La sospecha la tuvieron desde el comienzo. Los jueces sabían que iban a tener a un acusado difícil. Incontinente, imprevisible, exultante, desinhibido, showman. Así es el empresario Alberto Samid. Por eso el Tribunal Oral en lo Penal Económico 1 llevó el juicio por asociación ilícita en su contra con pies de plomo, entre algodones. No quería que nada hiciera poner a Samid en personaje. Casi lo logran pero todo se complicó en la etapa final, a un paso del veredicto.
Esta es la crónica de cómo se gestó la orden de detención del empresario cárnico que fue dictada el miércoles al mediodía pero que tiene varios capítulos previos.
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El juicio oral comenzó el 18 de marzo. Samid y otras siete personas, entre ellas su hermana Alicia, empezaban a ser juzgados por presunta asociación ilícita en la evasión de impuestos en la comercialización de carnes, el rubro de Samid.
En la primera audiencia estuvieron presentes todos los acusados. "Yo voy a venir", dijo Samid y concurrió a otras cuando declararon los testigos. No estaba obligado. El Código Procesal Penal establece que hay tres etapas en la que los imputados tienen que estar presentes obligatoriamente: en el inicio para escuchar la acusación, en las indagatorias y para las últimas palabras antes del veredicto. Fuera de esos momentos, el tribunal puede citar a los acusados a que estén presentes.
Eso hicieron los jueces José Michilini, Diego García Berro e Ignacio Fornari con Samid. Lo empezaron a citar a audiencias pero no se presentó. También ordenaron una medida que no se había hecho durante la investigación del caso: un estudio socioambiental. Se trata de un análisis de la situación personal y familiar de los acusados.
Los especialistas fueron a la casa del empresario en la localidad bonaerense de Ramos Mejía. Y allí la esposa de Samid dijo que ya no vivía más porque se habían peleado. Tras su partida del domicilio legal que había dado, el empresario no le informó al Tribunal su nueva dirección.
El fiscal Gabriel Pérez Barberá pidió que se le prohibida la salida del país. El tribunal la ordenó el 27 de marzo. Para esa fecha todavía no se sabía y se iba a conocer esa semana. El empresario ya no estaba en el país. El domingo 24 de marzo mientras se conmemoraba el día de la Memoria por la Verdad y la Justicia por el inicio en 1976 de la última dictadura militar del país, Samid salía del país. Por informes oficiales del Ministerio de Seguridad se supo que está en Bélice, un país de América Central.
El viernes pasado fueron los alegatos del fiscal. Pidió que Samid sea citado bajo apercibimiento de ser detenido. No se presentó. El lunes, en una nueva audiencia, Pérez Barberá pidió la detención del empresario para que comparezca al juicio oral.
Este miércoles se reanudó el juicio. Todos los acusados fueron convocados porque estaban previstas las últimas palabras y luego el veredicto. El fiscal había pedido que Samid sea condenado a seis años y medio de prisión y con el resto de los acusados paguen una multa de 23 millones de pesos y la Administración Federal de Ingresos Públicos, que actúa como querellante, a siete años.
Pero el empresario no estaba en los tribunales de Comodoro Py. Los jueces le preguntaron a la defensa por su paradero. "Hemos perdido contacto", respondió su abogado, Vicente D´Attoli. "No nos atiende el teléfono", le contaba ese mismo día a otras personas en el juicio. El tribunal hizo un cuarto intermedio y ordenó la captura nacional e internacional. Su casa de Ramos Mejía fue allanada. No estaba.
Las fuerzas de seguridad comenzaron a trabajar en el caso y oficialmente informaron que Samid había salido del país el 24 de marzo, seis días después de iniciado el caso, y que estaba en Belice.
"No me voy a entregar con estos tipos, prefiero ser un fugado político que un preso político", dijo Samid esa misma tarde en diálogo con medios de comunicación.
