El Gobierno se concentra en la búsqueda de los votantes desencantados para tratar de remontar en las encuestas

Las encuestas muestran a Cambiemos en su peor momento. El fantasma de Cristina Kirchner

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Los ministros Dante Sica, Nicolás
Los ministros Dante Sica, Nicolás Dujovne y Carolina Stanley, durante los anuncios de este miércoles

Para el Gobierno, el video de Mauricio Macri con la vecina de Colegiales en el que adelantó con muy pocos detalles las medidas anunciadas luego por sus ministros para aliviar la crisis económica fue prácticamente un éxito.

Los asesores de comunicación del Presidente justifican esa sensación por la secuencia de eventos que rodearon a ese video casero que se produjo durante varios días. Primero, la oficialización del INDEC con el índice de precios del 4,7%. Después, la presentación de Guido Sandleris, presidente del Banco Central, en la que anunció el congelamiento de la banda cambiaria. Al otro día, la filmación de Macri, la conferencia de los ministros Nicolás Dujovne, Dante Sica y Carolina Stanley, con la letra fina de los anuncios de precios, tarifas y créditos, y el raid mediático posterior de varios de ellos.

El esquema comunicacional desplegado esta semana por el Gobierno tiene un solo objetivo: salir en busca de los votantes desencantados, agobiados por los malos resultados del programa económico implementado por el jefe de Estado.

Es que las últimas encuestas que recibieron en estos días en el primer piso de la Casa Rosada son desalentadoras: Cristina Kirchner le gana a Macri por varios puntos. Es la primera vez que el panorama es tan sombrío para Cambiemos desde que Macri llegó a la Presidencia. "Le dieron vuelta el partido en el primer tiempo. Falta el segundo", analizan asesores de la Jefatura de Gabinete. El tiempo hasta las elecciones es ahora el principal aliado del oficialismo si es que la Casa Rosada logra llegar a octubre con una inflación más aceptable. Es paradójico: en la posible vuelta de Cristina Kirchner, aún con la magnitud de la crisis, se centra la principal estrategia del macrismo.

Jaime Durán Barba no estuvo el miércoles en Olivos. Pero sí lo hizo el martes, en la previa de los anuncios y del mensaje presidencial en los que el asesor ecuatoriano tuvo una injerencia clave. El lunes almorzó con Marcos Peña. Antes había desmenuzado con la cúpula del Gobierno los resultados de los estudios cualitativos encargados en todo el país, y que machacaron en la necesidad de concentrarse en el voto desencantado.

En la provincia de Buenos Aires, la impopularidad de Macri es cada vez más fuerte. En la tercera sección, la ex presidenta lo aventaja por al menos 20 puntos. La posibilidad de que María Eugenia Vidal no sea reelecta es concreta.

La gobernadora fue la primera en salir a la caza del votante desilusionado. Como publicó este medio, hace más de un mes que se abocó, todas las semanas, a reunirse con vecinos del conurbano de las intendencias en las que gobierna el PRO que están desmoralizados por la performance de Cambiemos.

Los asistentes a esos encuentros plantearon el temor al regreso de Cristina Kirchner. Y una andanada de críticas a la gestión de Macri.
El Gobierno tomó nota de esa realidad. Impedido de exhibir logros de gestión en materia económica, se aferró a la polarización con el kirchnerismo y salió a desparramar el fantasma de la vuelta de Cristina. Es el argumento principal para volver a encantar a esa porción del electorado que Macri perdió en estos años.

Mauricio Macri y Jaime Durán
Mauricio Macri y Jaime Durán Barba

Durán Barba no perdió influencia. Por el contrario: su opinión, más allá de los debates internos, fue siempre decisiva en los momentos más cruciales de la carrera política de Macri. En el 2011 lo conminó al líder del PRO de que tenía que bajar sus ambiciones presidenciales y reelegir en la Ciudad. "No se puede contra una viuda", le dijo en el verano de ese año, meses después de la muerte de Néstor Kirchner.

El consultor hace rato que pronostica que el programa económico del Gobierno no es el adecuado. Lo planteó a inicios del 2018, al cerrar el retiro espiritual de Vidal con su gabinete, en Chapadmalal: "No dudo de que los economista del gobierno sean buenos, pero eso no sale en las encuestas", remarcó en ese momento.

Consciente del mal momento, Peña, el funcionario más influyente y más criticado de la administración nacional, lejos de correrse, se puso al frente de la situación.

En los últimos tiempos, el jefe de ministros se reunió con la Iglesia y con empresarios, de los sectores del "círculo rojo" más desencantados con Macri. Volvió a agitar la polarización. En la cena de CIPPEC en La Rural, de hace dos semanas, fue uno de los últimos en irse.

Horacio Rodríguez Larreta, uno de los integrantes más encumbrados de la mesa chica del Presidente, es, en comparación a Vidal y a Macri, al que se le presenta el panorama menos complejo.

En los últimos meses, los encargados de analizar la evolución de los números de la gestión porteña y la performance del jefe de Gobierno empezaron a notar que su imagen se despegó más de la cuenta de la figura del jefe de Estado.

Hace varias semanas, de hecho, que el equipo legal de la Ciudad analiza la posibilidad de desdoblar el eventual ballotage porteño del nacional. La excusa formal es que los candidatos de la Ciudad podrían no ser los mismos que los nacionales. Y que en un caso sería voto electrónico y, en el otro, boleta papel.

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