Durante sus últimas dos semanas de arresto, Víctor Manzanares estuvo alojado en una lugar especial: una casa con tres habitaciones ubicada dentro de la cárcel de Marcos Paz. El lugar fue refaccionado especialmente para alojar a determinados integrantes del Programa de Testigos e Imputados Colaboradores. Tiene rejas, cámaras, una cocina, y hasta un patio donde podía salir a caminar sin entrar en contacto con otros reclusos. Pese a las comodidades, no es un lugar vip. La "mini-cárcel" es un búnker, con tres anillos de seguridad. Manzanares estuvo solo, rodeado de efectivos de "Los Lobos", un grupo de élite dedicado a cuidar a los integrantes del Programa.
El contador histórico de los Kirchner se arrepintió en febrero y atravesó un largo proceso hasta que fue aceptado como imputado-colaborador. En sus declaraciones judiciales, y luego mediáticas, contó cómo lavaba el dinero para Daniel Muñoz y los detalles del movimiento de los bolsos con dinero. También reveló cómo se habría armado la pericia en la causa por el enriquecimiento ilícito de los Kirchner.
En las últimas semanas, Manzanares mandó mensajes públicos para obtener algún beneficio después de sus revelaciones. Hasta amagó con renunciar al Programa que comanda el Ministerio de Justicia. Pero siempre se cuidó de no complicar más la situación de la ex presidenta. Por eso, en Comodoro Py muchos sospechan de sus palabras. "Se hizo millonario con todo esto, no se arrepiente de nada", dijo un investigador que lo tuvo cara a cara.
Pese a las sospechas sobre sus dichos, la presión dio sus frutos. La semana pasada, el juez Ariel Lijo le concedió la excarcelación en la causa de los cuadernos durante la licencia de Claudio Bonadio. Y ayer el TOF 5 le concedió la libertad por la causa Los Sauces, donde no pudo arrepentirse y deberá afrontar el juicio oral junto a la ex presidenta y los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López, entre otros imputados.
Hace dos semanas, Manzanares abandonó la celda donde estuvo alojado los últimos meses, en la zona de Palermo. En ese lugar no tenía la posibilidad de salir al patio y estaba padeciendo el encierro. "No tenía idea si era de noche o de día", se llegó a quejar. El traslado a la cárcel de Marcos Paz se hizo en secreto y se mantuvo en reserva.
Las condiciones de detención habían mejorado, confirmaron desde su defensa. "Ahora va a estar mejor", ironizó anoche su abogado, Roberto Herrero.
El lugar que había sido acondicionado especialmente para Manzanares quedó vacío. Los responsables del Programa de Testigos e Imputados Colaboradores ya están analizando quiénes podrían ocupar esas tres plazas. "Hay que analizar los perfiles, no pueden convivir ex funcionarios con narcos", graficó una fuente oficial.
Aunque había amenazado con renunciar al Programa, el ex contador de los Kirchner todavía sigue adentro del mismo. Por eso, las autoridades del Ministerio de Justicia decidieron anoche que no vuelva a su casa sino a un lugar "especial" para resguardar su seguridad.