Si los sondeos oficiales se replican en las urnas tal como prevé la Casa Rosada, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, renovará mañana su mandato por otros cuatro años y fortalecerá su liderazgo dentro de la Unión Cívica Radical al convertirse en el primer correligionario en revalidar su gestión y sortear con éxito la ola anti Cambiemos.
Pero más allá de su proyectada victoria, el desafío real de Morales será reeditar el apoyo obtenido en 2015, cuando del 58,31 % de los votantes diezmó la hegemonía peronista tras 32 años en el poder, y lo entronizó como el primer gobernador radical desde el regreso democrático.
Morales da por descontado que se anotará mañana una amplia ventaja frente a un justicialismo fragmentado en cinco expresiones. Y que le otorgará la primera victoria a Cambiemos tras los doce durísimos reveses electorales que, empujados por la mala imagen presidencial y la crisis económica, fustigaron a los candidatos de su partido en los sucesivos comicios provinciales.
Ese traje victorioso le allanaría el camino, dicen cerca del mandatario, para avanzar con su obsesión: mediar frente al presidente Mauricio Macri para bregar por la ampliación, sobre el cierre de las alianzas, de Cambiemos y convocar a Lavagna para que se una a ese espacio. La buena sintonía del gobernador radical con el economista peronista data de 2007, cuando Morales lo secundó en la fórmula presidencial. Pero la habilidad negociadora de Morales se desplegará apenas culmine la elección del domingo.
Jujuy es junto a Corrientes, Buenos Aires y CABA los únicos distritos alineados al gobierno nacional y el primer bastión que promete mostrar una consolidación al cambio, aunque se trate de una elección netamente provincial.
En los comicios de mañana, en los que otras tres provincias, Entre Ríos, Tucumán y Chubut dirimen gobernadores además de Mendoza que se mide en primarias, 12 binomios competirán por los destinos de la provincia, con el exiguo 1, 6 % del peso electoral a nivel nacional. Se renovarán, además, 24 bancas a diputados provinciales y se elegirán 27 intendentes, 92 concejales y 66 comisionados municipales. En total son 3.500 candidatos para cubrir 353 cargos electivos en un padrón de casi 550 mil electores.
Fenómeno inédito
Fortalecido por una coalición ampliada a 38 partidos provinciales y comunales del Frente Cambia Jujuy, Morales junto a su vicegobernador, Carlos Haquim, del Frente Renovador pero aliado a Roberto Lavagna para las presidenciales, deberá enfrentar un fenómeno inédito en la política jujeña: el surgimiento espontáneo por el respaldo popular de un ascético y diligente ex funcionario provincial, cuya promesa de campaña ha sido desterrar el robo sistemático dentro del Estado jujeño y terminar con el hambre en la provincia.
Julio Ferreyra, de 76 años, director durante 20 años (hasta marzo pasado) del Registro Civil provincial, y sin ninguna tradición electoral, saltó a la palestra política como un "líder moral y candidato de la gente". Fotografiado como Moisés para una revista salteña, emergió como una rara avis en el escenario electoral tras ser forzado a dejar su cargo por desinteligencias domésticas con la administración de Morales. Tras su vertiginoso crecimiento en las encuestas, dicen que cercano a los 30 puntos en intención de votos, el presidente del PJ, el sanjuanino José Luis Gioja, salió raudo a bendecir su candidatura y acicateó los históricos cimientos justicialistas en la provincia.
Ferreyra integra la fórmula del Frente Justicialista junto a Adrián Mendieta, intendente kirchnerista de la ciudad de El Carmen y es el rival "de probada honestidad", como lo sindican los jujeños, que más votos puede restarle a un líder empoderado en la provincia como es Morales.
En el entorno del mandatario proyectan dos escenarios posibles. Las mediciones más entusiastas auguran que Morales superaría el 50% de los votos, consolidando el rumbo de cambio. El plano más desalentador, atribuido a la alineación de Morales con la figura presidencial — invocación totalmente "vedada" en la campaña, donde tampoco aparecieron otros referentes nacionales—, lo ubican sólo 14 puntos arriba de Ferreyra (42% vs 28%).
