bajo, entre otros. La inauguración de obras será probablemente la carta más fuerte de su campaña. "Con nosotros, obra que se empieza, obra que se termina", repitió como un mantra en diferentes actos durante los últimos meses.

Larreta y Macri en el
Larreta y Macri en el Paseo del Bajo (Maximiliano Luna)

Y el momento de las inauguraciones tampoco es casual. Parece estar "adelantado", ya que la campaña recién comienza, pero desde el oficialismo ya el año pasado aseguraban que era fundamental que los vecinos "tengan antes de las elecciones un par de meses para usar" tanto las nuevas estaciones de la línea E y de Ecobicis, como los viaductos de los ferrocarriles Mitre y San Martín, o el Paseo del Bajo.

Desde el punto de vista político, Larreta no dudó en aplicar mano dura contra "trapitos", limpiavidrios, vendedores ambulantes, manifestantes y piqueteros. A los dos primeros los prohibió cuando reformó el Código Contravencional, contra los otros pidió mayor rigor a la policía y a la Justicia. Todos estos temas suele resultar incómodos para el progresismo y podrían significar una ventaja en los futuros cruces mediáticos.

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