Ante la audiencia del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, que al subir al escenario se paró para aplaudirlo de pie, Mauricio Macri hizo un breve repaso de algunos de los logros de su gestión para confesar que "lo que hicimos fue lo que tuvimos que hacer, no lo que quisimos hacer". "Que este camino sea difícil, que lleve más tiempo, no significa que no lo estamos recorriendo", agregó.
El Presidente habló en la jornada anual sobre "Diálogos para la Argentina" que el Colegio realiza por tercer año consecutivo en la Bolsa de Comercio, donde arrancó delineando la debilidad institucional con la que encontró la administración nacional, sin estadísticas, sin control de gestión, sin ningún proceso de digitalización consistente en los trámites públicos e internos. "El costo de la obra pública se redujo en un 40% y hoy se realizan por internet 5 veces más trámites que cuando llegamos al Gobierno", dijo.
Entre el público había destacados abogados como Raúl Pleé, funcionarios como José Torello, senadores como Miguel Ángel Pichetto, el actual miembro de la Comisión de Acción Política de la UCR, Ernesto Sanz, el diputado mendocino que preside la Comisión de Legislación Penal Luis Petri y el auditor general de la Nación, Jesús Rodríguez, entre otros. Compartieron la jornada con el ex presidente del Colegio, Guillermo Lipera, fuerte impulsor del evento y de uno de los procesos de transparencia más importantes que tuvo la Justicia penal como fue la auditoría a los juicios de lucha contra la corrupción.
La palabra a Macri se la dio el presidente del Colegio, Máximo Fonrouge, quien realizó un discurso en el que resumió la actividad de la institución en materia de transparencia, creación de nuevos juzgados e impulso a la digitalización de los procesos judiciales, junto con el juicio político a algunos jueces como el caso de Eduardo Freiler, juez de la Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.
Pero el panel que dio que hablar fue el que compartieron Pichetto y Sanz, viejos conocidos de la Cámara de Senadores, cuando el radical estaba en dura oposición al kirchnerismo. Ante la moderación del periodista Willy Kohan, ambos dirigentes hablaron con poca autocensura.
El peronista, por ejemplo, dijo: "No entra en mi cabeza que una parte del oficialismo se haya propuesto realizar un plan V, hay una parte de mi cerebro que no es capaz de entender eso". Es que para Pichetto existen varios partidos en la Argentina, el peronista, el radical, el socialismo, otros más nuevos, pero el "principal partido es el partido presidencial, el más gravitante en el sistema político argentino". "No entra en el manual de la política que se hable entre inversores financieros de los Estados Unidos sobre una encuesta que en un balotaje da ganador a la oposición o de un plan V", dijo.
Antes, Sanz había contado lo que dijo Pichetto en esa reunión con inversores que se realizó en Nueva York (donde justamente el senador peronista fue invitado por el Colegio de Abogados), "en la semana más difícil para el Presidente, cuando cualquier cosa que él dijera ahí podría voltearlo, él dijo que el Gobierno estaba muy sólido y que no había nada que temer".
El radical, por su lado, negó una y otra vez que fuera a acompañar a Macri en la fórmula presidencial que competirá en las próximas elecciones. Pero no se privó de explicar que "será muy difícil transitar los próximos cuatro años sin un acuerdo político que el Gobierno tendría que haber realizado en enero de 2016 o en octubre de 2017, pero que ya se hizo imprescindible".
A sabiendas de que en ese momento en el que estaba hablando, el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, estaba reunido con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, adelantó: "Ya no hay tiempo para ampliar Cambiemos; en cambio, espero que entre la primera y la segunda vuelta haya un acuerdo político entre las fuerzas democráticas de la Argentina".
Sanz arrancó su ponencia recordando lo que Felipe González había dicho hace un mes, cuando visitó la Argentina para hablar de la posibilidad de acuerdos políticos. "Se asombró de la distancia entre lo que los políticos dicen en reuniones privadas con lo que declaran públicamente", había comentado uno de los firmantes del Pacto de la Moncloa. Por su lado, el radical jugó fuerte sus cartas al exponer sus críticas a los que en público dicen que "las jubilaciones no se tienen que tocar, las edades de jubilación no se tienen que tocar, las convenciones colectivas aprobadas en 1975 tienen que seguir sin cambios". "Yo no tengo problemas en afirmar que son obstáculos para el desarrollo", afirmó.
Pichetto, por su lado, destacó el trabajo que realizó en el Senado, donde "a través del diálogo, los gobernadores mejoraron los recursos fiscales de las provincias y el Gobierno se garantizó la gobernabilidad". Y repitió algo que ya se le había escuchado: "la grieta es entre espacios democráticos y espacios no democráticos", una posición que fue aplaudida por los más de 300 asistentes que lo escuchaban.
La mesa anterior estuvo integrada por la diputada Graciela Camaño, la ex diputada Margarita Stolbizer y el procurador general de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand. Bajo la moderación del periodista Claudio Savoia, los tres destacaron la importancia de la transparencia en materia de justicia. La más crítica fue Stolbizer, quien resaltó similitudes entre la actual gestión y la anterior, porque "hay discrecionalidad en la toma de decisiones, no se trata solo de no robar, no se trata solo de rendir cuentas, también hay que mostrar ejemplaridad en los cambios profundos y promoviendo el diálogo".
La titular de la Oficina de Anticorrupción, Laura Alonso, fue la encargada de hablar de "transparencia y sociedad", donde dijo que "la calidad institucional tiene que ver con darnos certezas en el camino de la vida, en nuestras familias o en nuestra actividad económica". Y aseguró que "nuestro problema macroeconómico también tiene una raíz institucional. El arrastre de las mejoras de estos años en materia de transparencia tendrá un efecto también en la economía".
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