Miguel Angel Pichetto está evidentemente enojado. Y responsabiliza a Roberto Lavagna de la imposibilidad de conformar una tercera vía política con expectativa electoral. El martes, a las 8 de la mañana, se reunió en la Casa de Santa Fe con el gobernador socialista Miguel Lifschitz; con el salteño Juan Manuel Urtubey y con Margarita Stolbizer del GEN. Estaba invitado Lavagna pero no fue: en su lugar envió a su hijo Marco Lavagna. Los dirigentes insistieron ante el diputado con la idea de que divididos ninguno sacará más de 8 o 9 puntos y que entonces no pasarán la primera vuelta.
Lavagna hijo repitió la decisión indeclinable de su padre que ya había hablado con Lifschitz y Stolbizer: será precandidato sin ir a una primaria. "Me cansé de la incomprensión", se quejó el senador nacional al revelar la frustrada cumbre. Y agregó: "En el escenario de la construcción política la manera de contener a los más jóvenes era ir a una primaria, no era una internita de un partido".
Habló también de las "aspiraciones legítimas" de Urtubey y de Sergio Massa. Sobre el salteño, reafirmó su voluntad de acompañarlo como precandidato presidencial mientras que aún mantiene una remota esperanza de retener al ex intendente de Tigre.
Para la primera vuelta descartó cualquier alianza con Cambiemos e incluso definió a María Eugenia Vidal como "una adversaria política, nunca una aliada". Pero entre la continuidad de Mauricio Macri, cuya reelección "tiene posibilidades en el nuevo contexto de tranquilidad cambiaria", y "el otro escenario de otra Argentina muy oscura" es evidente que optará por acercarse al Gobierno en un posible balotaje.
Para la primera vuelta anticipó que Alternativa Federal irá con fórmula propia: "Seguramente se presentará Juan Manuel Urtubey y voy a tener que acompañar. No queremos ir al encuentro del kirchnerismo, cuando uno abandona, abandona". Varias veces descartó que esa fuerza política se sume al esquema de Cambiemos. "No existe la magia. Este camino podría haber sido abonado desde 2017", consideró, aunque mencionó la "mala praxis económica" de la gestión de Macri.
En el tradicional almuerzo del Rotary Club Buenos Aires, Pichetto no usó metáforas ni se excudó en el off the record. Su brutal sinceridad le hizo ganar varios aplausos incluso cuando a contramano de lo que desearían escuchar sus interlocutores volvió a defender su negativa a desaforar a "la señora", es decir a Cristina Fernández de Kirchner. De hecho adivinó la pregunta antes de que se la hiciera Clara Mariño, moderadora del encuentro
"La prisión preventiva ha sido excesivo rigor judicial", dijo. "La Ley de Fueros no impide la marcha judicial. No hay fueros que protejan impunidades" , recordó aunque subrayó, por si quedaba alguna duda: "Yo no quiero que ella vuelva en el escenario de la política".
En el inicio de su exposición pareció hacer un guiño al Gobierno. Relató su viaje a Nueva York cuatro semanas atrás en el marco de un "escenario más complicado", tildó de "irresponsable" y de provocar "efectos negativos para la Argentina" a la difusión por esos días de una encuesta de Isonomía que planteaba una victoria K en balotaje y reprochó al macrismo que "no deja de cometer torpezas". "La primera tontería que me preguntaban en Nueva York era sobre el Plan V que salía de las entrañas del poder. El principal activo de un Gobierno es su presidente, si se corre hay una presunción de fracaso" criticó.
No fue el único cuestionamiento de un Pichetto más ácido de lo habitual. Acusó al Gobierno haber hecho "kirchnerismo blanco" en referencia a que continuó con el alto gasto social. De todos modos, se hizo cargo de su aporte durante los 12 años K y el apoyo del Parlamento para que hoy el 72% del gasto primario sea para seguridad social.
Aunque reiteró que hay tiempo hasta el 12 para las alianzas, repartió críticas y responsabilidades en el peronismo no K . Reivindicó a Urtubey y al cordobés Juan Schiaretti. De Lavagna dijo: "No tiene visión política". "Prácticamente han desintegrado el espacio de Alternativa Federal que hasta había logrado imponer su nombre" describió.
Sobre Massa, aseguró: "Está viendo qué camino tomar, lo cual le agrega incertidumbre a este espacio". Y comparó la construcción de Alternativa Federal con la forma en que el kirchnerismo nominó sus candidatos nacionales y en la provincia de Buenos Aires: "Se contraponía al del kirchnerismo, el dedazo que ni el PRI de Mexico lo utiliza por autoritario".
Sobre la construcción que realizaba con mandatarios provinciales que ahora acompañan la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández, Pichetto afirmó: "Los gobernadores están muy preocupados por su destino" y anticipó que se quedarán "en la posición más cómoda".
Finalmente y mientras contaba que nunca cortó el diálogo con Massa, dejó su visión respecto a un escenario "abierto" en el que "el Gobierno tiene posibilidades todavía" de ganar. Para el peronista, no sería peor que un triunfo de los Ferrnández o de Axel Kicillof en Buenos Aires ("tuvo cepo, paralizó la industria de lanchas en el tigre y fundió la construcción").
Sin calificar como "bueno" al Fondo Monetario Internacional elogió el vínculo actual: "No hubo ningún país después de Grecia que haya recibido tanta ayuda como Argentina de parte del Fondo".
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