¿Había riesgo de que Samid vaya preso en caso de ser condenado?, le preguntó Infobae a tres fuentes del caso. "Cero riesgo", fue la respuesta unánime. Ni la Fiscalía ni la querella habían pedido su detención con la condena de prisión. Y la jurisprudencia marca que para ser detenido la condena debe estar firme. Eso significa que tiene que ser ratificada por la Cámara Federal de Casación Penal -que revisa los fallos de los Tribunales Orales- y eventualmente por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. "Eso iba a ocurrir mínimo en dos o tres años más", dijo una fuente de la defensa.
El último contacto que Samid y su abogado tuvieron fue público. Ocurrió ayer cuando charlaron telefónicamente en una entrevista al empresario en el canal de noticias C5N. D´Attoli le dijo que se presente en tribunales.
Inclusive su estado de prófugo lo pone en una peor situación judicial. Cuando sea detenido y si es condenado puede continuar en prisión. Es porque el tribunal puede entender que hay riesgo de fuga con una condena y la única manera de neutralizar ese riesgo es con la cárcel. Otra opción a la que podría apelar Samid es a la prisión domiciliaria porque tiene 71 años, aunque el beneficio no es automático.
¿Entonces por qué se fugó Samid? Nadie sabe dar una respuesta asertiva. Pero sí dos especulaciones. Una política: dos fuentes marcaron que en los reportajes que el empresario dio estos dos días hizo hincapié en la causa de los cuadernos de la corrupción. También dijo que si el fiscal Carlos Stornelli no se presentaba a indagatoria en la causa de espionaje ilegal él no tenía porque ir al juicio. Dirigente peronista, ex diputado nacional y ex asesor del presidente Carlos Menem, Samid sabe de política.
Y la segunda jurídica: las defensas sostienen que el domingo la causa prescribe. Y se especula que la semana que viene cuando se retome el juicio puedan hacer ese planteo. Pero otras fuentes judiciales señalaron que en rigor la prescripción entrará en vigencia recién el año que viene. Será una discusión jurídica.
Samid también acusó al fiscal Pérez Barberá que en una de las audiencias le pidió 1.800.000 dólares para no acusarlo. Nadie da crédito a esa imputación. "Si lo hubiésemos escuchado o sabido seríamos los primeros en denunciarlo", le dijeron a este medio otras defensas del caso. A eso se suma que el empresario no hizo la denuncia penal.
Inclusive en la audiencia que se realizó ayer cuando el fiscal ingresó a la sala saludó a D´Attoli y le agradeció por sus palabras en un programa de televisión. El abogado había desacreditado los dichos de su cliente. Inclusive le dijo al tribunal que iba a renunciar a la representación de Samid. Pero no se lo permitieron porque significaría dejarlo sin defensa en la etapa final del juicio. D´Attoli adelantó que lo hará cuando termine el juicio.
Sin Samid el juicio se reanudó ayer. La querella hizo lo que se conoce como las réplicas de los alegatos de las defensas. El proceso continuará el próximo miércoles a las 10 de la mañana cuando las defensas hagan las "dúplicas" y se espera que planteen la prescripción del caso. La primera será la de Samid.
En otra audiencia a fijar, el tribunal citará a los acusados a dar sus últimas palabras. Una posibilidad es que haya una audiencia por acusado a la espera de la detención de Samid.
Si al momento del veredicto el empresario sigue prófugo, se dictará sobre los otros acusados y no él. Así, cuando sea detenido, deberá ser sometido a un juicio oral.
"Estos tipos me quieren ir a hacer tomar agua podrida en Ezeiza, como están haciendo los muchachos. A los 71 años no voy a ir a tomar agua podrida. Si me agarran, mala suerte", dijo el empresario en los medios. Ayer también negó la información oficial: "Estoy en la Argentina, en una provincia peronista, en una estancia que tiene 100 mil hectáreas. Acá no se puede entrar porque tienen que pasar 14 tranqueras".