Paro nacional: el Gobierno reforzó la seguridad en la calle y los gremios apuestan a un fuerte acatamiento

Macri instruyó a Patricia Bullrich a aumentar los controles policiales en los accesos a la Ciudad

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Una imagen desconocida del Aeroparque Metropolitano, esta mañana en medio del paro (Foto: Adrián Escandar)
Una imagen desconocida del Aeroparque Metropolitano, esta mañana en medio del paro (Foto: Adrián Escandar)

El paro nacional convocado para hoy por los gremios opositores al Gobierno apunta a convertirse en una fuerte pulseada de campaña electoral donde habrá dos actores en pugna: por un lado, el bloque de sindicatos alineados con Hugo Moyano y de perfil kirchnerista que apuesta a una masiva adhesión gremial para dar un fuerte llamado de atención al presidente Mauricio Macri y, por otra parte, el Gobierno buscará controlar la calle ante eventuales desmanes o piquetes y reforzará puntos clave de la Ciudad para garantizar el transporte bajo la intención firme de licuar la huelga.

Macri lanzó anoche una velada advertencia a los gremios que hoy van al paro nacional. "Dejar atrás atajos siniestros no es fácil, cuesta", dijo al anunciar la apertura de exportaciones de carne de cerdo a China. Hoy, el Presidente se mostrará ajeno a la protesta gremial y encabezará junto a la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, la inauguración de las obras de la Planta Potabilizadora Donato Gerardi de La Plata.

Macri y Vidal se mostrarán ajenos al paro en la inauguración de una obra en La Plata
Macri y Vidal se mostrarán ajenos al paro en la inauguración de una obra en La Plata

Así, el Gobierno tratará de mostrarse indiferente al paro nacional. Sin embargo, en las últimas horas desplegó toda una fuerte estrategia política tendiente a atenuar el impacto de la medida de fuerza de los gremios opositores.

El secretario de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio, dictó la conciliación obligatoria para un total de nueve gremios y cámaras empresarias en sindicatos vinculados al transporte, los estatales, el área de comunicaciones, la construcción y el campo.

En paralelo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich armó un fuerte operativo de la Gendarmería, la Policía Federal y Prefectura para hoy a fin de evitar los cortes de calles o bloqueos a los accesos a la ciudad. Además, reforzará las terminales de las líneas metropolitanas de colectivos ante posibles nuevos siniestros como los que sufrieron ayer las líneas 17, 113, 109 y 126 donde grupos opositores a la UTA quemaron varios colectivos.

Anoche, el secretario de Seguridad de Bullrich, Pablo Noceti, presentó una denuncia judicial por los actos de vandalismo a las líneas de colectivo afectadas y solicitó que se investigue a los responsables.

En este contexto, Bullrich resaltó que "las mafias ya están actuando" y advirtió que "no hay clima para un paro". Así, apostará a un fuerte despliegue de policías y gendarmes para que no haya sabotajes a los colectivos ni piquetes en los accesos a la Ciudad. Esta jugada resulta muy riesgosa ya que Moyano avaló en las últimas horas la estrategia de cortes de rutas y calles encabezados por los movimientos sociales que acompañarán el paro nacional.

La doble acción lanzada desde el Gobierno apunta a desarticular a los gremios opositores que hasta hace poco tiempo estaban alineados con la CGT dialoguista que no avaló la huelga de Moyano y sus adeptos.

Allegados a Moyano admitían anoche a Infobae una "fuerte presión" de Bullrich con la Gendarmería y de Fernández Aparicio con las conciliaciones obligatorias para atenuar el impacto de la medida de fuerza. Se entiende: el llamado a empresarios y trabajadores en empresas como Intercargo, en la Federación Marítima Portuaria, en el gremio APLA con empleados de Aerolíneas Argentinas o en los ceramistas de FOCRA busca desarticular el frente opositor gremial de Moyano.

En la Casa Rosada ven al kirchnerismo detrás del paro nacional. Moyano se cuidó en los últimos días de elogiar a la ex Presidente para que no vincularan el paro con una cuestión electoral.

Sin embargo, se sabe que hay sindicatos que comulgan con Cristina Kirchner hace rato y ya están lanzados con su eventual candidatura presidencial como son los casos de los bancarios, la CTA de Hugo Yasky, un sector de izquierda de la Unión Transporte Automotor, los aeronáuticos, los portuarios y varios movimientos sociales liderados por el Movimiento Piquetero Nacional que incluye a Juan Grabois.

La estrategia gremial

Ajeno a todas estas especulaciones, anoche, Omar Plaini, del gremio de los canillitas, expresó ante Infobae: "Este será un paro de amplia adhesión que implicará una movilización muy fuerte de la gente que quiere decir basta a este ajuste del Gobierno".

Omar Plaini, del gremio de los canillitas
Omar Plaini, del gremio de los canillitas

La movilización en Plaza de Mayo es otro de los ejes centrales de este paro ya que desde allí se esperan fuertes discursos contra el Gobierno.

Plaini se encargó toda la tarde de ayer de hacer un punteado con los gremios que adhieren y de llamar a aquellos que estaban dudosos. Sufrió en carne propia los acuerdos de conciliación obligatoria que dictó el Gobierno en algunos gremios que daban por sentado que iban a adherir a la huelga.

Pese a todo, Moyano y sus seguidores se mantienen optimistas. Habrá una fuerte adhesión de los trabajadores de subte, los bancos, en las escuelas públicas el paro de CTERA se hará sentir, lo mismo que en las universidades. El sindicato de camioneros paralizará todo el transporte de combustibles del país además de los caudales, las cerealeras y el correo. Y el gremio de los pilotos también paralizará todos los aeropuertos del país, entre otros sectores que se suman al paro.

La jugada del paro esconde, a la vez, la decisión firme de los gremios opositores de debilitar a la CGT alineada al Gobierno. Esta apuesta persigue la firme intención de que las bases sindicales empiecen a cuestionar al secretariado de la central obrera liderado, entre otros, por Andrés Rodríguez (UPCN), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Héctor Daer (Sanidad), Gerardo Martínez (UOCRA) y Carlos Sueiro (Aduanas).

Se trata en este caso, de dejar a la vista que la CGT dialoguista ya no resulta funcional para los gremios combativos ante un gobierno que consideran la causa de todos los males de la economía. Mucho menos en un momento donde la campaña electoral crispará los ánimos opositores contra la Casa Rosada.

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