La ex jefe de Estado comienza a mencionar el tema recordando que no llegó a hablarlo con el papa Francisco pero que sí lo había hecho con los obispos Ojea Quintana y Carrara cuando la visitaron en su casa: "Les dije que era un tema que nos interpela y por el cual tenemos que sí o sí interrogarnos. Por mi parte sigo sin estar de acuerdo con el aborto y nunca lo practiqué".
Ese mismo día y frente a los obispos la anécdota que cuenta en su libro Sinceramente continúa con la vivencia de su hija Florencia que según la ex presidente "es una madre soltera que decidió tener a Helenita, mi nieta…¿qué hubiera pasado si me decía que no la quería tener y que había decidio abortar? ¿Yo qué hubiera hecho? Sin dudar la hubiera acompañado. Esa tarde sentí que me interpelaba a mí misma. Es tan difícil modificar las creencias o aceptar las razones del otro cuando no coinciden con la fe de cada uno".
Junto a la reseña de Florencia también hace mención a diferentes diálogos y situaciones vividas con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo para remarcar como una mujer ya grande y con historia propia puede modificar sus pensamientos o actitudes conforme al pensamiento de sus hijos.
Los pañuelos y le feminismo formó parte del mismo debate que según ella la atravesó producto de escuchar a su hija: "Qué cosa las mujeres argentinas con los pañuelos, blancos, verdes, las madres, las hijas, las nietas y…también los pañuelos celestes. (…) Yo antes era una persona que decía ´no soy feminista, soy femenina´. ¡Qué estupidez! No fue solo Florencia la que me hizo cambiar fueron también las pibas del secundario y mis nietas, helenita y María Emilia a quienes las imaginé 12 años más tarde".
Recordando las marchas que se realizaron en la ciudad y la toma de los colegios sobre las cuales su hija le enviaba fotos cerró al idea de por qué cambió su postura anti aborto por un voto positivo en la Cámara de Diputados: "Me puse a pensar, dentro de 15 años yo voy a tener 80, voy a ser una vieja y Helenita va a estar en quinto año, María Emilia va a estar en cuarto de secundaria y les van a preguntar las compañeritas: "Che, ¿qué votó tu abuela?" Y ellas van a contestar: "Esa vieja votó en contra". ¡No señor!…Eso no me lo voy a permitir. No estoy dispuesta a ser recordada mal por mis nietas". Fue así como justificó el cambio de su voto.
Esa noche al votar en el recinto dijo: "Estamos rechazando sin proponer nada alternativo, la situación va a seguir siendo la misma. Si tuviera la certeza de que votando negativamente no hay más abortos en la Argentina, no tendría ninguna duda en levantar la mano".
El discurso de esa noche: