La intención de voto de Mauricio Macri como candidato a presidente abrió una inesperada tómbola política para determinar a su eventual compañero/a de fórmula. La explicación pragmática es fácil de describir: Macri necesita multiplicar los votos para enfrentar a Fernández y Fernández, y un método eficaz para cumplir con ese objetivo es sumar como candidato a vicepresidente a una figura pública que convenza y traccione a los miles de votantes defraudados por la gestión económica de Cambiemos.
Hasta ahora hay 10 precandidatos a vice que pertenecen al Gobierno, la Unión Cívica Radical y el denominado peronismo racional. Todos tienen chance y todos dependen de una negociación simultánea que se cocina en la Casa Rosada, en la intimidad del radicalismo y frente al zigzagueo constante de Alternativa Federal. Macri escucha ofertas y alegatos cargados de realpoltik, pero ya adelantó que la decisión será suya y de nadie más.
Fatto in casa
Gabriela Michetti, Patricia Bullrich, Carolina Stanley y Rogelio Frigerio son los cuatro candidatos que más suenan en los dos pisos más importantes de la Casa Rosada. El laboratorio de encuestas del Gobierno ya midió a los cuatro funcionarios, y casi no hay distancia entre la actual vice y los tres ministros.
En Balcarce 50 evalúan una oferta que complemente a Macri, y esa opción a su vez debe satisfacer demandas puntuales de los votantes que se transformaron en indecisos por la inflación, el desempleo y la pobreza de los últimos tres años. Es un mix de ambas variables de sociología política y todavía es prematuro asegurar si tiene más posibilidades Bullrich o Stanley, dos ministras que son protagonistas en dos agendas clave del Gobierno: seguridad y desarrollo social.
Respecto a Frigerio y Michetti, las situaciones son diferentes. El ministro del Interior preferiría quedarse en su despacho –si hay segundo mandato–, mientras que a la Vice le encantaría repetir, pero su relación es fría con Marcos Peña, el arquitecto electoral de Macri.
Radicales al ataque
La Convención Nacional del radicalismo dejó dos situaciones políticas. No habrá ruptura con el PRO en Cambiemos y la UCR exigirá participar en la toma de decisiones e integrar de manera proporcionada todas las listas que impliquen representación política e institucional.
En este contexto, no sólo habrá una dura negociación para conformas las listas de diputados y senadores nacionales, sino también una compleja pulseada de poder para acompañar a Macri en la fórmula presidencial. Los radicales creen que les toca suceder a Michetti, y pelearan por el segundo lugar en el ticket de Cambiemos.
Alfredo Cornejo, titular de la UCR y principal crítico/aliado del gobierno, aparece como en lista corta de los radicales que podrían ser el número 2 de Macri en la fórmula. El presidente entiende la situación política de Cornejo –termina como gobernador de Mendoza y no tiene reelección–, pero no le gustaron ciertos aspectos del discurso que ejecutó en la Convención Nacional.
Sin embargo, Macri respeta su honestidad intelectual y su mirada de la política doméstica, dos capacidades valiosas al buscar criterios distintos a los que se escuchan en el primer piso de la Casa Rosada. Cornejo quiere el cargo, y todo dependerá de los términos de la negociación que emprendan Peña y Frigerio con la mesa política asignada por la Convención Nacional.
Distinta es la situación de Martín Lousteau. Se trata del radical más taquillero a nivel electoral, pero Macri desconfía de sus reflejos políticos. Al presidente no le preocupa la ambición de poder del exministro de Cristina Kirchner, no entiende cómo toma las decisiones, y eso le aumenta su nivel de desconfianza.
Macri es lineal. Aún no asimiló que Lousteau renunciara a la embajada de la Argentina en Washington, y menos aún que lo criticara en su gira por Asia cuando se habían sentado a negociar su futuro político en Cambiemos. El presidente asume el valor electoral de Lousteau, pero también conoce la historia de Carlos "Chacho" Álvarez como vicepresidente de Fernando de la Rúa.
Ernesto Sanz y Mario Negri son dos radicales históricos que construyeron Cambiemos cuando se trataba de un sueño imposible en la partidocracia de la Argentina. Macri los aprecia y confía en ellos, y aparecen como los eventuales candidatos a Vice mejor ranqueados en el lote radical. Negri tiene un bonus track: es amiga de Elisa Carrió, la gran electora que opera en bambalinas y dispara en las redes sociales.
La variable peronista
Miguel Ángel Pichetto es uno de los legisladores peronistas que más elogia Macri. Tuvieron un comienzo frío –Pichetto jugó al lado de CFK hasta diciembre de 2015–, y con el correr de los meses la relación política se acomodó. Pichetto tiene mucha experiencia parlamentaria y ha leído más que cualquiera de sus pares, una cualidad que Macri elogia puertas adentro de Balcarce 50.
Junto a Pichetto, en Gobierno observan con atención a Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta. Urtubey tiene una mirada crítica de Cristina, comparte con Macri la defensa del libre comercio y la inserción global, y cuestiona los resultados del plan económico negociado por Nicolás Dujovne con Christine Lagarde, directora ejecutiva del Fondos Monetario Internacional.
Si las negociaciones para ampliar Cambiemos prosperan, Pichetto y Urtubey tienen chances de ser invitados a integrar la fórmula presidencial del oficialismo. Pichetto escucharía con atención esa oferta electoral, mientras que Urtubey se tomaría unos días para pensar en la propuesta.
El gobernador cree que es imposible para Macri y CFK presidir con la soledad de sus coaliciones partidarias, pero es cauteloso en la toma de una decisión que puede trastocar su carrera política. Urtubey como Pichetto asumen que es momento de ensanchar la base electoral de Cambiemos para derrotar a Cristina, frente a una campaña proselitista que se asentará en los resultados económicos obtenidos por Dujovne y su equipo.
Ya hay una lista con 10 eventuales candidatos a Vice para Macri. Una larga nómina que será podada con el correr de las semanas. El 22 de junio, es la fecha clave: ese día, Macri anunciará a su compañero/a de fórmula para enfrentar a Fernández y Fernández, que sueñan con regresar a Balcarce 50.