La jugada política de nominar al peronista Miguel Ángel Pichetto como compañero de fórmula de Mauricio Macri desencadenó, como un dominó, una serie de movimientos al interior del flamante frente Juntos por el Cambio. En ese reordenamiento interno por las elecciones vuelven a aparecer los nombres de dos dirigentes que más reclamaron la apertura del frente oficialista a nuevos espacios: Martín Lousteau y Emilio Monzó.
Descartada la posibilidad de integrar la fórmula presidencial y de competir en una PASO nacional, el PRO volvió a ofrecerle al ex embajador en Estados Unidos que encabece la lista de senadores por la ciudad de Buenos Aires, oferta que Lousteau analiza con su entorno de confianza pero que todavía no respondió.
"Se lo ofrecieron en su momento y quedaron en seguir hablándolo, no está cerrado. Lo que sí es cierto es que una de las cosas que había pedido Martín es que se ampliaran y lo están haciendo", confió a Infobae un dirigente cercano al diputado nacional de Evolución, que también maneja otras opciones: sumarse al gabinete nacional o dejar pasar este turno electoral y continuar dos años más como diputado.
La reconfiguración del frente de Gobierno, además, podría hacer rever los planes del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. "Es posible que el arribo de Pichetto haga cambiar su opinión de alejarse del Gobierno. En línea con lo de ayer (el anuncio de la fórmula presidencial), de seguro contribuye desde el gabinete nacional o puede seguir en el lugar donde está", aseguró a Infobae un dirigente de su máxima confianza.
Más allá del resultado de las negociaciones, al gobierno ahora se le suma Monzó a la carrera de nombres y apellidos para ocuparse de la Cámara de Diputados en caso de un triunfo, disputa a la que ya se sumaron el radical Alfredo Cornejo y Cristian Ritondo.
Otro dirigente que podría cambiar su postura es Nicolás Massot. El jefe del bloque del PRO en Diputados, mano derecha de Monzó, tenía la decisión tomada de no buscar renovar su banca, pero la llegada de Pichetto y la apertura al peronismo que festejaron hasta los radicales podría alterar sus planes.
En ambos casos, los de Monzó y de Lousteau, las negociaciones están abiertas, y lo estarán por lo menos hasta el 22 de junio, cuando venza el plazo para la inscripción de las candidaturas ante la Justicia electoral. Se inscriben en las discusiones que hoy se inaugurarán en Casa Rosada para la integración de las listas de candidatos de diputados y senadores y definir la estrategia electoral de campaña.
Hasta marzo de este año, la idea de Monzó, que mantiene un enfrentamiento político con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y con el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, era irse a trabajar a una embajada, preferentemente a la de España, pero por las dificultades económicas que afectaron al Gobierno a principios de año acordó con Casa Rosada -en ese momento- continuar al frente de Diputados hasta fin de año.
El dirigente peronista, que reinvindicó la "rosca política" en más de una oportunidad, fue uno de los primeros integrantes del ahora extinto Cambiemos que planteó la necesidad de ampliar el frente de gobierno con otros actores.
Lousteau se manifestó en el mismo sentido en varias oportunidades y en una carta publicada en Infobae en abril de este año pidió "una coalición que supere a Cambiemos", con la incorporación de dirigentes como, por ejemplo, Roberto Lavagna o los socialistas de Santa Fe.
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