La Cámara Federal avaló el rol de los jueces en el acuerdo con los arrepentidos

La Sala I confirmó la decisión de Bonadio de rechazar la homologación del acuerdo con un supuesto testaferro de Daniel Muñoz. Restan otros dos casos

Claudio Bonadio, el juez de los cuadernos

La Sala I de la Cámara Federal avaló este lunes la decisión del juez Claudio Bonadio de rechazar la homologación del acuerdo con uno de los "arrepentidos" en la causa de los cuadernos. Se trata de Osvaldo Fabián Parolari, un bróker que participó de las operaciones inmobiliarias de Muñoz y sus testaferros en Estados Unidos. La decisión del juez había sido apelada por los fiscales y por la defensa de Parolari.

El fallo de la Cámara, firmado por los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, es clave para el desarrollo de la causa de los cuadernos, pero con impacto inmediato en otros expedientes judiciales resonantes.

"De la lectura de la normativa aplicable al caso (Ley 27.304) se desprende claramente que el juez de la causa para aprobar el acuerdo de colaboración, no sólo debe efectuar un control sobre el cumplimiento de los requisitos formales, sino que además -por remisión del art. 10- debe analizar el cumplimiento de las previsiones establecidas en el art. 41 ter del Código Penal, el cual –entre otras cuestiones- en su tercer párrafo exige por parte del magistrado actuante una valoración sobre la utilidad de los datos e información aportada", dice la resolución a la que tuvo acceso Infobae.

Y agrega: "La corroboración exigida por los recurrentes se debe llevar a cabo en una segunda etapa, totalmente diferenciada de la homologación del acuerdo, tratándose de una instancia posterior a la aprobación donde no sólo intervine el juez –como en el caso de la aprobación- sino que también el fiscal, quienes serán los encargados de corroborar la verosimilitud y utilidad de la información brindada por el imputado (art. 13)".

Parolari estuvo detenido casi 70 días, pero recuperó su libertad en febrero de este año. Bonadio rechazó el acuerdo que había firmado con los fiscales por entender que no aportaba información valiosa para la investigación.

A comienzos de este año, los fiscales apelaron esa decisión por entender que el juez no debía efectuar un análisis sobre la utilidad del testimonio sino que debía restringirse a los requisitos de admisibilidad del acuerdo.

El segundo imputado que todavía no pudo convertirse en arrepentido es Alejandro Raele, uno de los financistas apuntados por los testaferros de Muñoz. En una extensa declaración, revelada por Infobae, admitió que recibía bolsos repletos con billetes de 500 euros. Y hasta detalló que tenían "olor a humedad" y las "banditas elásticas podridas" auqnue dijo que nunca supo su origen ilícito.

El socio de "Financlass", una de las cuatro financieras mencionadas por los arrepentidos Sergio Todisco y su ex mujer Elizabeth María Ortiz Municoy, admitió que manejó entre 15 y 16 millones de dólares entre 2011 y 2014.

El financista se sumó a la maniobra por pedido de Sergio Todisco, a quien conocía desde 1990, cuando ambos estudiaban la carrera de licenciatura en comercialización en la UADE. La relación de amistad se profundizó con el paso del tiempo. Compartieron veraneos en Mar del Plata y viajaron juntos por el mundo junto a sus esposas.

El suegro de Raele, Pablo Ripell, es el tercer imputado que busca homologar su acuerdo. Su declaración, como en los otros dos casos, todavía no está incorporada formalmente a la causa y no puede ser utilizada como prueba.