El presidente Mauricio Macri se apresta a firmar con China la construcción de la cuarta central nuclear en la Argentina, pese a las presiones de la Casa Blanca que enfrenta a Beijing en una guerra comercial que pone en jaque la agenda global. La central nuclear se hará con un préstamo de 7.900 millones de dólares otorgado por la administración de Xi Jinping y aplicará casi exclusivamente tecnología china.
El cierre de las negociaciones con China estará a cargo del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que arribará a Beijing el próximo 25 de junio. Peña viaja en ocasiones muy especiales -estuvo en Cuba hace unos meses- y su visita relámpago a la capital china exhibe la importancia que le asigna Macri a este emprendimiento tecnológico con la potencia mundial.
"Está todo listo para que se firme el contrato. Solo faltan algunos detalles técnicos menores que ajustar, pero si hay voluntad política de ambas partes se puede firmar mañana", reveló a Infobae un encumbrado funcionario del Gobierno.
Cuando concluyan las negociaciones en Beijing, Peña volará a Osaka -con escala en Tokio- para participar junto a Macri en la Cumbre del G20. En este cónclave global, Macri tiene previsto mantener reuniones bilaterales con Xi y con su colega de Estados Unidos, Donald Trump. A los dos, el presidente argentino tiene para agradecer: a Xi la central nuclear, y a Trump, su apoyo explícito en la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
Macri ha explicado en público y en privado que su agenda diplomática será amplia y equidistante, y su decisión de enviar a Peña a Beijing para cerrar el contrato tecnológico y luego encontrarse con Trump, exhibe que respeta su propia perspectiva de las relaciones internacionales del país.
Acuerdos bilaterales con China
La Argentina y China firmaron hace un mes una Carta de Intención donde se ratificó la idea de la administración de Xi de avanzar con la construcción de una central nuclear que tuvo fuertes cuestionamientos de la comunidad científica, y que hasta el año pasado había sido postergada por el presidente Macri por "razones presupuestarias".
Ahora falta la rúbrica final del contrato por parte de los presidentes. En la cumbre de Osaka es muy probable que Macri y Xi hagan el anuncio, pero que no se firme allí el contrato. "Para los chinos sería una ofensa firmar en Japón un contrato relevante para su presidente", añadió un diplomático argentino.
No obstante, más allá del lugar y el momento adecuado para la firma del acuerdo, lo cierto es que el contrato entre China y Argentina ya casi está cerrado. Por eso, Peña junto con el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, intentarán -con su viaje a Beijing- darle el empujón final.
En la capital china también estarán el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano y, por supuesto, el embajador argentino Diego Guelar, una pieza clave en todas las negociaciones bilaterales.
El secretario de Energía Gustavo Lopetegui no viajará a China, pero ya dispuso de un equipo permanente de tres funcionarios de su cartera que están en Beijing en forma permanente para asistir en la firma de este contrato de suma relevancia para ambos gobiernos.
Según detalló a Infobae uno de los asesores gubernamentales que más conoce del acuerdo avalado por Lopetegui, el contrato por la central nuclear tiene dos capítulos centrales: uno con las especificaciones financieras y otro con los detalles de infraestructura técnica de la obra que se instalará en Campana.
Negociaciones reservadas
En abril pasado, durante una reunión reservada que hubo en el Ministerio de Hacienda, Gadano junto al embajador Guelar; Xiao Zongweig de la estatal China National Nuclear Corporation (CNNC), y Zhang Jianhua, director general adjunto de China National Nuclear Corporation, firmaron la Carta de Intención que ahora derivará en el contrato de Argentina y China.
Desde el Ministerio de Hacienda mantuvieron en estricta reserva ese encuentro y la firma de la Carta de Intención con China, al punto que el ministro Nicolás Dujovne pidió que no haya comunicado de prensa. Dujovne sufre presiones del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, y decidió anular ese comunicado de prensa, para evitar una larga, compleja y tediosa conversación con sus pares de Washington.
Por lo pronto, la decisión de avanzar con este millonario acuerdo tuvo muchas idas y vueltas. El año pasado, en medio de la crisis cambiaria, Macri había vetado la posibilidad de endeudar más a la Argentina y frenó todas las negociaciones.
El tema generó cierto malestar en la administración de Xi Jinping. Pero a fin de año se restablecieron las negociaciones y se definió avanzar de una vez con la construcción de la central nuclear.
Otro de los puntos por los que esta obra despierta cierta polémica radica en el ámbito científico. Es que hay muchos especialistas que no ven con agrado que la Argentina vaya a abandonar la tecnología CANDU (con aporte de Canadá) que tradicionalmente utilizó el país para las centrales nucleares y se abrace ahora a una tecnología exclusivamente china. La dependencia de la Argentina con esta tecnología podría generar riesgos en el futuro.
Irma Argüello, directora de la Fundación No-proliferación para la Seguridad Global (NPSGlobal), alertó a Infobae que "el proyecto de la central nuclear china se trata de un tema muy controversial porque la experiencia de Argentina es de reactores de uranio natural y agua pesada, mientras que los chinos ofrecen un reactor que se llama Hualong One que es de uranio levemente enriquecido y agua liviana pero que no existe experiencia nacional en este tipo de tecnologías como hubo con la tecnología CANDU".
De esta manera, la especialista en energía nuclear destacó que la contribución de la industria nacional a este proyecto será mucho menor que que si hubiera sido un proyecto de tipo CANDU. Se estima que solo un 15% de la central que proyecta China en el país será con tecnología argentina. "Este es un cambio estratégico que nos ata desde la provisión de uranio enriquecido del reactor", añadió Argüello.
Esta no es la única opinión crítica a la iniciativa en esa línea. Algunos funcionarios de Cancillería vienen advirtiendo al Poder Ejecutivo sobre los riesgos de mantener una permanente dependencia de China en la política exterior y especialmente en áreas sensibles como la energética en el caso de las represas o las centrales nucleares.
En tanto, el acuerdo por la central nuclear se da en un contexto donde China fue cuestionada por Estados Unidos y algunos países europeos por la instalación de la estación espacial de Neuquén, donde objetan el eventual uso militar de esa base con posibilidades de interceptar satélites.
Letra chica
En los detalles del contrato que firmarán Macri y Xi Jinping a los que tuvo acceso exclusivo Infobae se pudo saber que:
1-La empresa China National Nuclear Corporation (CNNC) y el gobierno de Xi Jinping aportarán un préstamo de USD 7.900 a 20 años.
2-El préstamo chino será del 85% del total de la obra y el aporte local será de un 15%. A su vez, la tasa de interés que pagará la Argentina a China será de aproximadamente el 5,5%.
3-Al parecer se eliminará la cláusula que preveía que la Argentina iba a recibir de China un adicional de USD 2.500 millones con una financiación blanda para que el Tesoro Nacional tenga libre disponibilidad de esos fondos.
4-En la negociación final hubo una rebaja de casi USD 1.000 millones que logró la Argentina para el financiamiento base de inversión de la central que originalmente era de USD 9.000 millones y que ahora será de USD 7.900 millones. En rigor, las negociaciones iniciales para la construcción de esta obra comenzaron durante el último año del mandato de Cristina Kirchner. Solo que en ese momento el costo global de la obra era de más de USD 9.000 millones y todo eso pasó a revisión final.
Con todos estos detalles, más algunos temas técnicos del montaje de la obra, ahora solo resta la foto de Macri y Xi para la rúbrica del contrato de la central nuclear. Así, la Argentina sumará un nuevo proyecto chino y la administración de Xi avanzará más en su proyecto de penetración en América Latina.