"El orden de los factores no altera el producto".
Por ahora, el Gobierno mira expectante. Para Mauricio Macri y sus estrategas, el anuncio del sábado de Cristina Kirchner no modifica el rumbo. Ni la postulación del Presidente ni la estrategia de campaña se alteran. Al menos por ahora.
"Es todo muy prematuro aún. Todo sarasa", decían en la tarde del lunes en Casa Rosada antes de que empezara a llover sobre Buenos Aires.
Es que, en el macrismo, sobran inquietudes y faltan certezas. El Gobierno no tiene claro si la candidatura de Alberto Fernández beneficia, perjudica o es más de lo mismo. A pesar de los esfuerzos por relucir que el ex jefe de Gabinete "es un mal candidato". Durante todo el día, entre los dirigentes de Cambiemos circularon viejos audios del ex funcionario con duras críticas a la última gestión del kirchnerismo.
Una buena porción del círculo más cercano a Macri incluso está convencida de que la decisión de Cristina Kirchner de bajar un peldaño obedece a "cuestiones personales" y no políticas. Y que hasta el cierre de alianzas y de listas el escenario puede volver a cambiar.
El Gobierno sí monitoreó durante el fin de semana y este lunes la reacción del PJ. Entre el sábado y el domingo, el ministro Rogelio Frigerio habló con media docena de gobernadores, entre ellos Sergio Uñac, de San Juan, y Juan Schiaretti, de Córdoba.
Para la Casa Rosada, uno de los datos datos más salientes fue el apoyo de Domingo Peppo, de Chaco, a la fórmula Fernández-Fernández. ¿La explicación? La alta popularidad de Cristina Kirchner en ese distrito. Los gobernadores, se auto convencen en el Gobierno, juegan en las elecciones provinciales lo que mejor les conviene. Similar es el caso de Entre Ríos: Gustavo Bordet, que hace dos domingos se lo mencionaba como uno de los potenciales ordenadores de Alternativa Federal, se apuró el sábado en saludar a la nueva fórmula del peronismo K. El entrerriano va a elecciones el próximo 9 de junio.
Expectante, la Casa Rosada también siguió de cerca las declaraciones de Roberto Lavagna y de Juan Schiaretti, que este martes se verá con Macri en el marco del aniversario de la empresa Fiat. El primer caso, en la confirmación de la candidatura presidencial. El cordobés, por su parte, remarcó que Alternativa Federal tendrá candidato propio en las elecciones.
"Hay que esperar", resaltan desde el oficialismo. "Esperar y medir", agregan. Los estudios encargados al psicólogo español Roberto Zapata, que tuvo que volver al país de urgencia, convocado por la Jefatura de Gabinete, volverán a ser claves para el PRO.
Dentro del pesimismo que atraviesa a Cambiemos hay algunos datos que dan algo de oxígeno. El más relevante: los indecisos. Para el Gobierno, la pecera para pescar electores dubitativos es mucho más auspiciosa para Macri. La duda que recorre por estas horas los principales despachos oficiales es cuánto puede pescar la eventual postulación de Lavagna o del candidato que presente el PJ Federal. E incluso arrebatar votos propios.
De lo que no había dudas este lunes en el Gobierno es que el anuncio de Cristina Kirchner fue "un cimbronazo". El tema excluyente. Y que la decisión de la ex Presidenta vuelve a impactar en los corrillos previos de la convención de la UCR del próximo lunes en Parque Norte.
Julio Cobos, incluso, volvió a insistir con el "Plan V", en alusión a María Eugenia Vidal. En el macrismo ya no ven chances de un cambio de estrategia. Si alguna vez hubo alguna posibilidad, quedó desterrada hace tiempo. Macri se recuesta sobre Marcos Peña. Cada vez más.
Para el PRO, el encuentro radical del próximo lunes decidirá la continuidad dentro de Cambiemos. La pirotecnia verbal de estos días quedará, para el Gobierno, solo en eso. Aunque sí podría definirse la creación de "comisiones" vinculadas a explorar nuevos acuerdos. El inconveniente para los impulsores de ese camino es que no hay nadie enfrente con quien aliarse. Macri no está dispuesto a perder su identidad.
Horacio Rodríguez Larreta, por las dudas, tomó precauciones: agendó para ese mismo día, lunes 27, la inauguración del Paseo del Bajo, una de las obras más emblemáticas del Gobierno porteño que copará buena parte de la agenda. Casualidades del destino.
En la provincia de Buenos Aires el anuncio de la ex Presidenta también fue el tema excluyente de este lunes.
"Nos arruinó el fin de semana. El sábado trabajamos como si fuera día de semana", se lamentaba esta mañana, con sorna, un importante funcionario bonaerense.
Más allá de la chanza, el sorpresivo anuncio activó los teléfonos del macrismo bonaerense, que el sábado empezó a conjeturar en torno al nuevo escenario planteado con la candidatura de Alberto Fernández. Por lo pronto, para María Eugenia Vidal y su círculo más íntimo, el escenario tampoco cambia demasiado. "Falta mucho hasta el cierre de alianzas del 12 de junio. Van a pasar muchas cosas. Hay que esperar que baje la espuma", aventuraba hoy un miembro del entorno de la gobernadora.
En el chat de WhatsApp del gabinete provincial, el sábado hubo una inusual actividad. Gustavo Ferrari y Cristian Ritondo, los dos ministros que integran la mesa de campaña provincial junto a Federico Salvai, Federico Suárez, Fabián Perechodnik y Mariano Mohadeb, fueron los más activos. El ministro de Seguridad, dirigente peronista, fue un poco más efusivo: habló de la agitación en el PJ. El de Justicia fue más cauto: pidió esperar a que pasen los días para analizar la jugada.
En efecto, en el macrismo bonaerense aún no hay conclusiones de la decisión de Cristina Kirchner. Vidal es una de las más perjudicadas por la popularidad de la ex Presidenta en territorio provincial, en especial en el corazón del Gran Buenos Aires, y por la impopularidad de Mauricio Macri.
"¿Cambia en algo que Cristina Kirchner vaya segunda? ¿Cuánto afecta a la búsqueda de reelección de la gobernadora?", se preguntaban esta mañana.
Por lo pronto, Vidal y Macri se mostrarán juntos este martes en Bragado. Así lo definió la mesa de agenda, integrada por funcionarios nacionales y provinciales, que se reunió este lunes por la mañana en Casa Rosada.
El macrismo sí ve como un escenario probable que Macri consiga la reelección y que Vidal se quede sin nada. En la provincia de Buenos Aires no hay balotaje. Se pierde por un voto. En el seno del Gobierno provincial hay quienes todavía se lamentan por el no desdoblamiento.