"No puedo asegurar que Cristina vaya a ser candidata". Lo dijo su hijo, el diputado Máximo Kirchner, frente a un grupo grande de intendentes convocados a Lomas de Zamora por el alcalde local Martín Insaurralde para conversar con Alberto Fernández, el virtual jefe de campaña de CFK. Estaban los de la Primera y Tercera sección electoral, "el 70% de los votos" bonaerenses, según las cuentas de uno de los presentes. De todos modos, que el diputado nacional no haya dado certezas no significa que vaya a ser o no candidata a presidente de la Nación: dos años atrás decía lo mismo cuando sólo faltaba un mes para el cierre de listas y también se especulaba respecto a si iría o no por la senaduría bonaerense.
Sin embargo, y aunque la mayoría de ellos estuvo la semana pasada en la Feria del Libro acompañando a la ex presidente, el foco de la charla no giró en torno a su candidatura. Lo que plantearon los intendentes fue definir una estrategia electoral y que los intendentes de la Provincia sean tenidos en cuenta, además de instrumentar un mecanismo de encuentros, una mesa de trabajo electoral que los incluya. De hecho coincidieron en que este año el candidato (o candidata) a la gobernación debe ser un intendente. "Así como en las provincias se acordó con los gobernadores, en Buenos Aires hay que armar una estrategia con los intendentes que gobernamos, tenemos las cuentas en orden, hacemos gestión", reflexionó uno de ellos, mientras que Gabriel Katopodis, de San Martín, afirmó: "Para ganar tenemos que ser mejores que los demás y construir algo más grande".
Alberto Fernández sumó a Máximo Kirchner (esta vez no estaba previsto que fuera), a Santiago Cafiero, nieto de Antonio, y a Fernando 'Chino' Navarro, del Movimiento Evita, que también propuso pensar un programa para plantear a los bonaerenses en el área de educación, seguridad y salud. Pidieron, él y otros, coordinar propuestas y no basar la campaña en críticas a María Eugenia Vidal. Hubo una especie de autocrítica sobre 2015, la derrota frente a Vidal, los problemas de gestión y la deuda con los bonaerenses que podría pesar en la memoria de los votantes.
La palabra "orden" se repitió durante todo el asado, el segundo de la semana entre intendentes. La cita anterior fue el miércoles en Merlo con Gustavo Menéndez como anfitrión. También ese día el organizador fue Insaurralde que ya está armando un encuentro más amplio en Cañuelas para el próximo martes. Serán unos 50 dirigentes, estarán todos los del interior pero habrá que ver si van intendentes del Conurbano que están alejados de la 'rosca' como Mario Ishii de José C. Paz y Patricio Mussi de Berazategui. En Lomas este viernes estuvieron Juan Pablo de Jesús (La Costa); Gustavo Menéndez (Merlo); Fernando Gray (Esteban Echeverría); Juan Zabaleta (Hurlingham), Gustavo Arrieta (Cañuelas); Ariel Sujarchuk (Escobar); Gabriel Katopodis (San Martín); Alberto Descalzo (Ituzaingó); Julio Zamora (Tigre); Mariano Cascallares (Almirante Brown); Walter Festa (Moreno) y Jorge Ferraresi (Avellaneda).
El grupo, a veces con más y a veces con menos, viene hablando de la estrategia en la provincia de Buenos Aires desde que volvieron a acercarse al kirchnerismo. Las primeras juntadas fueron hace más de un año en casa de Juan Cabandié, que desplegó sus dotes de asador en La Paternal. En el tercer encuentro estuvo Máximo Kirchner después de que en las listas pesara más el armado de La Cámpora y la lapicera de Cristina Kirchner. Incluso varios de los intendentes sufrieron internas de parte de la agrupación del hijo de la ex presidente, algo que prometieron no repetir.
