Desde su casa en el barrio Vicente López, a pocos minutos de la residencia presidencial de Olivos, el senador Miguel Ángel Pichetto atendió a Infobae para hablar de su designación, de su relación con el Presidente y de lo que le dijeron los compañeros peronistas a los que llamó para comunicarles su decisión de acompañar a Mauricio Macri en la fórmula. Asegura que el próximo gobierno incorporará a figuras del peronismo y que tiene claro que su rol será de acompañamiento, "más allá de cualquier contingencia".
—Senador, ¿lo tomó por sorpresa el ofrecimiento del Presidente?
—Tomé la decisión con tranquilidad. Fue un proceso de construcción racional que, debo reconocer, no fue algo que no haya pensado con anterioridad. Yo venía teniendo relación con el Presidente y habíamos afianzado el diálogo y el vínculo después de la reunión que tuve en Nueva York con los fondos de inversión, donde expresé mi convicción de que el Gobierno iba a salir adelante. Estaba convencido de que lo único que necesitaba era tener confiabilidad, y demostrar que lo íbamos a acompañar en el cumplimiento de las obligaciones. Eso nos fue acercando más, hablamos varias veces. En paralelo, surgió el desmoronamiento de Alternativa Federal, espacio que se fue diluyendo, y empecé a ver que el escenario se iba a polarizar. Lo dije en varias oportunidades, así que el contexto era propicio para que no dude en lo que había que hacer.
—Va a entrar a la residencia presidencial en Olivos como integrante de una fórmula con un presidente no peronista. ¿No lo conmociona un poco? (Nota de redacción: la entrevista fue realizada antes de la reunión que se realizó en Olivos)
—La verdad que no lo vivo de manera que me conmocione. Lo vivo con mucha serenidad y tranquilidad. Lo vivo bien, asumo la importancia del rol que el Presidente me ha dado, que me traslada una responsabilidad de contribuir a un mejor gobierno. Sé que el vicepresidente tiene como función acompañar al presidente. Es un escenario que conozco a fondo. Haré un perfil bajo, acompañaré al Presidente en todo lo que necesite.
—No es promisoria la historia de los vicepresidentes en la Argentina.
—Hay una historia que es compleja, sí. Pero también hubo vicepresidentes que fueron ejemplares, que estuvieron al lado del presidente sin especulaciones y acompañándolo aún en las peores contingencias. Ese rol lo conozco y es el que voy a cumplir. Sé las limitaciones que tiene el cargo y lo asumo, porque el vicepresidente no debe iluminar la escena. Además, conozco cómo funciona el Senado. Está claro que la centralidad de la política la tiene el Presidente de la Nación. Es muy distinto al otro proyecto, en donde él es el que me convoca, porque él es el que tiene los votos, porque es el que está gobernando la Argentina. En el otro proyecto, donde la candidata a vicepresidenta designa al candidato a presidente, es una anomalía que exhibe cuál es la visión de poder que tiene.
—Llamó a varios compañeros peronistas, ¿qué le comentaron? ¿Se sorprendieron?
—En política no funciona la sorpresa. Se toma de otra manera, son roles. Cumplí con el deber de informarles la decisión que iba a tomar. Me quedaron pendientes por la celeridad del proyecto de ayer, pero hablé con Urtubey, con Massa. También con Eduardo Duhalde y Carlos Menem, a los que respeto y considero porque fueron presidentes de la Nación. Me quedan algunos todavía, voy a tratar de hablar cuanto antes con ellos.
—¿Y qué le dijeron?
—Me han tratado bien y me desearon suerte. A mí me parece importante el diálogo con los compañeros gobernadores, más allá de la lucha electoral, porque después viene otra etapa. Lo importante el 11 de diciembre es afrontar la agenda que tiene pendiente una Argentina que tiene recuperar el crecimiento cuanto antes.
—¿Imagina que se incorporen más peronistas al próximo gobierno?
—Sí, más peronistas y más sectores de la vida argentina que hay que convocar, trabajadores, empresarios, los que quieran sumarse. Entiendo que el Presidente está en realizar una gran convocatoria. Desde el triunfo hay que hacer una convocatoria amplia, es lo que está imaginando el Presidente, desplegando una visión más ligada a la unidad nacional.
—¿Por qué le parece importante un gobierno de unidad nacional en esta etapa de la Argentina?
—Porque estoy convencido de que hay que tener políticas de Estado para crecer y no seguir discutiendo políticas que ya no se discuten en ninguna parte del mundo, donde el modelo capitalista se implementa en países con las más diversas ideologías para favorecer la generación de empleo, integración internacional. Estamos viajando en unas horas a Vaca Muerta con el Presidente, que es la meca de la Argentina, la llave del crecimiento sostenido si es acompañada por políticas de largo plazo basadas en el consenso.
—¿Qué le contestó Sergio Massa cuando lo llamó?
—Yo le informé. Tengo un trato afectuoso con él, de respeto, y creo que es un valor importante que hay que cuidar y proteger. A partir de 2023, las elecciones las van a dirimir Massa, María Eugenia Vidal, Uñac, Manzur, Bordet, Rodríguez Larreta. Es lo que viene, porque viene un cambio generacional, figuras más jóvenes. A esa gente hay que cuidarla, y comprender los procesos y preservarlos para el futuro. Figuras como la de Sergio, que tiene gran ductilidad, y una importante voluntad política, tienen un valor. Menciono también otros jóvenes que también están en el Gobierno, como es el caso del ministro del interior y del jefe de Gabinete.
—¿Su candidatura es un desafío al paradigma duranbarbiano?
—Siempre tuve un gran respeto por Duran Barba, he debatido con él, es brillante, comprende los nuevos medios de comunicación, el siglo XXI, el análisis de la psicología social de estos tiempos… Me parece que la discusión por la ampliación del debate político era necesaria y es lo que se está implementando.
—¿Hay algo más que quisiera decir?
—Sí, me gustaría mandar un mensaje a las Fuerzas Armadas para la construcción de una gran convocatoria para fortalecerlas. La democratización ya se hizo, ya son democráticas. Ahora hay que jerarquizarlas, volver a la OTAN, cuestiones que son centrales para el fortalecimiento de una democracia moderna e integrada al mundo.
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