Una brecha exigua pero suficiente para los votantes, que le reconocen al gobernador varios aciertos en su gestión: la restauración de la paz social y la institucionalidad, la erradicación de la violencia de las huestes de Milagro Salas, las innovaciones en energía solar y extracciones de litio, generadoras de empleo; los subsidios sociales a las tarifas eléctricas y al transporte y el refuerzo alimentario tanto en los comedores barriales y escolares como en el reembolso parcial en los gastos de supermercado una vez por semana.
"Ferreyra venía creciendo de manera exponencial y es verdad que en algún momento su figura preocupó, pero hace varias semanas que se estancó en las encuestas. Tiene a su favor una gestión transparente con superávit, el apoyo del aparato peronista y la sintonía que genera en la gente de a pie, que no lo identifica con el político tradicional", graficó una fuente local que sigue de cerca el escenario electoral. "A no ser que de un batacazo, es difícil que supere los 30 puntos", cerró.
Para amortiguar la baja estima hacia Cambiemos en Jujuy, donde más allá del peronismo gravita la ristra de partidos locales de raigambre radical, Morales pasó de asociarse a 15 partidos en 2015, a amplificar su plataforma a 38. Lo suficiente, dicen, como para tener garantizada su reelección.
"Como pueblo no claudicamos ante los violentos ni las adversidades", dijo el candidato en clara alusión a Milagro Sala durante la campaña, signada por reiteradas exhortaciones a continuar con las obras iniciadas para consolidar la transformación económica jujeña.
Ferreyra, en cambio, habló de la tolerancia cero a la corrupción en los distintos estratos de un estado omnívoro y se comprometió a erradicar el déficit alimentario y educacional durante una campaña muy ascética, respaldada por una mayoría de adherentes voluntarios.
Peronismo fragmentado
Sin primarias por designio del ex mandatario Eduardo Fellner, derrotado por Morales en 2015, entre las 12 fórmulas que competirán, cinco son escisiones del PJ. El abogado local opositor al aborto y ex juez federal, Vicente Casas, quien había lanzado su precandidatura en abril acompañando a Ferreyra y luego desistió, disputará la gobernación junto al médico Gustavo Briones con su nuevo partido, Confiar.
Otra de las vertientes corresponde al Frente Juntos por Jujuy, encabezado por el senador Guillermo Snopek, cuñado de Morales y muy enemistado con el gobernador (la escribana y primera dama, Tulia Snopek, se casó en diciembre pasado con el mandatario radical) que irá acompañado por Fernanda Colque. La dupla, que fustigó muy durante la gestión de Morales durante la campaña e intentó capitalizar el sentimiento anti Cambiemos en la provincia, se ubicaría tercera en intención de votos.
Fue curioso el amplio apoyo de Gioja, una de las principales figuras que busca aglutinar al frente de CFK, a Ferreyra en desmedro de la candidata de Unidad Ciudadana, la abogada de la líder de Tupac Amuru, Milagro Sala, Paula Álvarez Carrera, y de Néstor Marterana como vice.
El mapa del PJ se completa con la postulación de la diputada provincial Alejandra Cejas, en tándem con el delegado azucarero Rafael Vargas, por el Frente Patriótico.
Otras fórmulas
La novedad entre los candidatos es el resurgimiento del dirigente gremial de los municipales, Carlos "El Perro" Santillán (Partido por la Dignidad del Pueblo) secundado por la Corriente Clasista y Combativa, que lleva como vice a Eugenia Villada.
El resto de las candidaturas se reparten entre la izquierda (FIT-Alejandro Vilca-Andrea Gutiérrez), el MST (Betina Romero-Hugo Condori) y las vertientes políticas netamente locales como el tradicional Movimientro Popular Jujeño (Ricardo Guzmán-Leonor Silche), Unir Mi Jujuy (Daniel Macías-Miguel Caparroz) y el Frente Unidad del Pueblo Pluricultural (Victor Aramayo-Gabriela Arroyo).
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