Van a seguir negándolo, pero hubo un tiempo en que Cambiemos se desordenó y fueron habilitadas todas las opciones para las elecciones de 2019. Hasta el propio Presidente se abrió a esas discusiones, tratando de colaborar en la salida de la encerrona del Gobierno, acosado por la crisis económica y el largo listado de promesas incumplidas.
Pero esas semanas donde tembló el piso de la coalición oficialista pasaron y ya nadie duda de quién será el candidato, sin plan V ni H ni X, sin primarias, sin ninguna otra alternativa que reposicionar la desgastada imagen de Mauricio Macri.
Y, para que no quepan dudas, fue el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires el que se puso el problema al hombro y empezó a hablar con cada uno de los dirigentes de los distintos partidos, empresarios, amigos y hasta enemigos para convencerlos no solo de que no hay ninguna otra posibilidad, sino que es lo mejor que puede pasarle a Cambiemos.
Es que Rodríguez Larreta es de esa clase de políticos que no le teme al diálogo con el que tiene diferencias y avanza sin pudores hacia conversaciones francas con muchas personas que no gozan de confianza en la Casa Rosada, donde suelen cocinarse los más variados distanciamientos con personas influyentes que -por las razones que sean- tuvieron alguna diferencia que después no fue olvidada ni perdonada por las altas esferas del Gobierno.
Allí donde un rencor impide un buen vínculo con Sergio Massa, el Jefe de Gobierno porteño está siempre para repararlo. Cuando Mario Negri o cualquier candidato de Cambiemos en el interior siente que no tiene respaldo de la Casa Rosada, Rodríguez Larreta se hace presente para encontrar vías de solución que garantice la competencia. Si los radicales están molestos porque el Gobierno no los cuida lo suficiente, allí va Horacio a escuchar las quejas.
Y si María Eugenia Vidal se enoja con Marcos Peña porque no ayuda lo que ella considera justo a la provincia de Buenos Aires, que lleva el mayor peso en las elecciones, siempre podrá conversarlo con su otrora jefe y hoy accionista en paridad de condiciones en el PRO para ver cómo convencer al Jefe de Gabinete de que ella no es una competidora de Mauricio sino una militante leal.
Es verdad que Rodríguez Larreta la tiene más fácil que cualquiera en Cambiemos porque, a pesar de la dramática situación económica, el kirchnerismo sigue siendo un cuco fácil de vencer en la Ciudad de Buenos Aires y donde Macri sigue con altos porcentajes de respaldo.
Además, después de tres gestiones sucesivas del PRO, la gestión porteña tiene para mostrar no solo los mejores procesos de atención al público en todo el país o el ordenamiento del transporte público a través del Metrobus, sino la posibilidad de inaugurar grandes obras que están transformando la vida cotidiana de los que viven o vienen a trabajar a la Ciudad, como los viaductos de los trenes.
El lunes 27, justamente, será la inauguración del Paseo del Bajo, un corredor de 7 kilómetros que separará el tránsito pesado del liviano a lo largo de Puerto Madero, que pondrá fin al embudo en que se convirtió la zona en la última década, perjudicando el tránsito de todo el centro de la Ciudad de Buenos Aires.
Y el lunes siguiente, el 3 de junio, se inaugurarán tres estaciones del subte E (Correo Central, Catalinas y Retiro), que permitirán las conexiones con las líneas B y C y con las líneas de FFCC Mitre, San Martín y Belgrano Norte, que conectan a CABA con distintos partidos del conurbano bonaerense, incorporando 63.000 usuarios nuevos a la red pública de transporte, es decir, que dejarán de venir a su trabajo con su auto particular.
Pero hasta que la ley electoral lo permita, Rodríguez Larreta tiene previsto lanzar el Parque de la Innovación en la zona del ex Tiro Federal (que permitirá una conexión fluida entre Ciudad Universitaria y la Universidad Torcuato Di Tella), el sector sur de Aeroparque (la última gran obra de remodelación de la terminal aérea porteña) la inauguración del Ministerio de Desarrollo Humano en el predio del edificio del ex "Elefante Blanco" y del Ministerio de Educación en Barrio 31, el Parque de la Estación (un nuevo espacio verde que reconfigurará la Estación Once), la última obra del Arroyo Vega y la nueva Plaza Houssay, entre otras, junto con la Nación.
Mientras tanto, es consciente de que Cambiemos tendrá que hacer una oferta electoral más atractiva para asegurar las elecciones. Si antes era necesario, mucho más ahora, cuando el kirchnerismo está mostrando inteligencia política para salir de la grieta argentina. Con poco tiempo para las negociaciones, y a tono con la demanda de los socios radicales, Horacio está enfocado en pensar opciones para la candidatura a la vicepresidencia, a donde empiezan a barajarse distintos nombres.