Lo que pidieron los intendentes es evitar las PASO en los municipios donde el intendente vaya por la reelección (prácticamente todos excepto Berazategui, donde Mussi le dejará el lugar a su padre Juan José), y sólo ir a internas en los lugares donde sean muy necesarias y donde la competencia pueda ampliar la base de votos. No todos estuvieron de acuerdo, algunos aconsejaron que en los próximos días se busque a los mejores 80 candidatos para los 80 municipios gobernados por Cambiemos y citaron como ejemplo Mar del Plata, La Plata, Lanús y Quilmes, donde hay unos ocho precandidatos peronistas.
"Hay que concentrar esfuerzos", recomendó alguien que pidió pensar el efecto que tendría sobre la elección presidencial si en agosto Cambiemos gana nuevamente en Buenos Aires. La gobernación se gana por un voto y no hay ballottage y un triunfo de Vidal (si se confirma que será la candidata), generaría un efecto positivo para el Gobierno nacional.
En su primera cita en conjunto con los intendentes (con muchos ya había hablado en forma personal) Alberto Fernández escuchó mucho y habló sobre cómo se avanza en la estrategia en las provincias, sobre cómo ve el contexto político y social Cristina Kirchner, y sobre cómo ve el proceso electoral.
La cita fue importante y la foto también. Mostró, a diferencia del almuerzo del miércoles pasado en Merlo, quiénes están más cerca de Martín Insaurralde. Esta vez no estuvieron ni la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, ni el diputado Fernando Espinoza.
Para "ordenar", como pidieron casi todos, y armar un plan que evite internas en distritos donde los intendentes están bien posicionados (alguien dio el ejemplo de Almirante Brown con Mariano Cascallares y la aparición de algunos posibles adversarios internos) acordaron que cada semana un grupo de intendentes se reunirá con Alberto Fernández y eventualmente con Máximo Kirchner. Hasta ahora el enlace con el diputado Kirchner era Insaurralde, aunque también varios tienen línea directa con el hijo de la ex presidente y hubo algún asado entre él y esta 'liga'.
Con un peronismo que viene ganando las provincias donde gobierna, triunfo que se repetiría este domingo en La Pampa, los intendentes coincidieron en que "la única chance que tiene Cambiemos de ganar a nivel nacional es ganar la provincia de Buenos Aires". Por los errores del pasado se insistió en armar una campaña "inteligente" y diseñar una estrategia porque "en 2015 no sólo se perdió por los votos de Córdoba para Mauricio Macri sino por la provincia de Buenos Aires".
No había terminado la sobremesa cuando el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires que preside el intendente Fernando Gray emitió un comunicado en el que respaldó fundamentalmente a Cristina Kirchner: "Ratificamos nuestra preocupación ante la continua persecución a opositores, que no constituye una acción aislada, sino que deja en evidencia que las instituciones en Argentina se encuentran en serio riesgo".
Y calificaron como "vergonzosa la vulneración de los principios esenciales básicos del Estado de Derecho y Convivencia Ciudadana", además de mencionar "apriete" a la Justicia y "causas inventadas, espionaje, violencia verbal, utilización de las herramientas del Estado para hacer terrorismo".
El comunicado evidentemente apuntó a respaldar a la ex presidente: "Con fuerte apoyo de intereses extranjeros que se vienen apropiando de recursos estratégicos argentinos de la mano del Gobierno, pretenden destruir física, moral y políticamente a la principal adversaria política para continuar con este modelo de saqueo".
En ese marco, entre la estrategia electoral y la judicial, este sábado Máximo Kirchner (que buscaría su reelección como diputado nacional), liderará un acto en Ferro organizado por Leopoldo Moreau y el alfonsinismo K. El lunes habrá un evento similar de La Cámpora y el Partido Solidario en el hotel Bauen con discurso de Carlos Heller. Máximo Kirchner repetirá como orador central.
En Lomas de Zamora hubo también una evaluación positiva sobre la vuelta de Cristina Kirchner al PJ y su presencia el martes pasado en la sede partidaria de Matheu, un hecho de alto impacto en la interna política.
Sobre el final del asado hubo más acuerdos que diferencias, aunque el 'mimado' resultó ser Juan Zabaleta de Hurlingham. Parece que a su pedido o sugerencia hubo panqueques con dulce de leche de postre.
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