En una planilla de Excel el diputado nacional Axel Kicillof contabiliza sus viajes por territorio bonaerense: 88 es el número que corresponde al municipio de Castelli, donde estuvo con su compañera de fórmula Verónica Magario, el viernes último. 89 es el número de General Belgrano, localidad a la que fue después de que la intendenta regresara a La Matanza para continuar con su agenda de gestión. El primer acto fue en marzo de 2016: Quilmes.
El ensamble tuvo resistencias pero esta semana marcó el punto inicial de lo que será la campaña. Aunque sus respectivas responsables de prensa coordinan la comunicación, falta unificar equipos camino a las PASO de agosto y a las generales de octubre.
El viernes, ya de regreso en su municipio, Magario tuvo un gesto: llamó a Kicillof para preguntarle cómo había terminado su visita a General Belgrano. Él le contó y le agradeció.
El 25 de mayo en Merlo, Cristina Fernández acompañada por Alberto Fernández, reunió en una foto a Kicillof con Magario. La ex presidenta tuiteó esa imagen dos días después entre las que más le gustaron de esa jornada. Aunque no se contó, el diputado y la intendenta habían tenido una charla antes de esa foto, pero fueron "cuidadosos", revelan, hasta después de que se presentara el acuerdo, probablemente atentos a las negociaciones con los intendentes que bregaban por Martín Insaurralde, y a los matanceros que reclamaban el primer lugar para ellos.
El 28 de mayo, después de pasar por el Instituto Patria y conversar con Máximo Kirchner primero y con los Fernández, fue precisamente Insasurralde quien anunció quiénes serían los candidatos a la gobernación aunque no lo hizo 'formalmente'.
Replicaron sus palabras los intendentes que adherían a su colega de Lomas de Zamora. Magario y Fernando Espinoza recién admitieron el binomio el 1 de junio y también después de eso el diputado y ex intendente de La Matanza anunció que irá por la elección local.
El mano a mano de la fórmula bonaerense
A partir de ese momento Kicillof y Magario siguieron las charlas mano a mano, telefónicamente y con mensajes de Whatsapp. Trabajan estos días en la unificación de sus discursos y en la división de roles. Hubo foto de la fórmula bonaerense con Hugo Moyano; otra vez con Cristina Fernández y Alberto Fernández en un almuerzo con sindicalistas que armó Sergio Palazzo de La Bancaria el jueves y este viernes finalmente salieron juntos ya como fórmula para la gobernación.
Kicimóvil
Kicillof tiene un plan bosquejado en su cabeza. Cuando comenzó a viajar por la Provincia no sabía si sería candidato y en qué posición le tocaría jugar. Incluso, por no ser de La Cámpora, se creyó que el objetivo era correrlo de su distrito. También se habló de él como un presidenciable o un eventual ministro de Economía en caso de que el peronismo regresara al poder.
Favorito de Cristina, aunque alguna vez lo llamó "chiquito" en un acto en Casa Rosada, en 2016 y 2017 el diputado se concentró en el Conurbano tanto en ciudades peronistas como donde Unidad Ciudadana es oposición. Visitó Pilar, Merlo, Quilmes, Florencio Varela, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Moreno, Vicente López, etc. El año pasado y los seis meses que lleva este 2019, verano incluido, viajó por el interior y recorrió grandes y pequeñas ciudades. De las 135 sólo le faltan 47. La primera fue Quilmes, con un acto en la universidad, en el 2016.
En un Renault Clio gris modelo 2011 que maneja su dueño, Carlos Bianco, el ex ministro de Economía viaja con otras dos o tres personas (equipo de comunicación y redes sociales) generalmente los jueves por la tarde y viernes y en ocasiones se queda de recorrida hasta el domingo. Va de pueblo por pueblo y en cada salida pisa un mínimo de dos localidades y un máximo de cinco o seis. El vehículo al que llaman 'kicimóvil' tiene cuenta en Instagram aunque apenas llega a los 1280 seguidores mientras que Dylan, el perro de Alberto Fernández, tiene 17.400.
La semana pasada Kicillof viajó más lejos. Él llegó en avión a Bahía Blanca mientras que Bianco condujo su auto para recorrer esa ciudad, Monte Hermoso, Punta Alta, Villarino, Tornquist y Carmen de Patagones. El vuelo de regreso fue desde Viedma, la capital al otro lado del Río Negro.
El candidato priorizó este último tiempo el interior bonaerense con el mismo argumento con el que algunos dirigentes apoyaban la candidatura de Francisco Durañona, intendente de San Antonio de Areco: representa el 30% del padrón provincial y el 14% del padrón nacional. "No se puede desoír la situación en pueblos de 20.000 o 40.000 habitantes", dicen cerca suyo mientras él hace un escaneo personal ciudad por ciudad. Durañona de todos modos quería ir a la interna y presentar su propuesta pero este fin de semana avisó que se ponía a entera disposición de los Fernández y del binomio Kicillof-Magario y se bajó de la PASO que él mismo pidió.
