Agentes especiales de las dictaduras militares de Argentina y Uruguay viajaron en diciembre de 1976 a París, Francia, para operar contra militantes políticos uruguayos allí exiliados, de acuerdo con un documento desclasificado recientemente por el gobierno de Estados Unidos.
El operativo no tuvo éxito ya que información sobre la misión habría sido filtrada, según destaca el cable de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) fechado en marzo de 1977, pero se trata de una de las pocas operaciones en Europa del denominado Plan Cóndor, un "esfuerzo cooperativo" y clandestino de los servicios de seguridad de las distintas dictaduras sudamericanas para luchar contra el guerrilla y la subversión en la década de 1970, de la que se tenga registro.
Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia fueron los miembros principales de esta iniciativa que se cree comenzó en 1974 y fue formalizada en 1976, y que incluyó un profundo intercambio de información y la ejecución de operaciones conjuntas dentro de los territorios de los participantes.
Tal fue el impacto del Plan Cóndor que las agencias de inteligencia del Reino Unido, Francia y Alemania del Oeste incluso se mostraron interesadas en aprender de sus tácticas represivas y su cooperación clandestina con el objetivo de lidiar con grupos guerrilleros europeos, de acuerdo con una serie de cables desclasificados citados por The Guardian.
Pero de cualquier manera, el mismo Plan Cóndor mostró luego fisuras cuando Argentina, Chile y Uruguay se mostraron a favor de realizar acciones en Europa, donde numerosos grupos guerrilleros y subversivos sudamericanos tenían oficinas de propaganda y coordinación o permanecían en el exilio. Brasil, Paraguay y Bolivia, sin embargo, no participaron de esta iniciativa.
El centro de entrenamiento para estos agentes fue establecido en Argentina (Cóndor 1) y se cree que un equipo de argentinos y uruguayos viajó a París a principios de diciembre de 1976 para operar contra "terroristas uruguayos", de acuerdo con el cable desclasificado.
Luego del fracaso atribuido a una filtración de la misión, Uruguay expresó sus dudas sobre la posibilidad de planear nuevas operaciones de este tipo.
No estaba claro el tipo de acción que estos agentes iban a ejecutar en París, aunque el cable de la CIA cita un reporte según el cual las actividades de los miembros del Plan Cóndor fuera de sus territorios estaban "confinadas a la recolección de información". Aunque sin descartar otras "acciones no especificadas" contra "extremistas en el extranjero", realizadas con aviso a los servicios de seguridad locales.
Otro cable de la CIA, fechado en mayo de 1976, es menos ambiguo y destaca que en una conferencia de miembros del Plan Cóndor en Santiago, Chile, se propuso la formación de un equipo especial entrenado para realizar "ataques físicos" contra miembros de la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR), organización internacionalista formada por el Ejército Revolucionario del Pueblo (Argentina), el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Chile), Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (Uruguay) y el Ejercito de Liberación Nacional (Bolivia).
Bajo el nombre "Teseo", esta unidad sería entrenada en Argentina y se especializaría en operaciones en Europa. Para ello cada miembro del Plan Cóndor había acordado enviar dos agentes a Buenos Aires en septiembre de 1976, además de proveer dinero y equipo para las operaciones.
El cable asegura que el entrenamiento tuvo lugar, aunque señala no tener reportes sobre el envío de los agentes a Europa.
Tampoco estaba en claro si todos los países miembros del Plan Cóndor habrían enviado a sus representantes a Buenos Aires, y cita el rechazo de Bolivia, cuyo gobierno militar argumentó que acciones violentas en el extranjero podrían generar una reacción internacional adversa contra estos países sudamericanos.
Aunque por otro lado a los servicios de inteligencia bolivianos se les atribuye el asesinato del el ex militar Joaquín Zenteno Anaya precisamente en París, en 1976 y en el marco de una serie de purgas internas, de acuerdo a una investigación de 2017 publicada por la UNESCO y la CIPDH. Zenteno Anaya había sido uno de los hombres a cargo del operativo en el que el guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara murió en 1967, y fue a su vez asesinado en la capital francesa en la que prestaba servicios diplomáticos luego de haber entrado en conflicto con el dictador Hugo Banzer. El hecho se atribuyó en su momento a un grupo guerrillero.
Un tercer cable fechado el 12 de agosto de 1976 indica por su parte que Brasil "no había aún aceptado participar en operaciones en Europa", y que por tanto los restantes miembros habían presuntamente frenado el despliegue de las unidades, aunque continuaban el entrenamiento. No estaba claro si esto significó el colapso del proyecto o confirmaba la intención de Argentina, Chile y Uruguay de seguir por su propia cuenta.
Cables posteriores hacen incluso referencia a un virtual retiro de Brasil del Plan Cóndor en octubre de 1977, cuando Brasilia decidió no enviar a nadie a la cumbre de países miembros en Buenos Aires.
Un cuarto cable, fechado en mayo de 1977, asegura que el fracaso de "Teseo" se debió a que el Plan Cóndor, aunque secreto para el público, era conocido por los servicios de seguridad e inteligencia en todo el mundo.
En este documento desclasificado las intenciones de "Teseo" son aclaradas aún más. "La misión básica de los grupos Cóndor enviados al extranjero sería presuntamente 'liquidar' líderes terroristas de alto nivel. No-terroristas también eran presuntamente candidatos al asesinato: el político opositor uruguayo Wilson Ferreira, si llegaba a viajar a Europa, y algunos líderes de Amnistía Internacional son mencionados como blancos", señala el texto desclasificado.
En el caso de Ferreira, un influyente político del Partido Nacional, se indica que podría haber sido retirado de la "lista negra" por sus contactos con legisladores estadounidenses.
También se menciona el plan de enviar a un equipo especial a Londres, Reino Unido, disfrazados de empresarios, para monitorear "actividades sospechosas" en Europa, así como también un esfuerzo de recolección de material sobre grupos de derechos humanos para "identificar y exponer sus conexiones socialistas y marxistas".
Estos cables, informes, reportes y documentos de la CIA y otras agencias de inteligencia estadounidenses fueron desclasificados y entregados oficialmente al gobierno de Argentina el 12 de abril. Se trata de 5.596 registros con un total de 43.472 páginas sobre hechos ocurridos entre los años 1975 y 1984, ahora disponibles.
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