Por primera vez en lo que va del año en las disertaciones frente al Rotary Club Buenos Aires, una ministra nacional fue interrumpida varias veces con aplausos. Cuando Patricia Bullrich habló de mafias, cuando dijo que sería un buen momento para que les pidan perdón a los hijos de los prefectos a los que les gritaban "asesinos" en las escuelas por el caso Santiago Maldonado y cuando habló del cambio de foco sobre el rol de las fuerzas a su cargo: "Dejamos atrás el modelo zaffaroniano para ir a un sistema de protección de la sociedad y de la víctima".
Sin embargo, durante los primeros 10 minutos de su exposición hizo un resumen de los desafíos del gobierno nacional en un año electoral. "Estamos a mitad del río y para cruzarlo si ustedes no nos acompañan la Argentina vuelve a 70% de inflación", advirtió.
La funcionaria admitió: "Nos pueden achacar un montón de errores no forzados, es verdad, hemos cometido muchos errores no forzados como cualquier buen deportista". Y aceptó que "cada vez hay más pobres, menos clase media y más intereses corporativos". Agregó que "cuando uno intenta cambiar mecanismos de fondo sin cambiar estructuras de fondo lo que viene es peor" y consideró que "el plan económico que queremos en Argentina se choca con intereses mafiosos todos los días".
Como ejemplo citó la ausencia de la CGT en el plenario de comisiones donde se trataría el blanqueo laboral. "Los senadores esperaron a la CGT para un acuerdo firmado. Me imagino que la CGT dijo no le demos ninguna victoria al gobierno y dejaron plantados a los senadores", especuló la ex ministra de Trabajo en la gestión de la Alianza.
Usó otra comparación. Recordó el cuento "El almohadón de plumas" de Horacio Quiroga porque para ella la Argentina sufre como el protagonista de esa historia a quien un bicho dentro de la almohada le chupaba la sangre cuando apoyaba la cabeza. "Si no matamos ese bicho no discutamos de inflación, tenemos que matar ese bicho", reclamó sobre los sectores, intereses particulares y corporaciones a las que atribuyó ese poder. Reclamó nuevamente que se vote la ley contra las barras bravas y lanzó otra sentencia: "No vamos a aceptar aprietes de nadie".
En ese marco, la ministra hizo una comparación con Venezuela y la primavera árabe. "Lo que estamos discutiendo es si la Argentina va a ser una democracia como sistema de vida o si va a ser una democracia como sistema de elección, Venezuela tomó el camino de la democracia como sistema de elección, cada tanto se vota", describió. Sobre Egipto subrayó: "No se crean que cinco pibes en las redes sociales cambian una red de poder. En Egipto después del cambio con los pibes en Twitter, lo que vino fue el ISIS".
De saco rojo y zapatos al tono, la ministra Bullrich logró acaparar la atención. La reciente detención de Alberto Samid en Belice fue uno de los temas de conversación. La funcionaria reveló un pedido que le hizo el presidente Mauricio Macri esta mañana, en la reunión de Gabinete. "El Presidente me pidió que le diga a la sociedad que lo de Samid es un ejemplo, se acabaron los vivos que se roban la plata de la gente, que se burlaban de la Justicia, antes no los iban a buscar, nosotros en tres días lo trajimos", aseguró. "Durante años se paseó por los canales de televisión, tenía una cierta protección pero esta vez la viveza le duró poco. ¿Por qué lo trajimos a Samid? ¿Por que era Samid? No, porque es el símbolo de que acá el que le saca el trabajo a otro, el que no paga los impuestos a en cana".
Después de eso, los periodistas presentes, entre ellos Infobae, le preguntaron cómo actuaría su ministerio en el caso de Florencia Kirchner que sigue un tratamiento en Cuba y pide quedarse a terminarlo mientras la requiere la Justicia. Bullrich cambió el tono. "Eso es sólo si hay una decisión judicial que nos implique una búsqueda de la persona y una alerta roja de Interpol. No creemos que hoy en día esa situación esté cerca de darse. Por otro lado no creemos que sea lo mismo Belice que Cuba y no tenemos ninguna disposición judicial, no correspondería para nada en este momento", descartó al menos por ahora.
También encaró un tema espinoso. La interna abierta entre policías de la Federal y de la Bonaerense, que tuvo su epicentro recientemente con un tiroteo en una estación de servicio, y que quedó en medio de sospechas de espionaje ilegal a María Eugenia Vidal. "Fue un malentendido, nosotros queremos que a nuestra gobernadora le vaya bien; seríamos tontos y malas personas si fuéramos contra la gobernadora", aseguró y reveló que ella misma lo conversó con la gobernadora. "No sabíamos que iba a suceder eso, no teníamos ni idea que eran policías de la Bonaerense, era un caso menor y nosotros no nos enteramos de todo, tenemos 600 procedimiento por día", aclaró.
Frente a los rumores que la señalan como una posible compañera de fórmula de Macri en su reelección, evitó responder directamente: "Yo siento que si en este momento me pongo a pensar en el futuro trabajo mal para el presente. Soy ministra de Seguridad, nadie me dijo nada y sigo siendo ministra de Seguridad".
Al finalizar reiteró su metáfora del río: "Aunque el cambio sea difícil de entender para muchos, aunque el cambio sea difícil de sobrellevar para muchos, vamos a seguir así. De ahí no nos sacan", expresó convencida de que ese planteo será respondido por la sociedad.