El peso de la 125 y el pedido de los intendentes
Siempre con un cuaderno en la mano, el ex ministro Kicillof toma nota de todo lo que le cuentan. Reúne en cada lugar a vecinos, a veces a intendentes y convoca a representantes de los distintos sectores productivos. Así escribe lo que le cuentan los productores avícolas, los representantes de la industria láctea, comerciantes y vecinos y toma apuntes de todas las quejas.
Sin embargo no siempre lo quieren oír. En febrero Kicillof buscó un acercamiento con el campo. Intentó empezar a cerrar la grieta que se abrió con la resolución 125 durante la gestión kirchnerista y conversó con los representantes de la Sociedad Rural de Bragado. En paralelo, desde la presidencia del PJ, Fernando Gray empezó a conversar con las distintas organizaciones de productores bonaerenses.
Pero la charla del ex ministro de Economía generó reproches entre los ruralistas. Después de aquella reunión en Bragado la Carbap, que nuclea a todas las organizaciones bonaerenses, sugirió que sólo la confederación se siente en la mesa con los precandidatos y propuso a sus referentes locales que sólo se ocupen de los candidatos de cada ciudad. Incluso Carbap hará un seminario después de las PASO al que convocará a todos los candidatos a la gobernación para escuchar de forma institucional cada propuesta.
La semana pasada una secretaria del intendente Francisco Echarren de Castelli invitó a los ruralistas de la zona a almorzar con Kicillof y Magario. Hubo debate vía chat en el que los dirigentes del campo recordaron que cualquier charla debería ser institucional. Esquivaron el convite y dejaron vía libre para que si alguien deseaba asistir lo hiciera a título personal. Algunos manifestaron su enojo y respondieron que no se juntarían con aquellos que "tanto mal le hicieron al sector" en referencia a las retenciones al campo.
Al almuerzo con Kicillof y Magario fueron comerciantes, productores y cooperativistas. También hubo varios intendentes como Gustavo Barrera (Villa Gesell); Gustavo Walker (Pila); Juan Manuel Álvarez (Ranchos) y Juan Carlos Veramendi (Ranchos-intendente de licencia) y Germán Lago (Alberti).
En el Conurbano Magario estará más presente, tanto sola como con Kicillof. Ella concentrará sus esfuerzos en su entorno natural y tenderá puentes con los intendentes que todavía se niegan a una foto con el economista. Al menos por estos días. No porque no lo quieran como candidato: los convencieron con las encuestas en la mano. Sucede, advirtieron algunos a Infobae, que antes de posar con el ex ministro quieren ser tenidos en cuenta para el diseño de la campaña, las listas de candidatos y las políticas de un eventual gobierno. "No hemos visto gestos en ese sentido", se quejaron.
Hasta ahora los que apoyaban a Insaurralde no se juntaron con Kicillof desde que fue ungido por Cristina. Se resignaron a que el elegido no fuera uno de ellos ni un bonaerense (Kicillof tiene domicilio en Provincia pero vive en Capital que hubiera sido su distrito 'natural'). No se resignan en cambio a ser obviados en el resto de las decisiones y temen que el candidato defina solo. También les preocupa que la ex Presidenta y su hijo definan las listas sin preguntarles. Ya se lo avisaron a Alberto Fernández y terciaron para tener un representante en la Junta Electoral del nuevo Frente de Todos. Advierten: "Sin nosotros y sin estructura propia en la Provincia no pueden ganar ni gobernar".
Los planes de Kicillof
Acompañado por Teresa García, ex diputada nacional y actual diputada provincial, y por el amigo de los Kirchner Carlos 'Cuto' Moreno, el ex ministro planea armar equipos para el 11 de diciembre. Ya piensan, por ejemplo, en la primera Navidad y en los casi 80 días entre la asunción de la próxima gestión y el inicio de clases en las escuelas bonaerenses como ejes de campaña y problemas por anticipar. Las ideas y los discursos los escribe Kicillof y aunque le atribuyen la capacidad de escucha aseguran que la línea la marca él, ahora en conversación permanente con la intendenta Magario.
"Del 28 de octubre al 11 de diciembre hay que pensar cómo aplicar políticas para atender las situaciones de gravedad como las escuelas sin techo o con letrinas, la emergencia alimentaria y la salud", contaron a Infobae algunos dirigentes que lo acompañan y que piensan el futuro en modo de "urgencias".
Además esperan el OK de Alberto Fernández y Cristina Fernández para programar visitas con Kicillof y Magario allí donde consideren que la fórmula nacional aporta tanto o más que la fórmula provincial.
Antes se definen las listas, una dura batalla interna en la que ahora también tercia Sergio Massa y que condiciona los vínculos políticos. El economista está ajeno a esa pelea donde talla Máximo Kirchner.
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