"Aprendí de los errores. Mi soberbia me hizo creer que los votos eran un cheque en blanco. Me dolieron las derrotas. Las sufrí como un fracaso. Me volvieron más sincero y humilde. Quiero pedirles disculpas a los que se sintieron decepcionados por mí. Hoy siento que maduré y que estoy más preparado que nunca para gobernar el país". La hilera de palabras no demoró más que algunos segundos. Tiempo en el que hubo absoluto silencio entre los presentes en el pabellón Frers de La Rural. Sergio Massa hizo una autocrítica pública. Se sinceró y se corrió del mensaje político que tiene grabado en su memoria.
El líder del Frente Renovador habló durante una hora frente a la primera línea del espacio político, ex combatientes de Malvinas, dueños de pymes e integrantes de los equipos técnicos que tiene el massismo en áreas como seguridad, economía y comunicación. Desde las primeras filas lo siguieron sus padres, su esposa, Malena Galmarini, los principales diputados del espacio y el psicólogo Gabriel Rolón.
En lo formal hizo un repaso por 10 políticas de Estado que definirían su posible gobierno. Hizo hincapié en las falencias del sistema de educación pública, las necesidades de los jubilados, la igualdad de género, el cuidado del medio ambiente y la presencia del Estado en las gestiones de gobierno. Propuestas de campaña que estuvieron acompañadas de definiciones políticas que tienen sentido dentro de las negociaciones que el peronismo, en todas sus variantes, lleva adelante a pocos meses de las elecciones.
La autocrítica de Massa estuvo seguida de la confirmación de su precandidatura presidencial. Fue conciso. "Quiero ser presidente.
Necesitamos otro gobierno, otra política", dijo subiendo el tono de voz y entre aplausos. Lo dejó en claro. Por las dudas de que alguno de sus rivales internos en Alternativa Federal pensara que su candidatura no iba a llegar hasta el final. Fue una declaración envuelta en convicción. Está seguro de que puede ser el ganador de una interna del peronismo federal y no se moverá de esa postura hasta que las encuestas marquen lo contrario.
Tanto Massa como Urtubey, los dos precandidatos mejor posicionados de Alternativa Federal, tienen en claro que los números son los que mandan en el peronismo y que la definición de candidaturas estará atada a los resultados de las consultoras. El hombre que despierta más dudas es Roberto Lavagna y, en definitiva, las especulaciones sobre bajar o no una candidatura se tejen entorno al posible crecimiento del proyecto político del ex ministro de Economía. Si la situación sigue como hasta ahora, con los tres separados por pocos puntos en las encuestas, para resolver la fórmula presidencial no habrá más salida que una PASO.
El mensaje encubierto hacia el economista fue la confirmación de que en el peronismo federal habrá primarias. Con Marco Lavagna, diputado del Frente Renovador y uno de los pocos integrantes que conviven en el círculo político del ex ministro, sentado en la primera fila del salón, Massa expuso sus diferencias con Roberto Lavagna y reafirmó la decisión que tienen todos los gobernadores y legisladores que forman parte de Alternativa Federal. Los candidatos se definen en una PASO. No hay lugar para candidaturas de consenso. Al menos, por ahora.
"Estamos dispuestos a dejar todo y dejar que la gente elija en las PASO a quien considere que deben ser los candidatos", aseguró. Y luego, con el fin de dejar en claro su postura a futuro, afirmó: "Yo voy a estar donde me pongan los votos". Si no logra liderar, el ex intendente de Tigre está dispuesto a acompañar. En definitiva, esa es la lógica que ha atravesado al peronismo a lo largo de la historia, aunque no siempre se cumpla.
El mensaje a Roberto Lavagna fue claro. Si quiere ser presidente y participar de Alternativa Federal, primero deberá sortear el escollo de las PASO. Pero el economista no está dispuesto a hacerlo. Entiende que es un desgaste innecesario y que, por ahora, ninguno de los otros espacios que competirán en las elecciones tienen programadas disputas internas. El escenario se le presenta complicado. Si su candidatura no logra tomar el suficiente volumen para obligar a que Massa y Urtubey bajen las suyas, el camino solo tendrá una salida y deberá rever su postura.
El vínculo entre Massa y Lavagna es cordial, pese a las tensiones políticas naturales que se generaron luego de la aparición del ex ministro de Economía en el escenario preelectoral. Pocos días atrás, el propio Lavagna mantuvo un encuentro con dos de los legisladores más cercanos a Massa. Fue una forma de limar asperezas que sobrevuelan la relación aunque que ambos eviten confirmarlas.
Massa encabezó un acto en el que solo participó el Frente Renovador. Una muestra de que el ex legislador cuenta con espacio propio. Es el único que tiene representantes en suelo bonaerense. Conserva diez intendentes y un puñado de legisladores provinciales que, sumados a los diputados nacionales y los equipos técnicos, mantienen vivo el esquema político formado en 2013. El massismo es la pata bonaerense que tiene Alternativa Federal. Sin embargo, Massa no está dispuesto a competir por la gobernación de Buenos Aires. Su proyecto, como en 2015, rompe las barreras de la provincia.
Durante el acto el tigrense evitó nombrar a Cristina Kirchner y el kirchnerismo. Apuntó contra el gobierno de Mauricio Macri y repasó lo que consideró los puntos débiles de la gestión de Cambiemos. Hubo un mensaje dirigido a la ex Presidente y el actual mandatario. "Jugaron a la grieta política y la llenaron de pobres", advirtió.
El objetivo quedó expuesto otra vez en esas palabras. Romper la grieta, combatir la polarización y darle volumen a una alternativa. Como hace poco más de tres años, cuando se lo tragó el contrapunto entre Macri y Cristina. Ahora, cree, el contexto es distinto y las posibilidades de crecimiento de una tercera vía se multiplicaron.
En el final del evento un grupo de colaboradores entregó un libro que detalla las diez políticas de Estado que el ex intendente propuso y una remera blanca con una bandera argentina en el medio y una inscripción precisa que confirmaba lo expuesto en la tarde de feriado: "Massa Presidente".
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