-"Yo sé dónde trabajas", dijo el hombre que andaba siempre en camionetas lujosas y que terminaba de dejar a su hija adolescente en el colegio de Canning.
–Ah bueno. Si sabés dónde trabajo, no digas nada porque yo no ando diciendo por la vida donde trabajo. Es lo primero que nos enseñan.
El que bajaba de la camionera e iniciaba el diálogo era Marcelo D'Alessio. El que le pidió discreción fue Rolando Barreiro, un entonces agente de la AFI a quien D'Alessio tenía agendado como "Rolo De la DEA" y que ahora está preso acusado de ser miembro de la supuesta red de espionaje político que investiga el juez de Dolores Alejo Ramos Padilla.
La escena en la puerta del colegio, adelantada el viernes por Infobae, fue en 2015 y forma parte de la extensa declaración que prestó durante el fin de semana Barreiro, distribuida por capítulos, como en una novela que aún no termina. ¿Por qué? Porque luego de las distintas afirmaciones que hizo Barreiro en su indagatoria, aun resta saber qué pasará con la información que aportó como "arrepentido", la figura legal que se hizo famosa con el caso de los cuadernos de la corrupción.
En su indagatoria, que se extendió entre el sábado y el domingo, Barreiro habló durante horas de cómo era su relación con D'Alessio, a quiénes decía reportarle, a quiénes conocía, por qué le presentó al fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone y de las operaciones que, según dijo, hacía el falso abogado a quien consideraba como un espía con contactos con el Ministerio de Seguridad y los Estados Unidos.
Relató detalles que escuchó sobre investigaciones que D'Alessio le habría hecho a jueces, de sus vínculos con la diputada Paula Olivetto, del trabajo que se habría hecho sobre la ex abogada de Leonardo Fariña y de sus nexos con periodistas. También relató el día que fue al "estudio" de D'Alessio y vio colgado un diploma de abogado de la Universidad de Buenos Aires.
Pero su declaración se interrumpió a las 13:30 del domingo para negociar con la fiscalía de Dolores convertirse en arrepentido. No fue un trámite fácil: el fiscal Juan Pablo Curi insistió en todo momento en que se podía estar violando la ley de inteligencia y que se necesitaba una autorización expresa del presidente Mauricio Macri para relevarlo del secreto de Estado.
Pero la defensa de Barreiro se plantó y exigió su derecho a negociar el acuerdo de colaboración que rige para cualquier imputado. Máxime, dijo la defensora, cuando Barreiro habla de hechos que ocurrieron luego de prestar servicios en la AFI. Con un acuerdo preliminar con la fiscalía, los dichos de Barreiro prometen todavía más misterios y especulaciones. Todavía no fueron llevados al juzgado para poder analizar su homologación e incorporarlos oficialmente a la causa. Por lo pronto, el acuerdo de imputado-colaborador se basa en confesar una serie de hechos delictivos en busca de la menor condena posible cuando llegue el juicio oral.
El rol de Barreiro en la AFI y en la organización de D'Alessio
Barreiro tiene 37 años. Soltero, vive con su mujer embarazada de ocho meses y sus tres hijas en la casa de su madre, en Canning. Hoy está desempleado. No recuerda su celular y no tiene casilla de mails. Tampoco tenía dinero para pagar a un abogado cuando se enteró que le habían allanado su casa y lo estaban buscando. Por eso, dijo, tardó dos días en presentarse al juzgado, sin haber buscado fugarse.
Lo mantiene su esposa que tiene un jardín de infantes. Trabajó en la ex SIDE desde el 2002 hasta el 2016. Reportaba en el sector de Contrainteligencia, un área que supo comandar hasta su salida el espía más famoso de la Argentina, Antonio "Jaime" Stiuso. En su indagatoria, desmintió que lo llamaran "El Francés", como se dijo la semana pasada, "un apodo al que se recurre cuando siempre aparece alguien de la AFI involucrado". También aseguró que nunca había sido delegado de la AFI en Miami. Es más: afirmó que nunca pisó suelo de Estados Unidos y ni siquiera tiene VISA. Solo viajó varias veces a Florianópolisis, siempre de vacaciones con su familia.
Sí, aclaró, estuvo un año en la delegación del aeropuerto de Ezeiza, donde era uno más. "Jamás fui jefe de nada en la AFI y eso se puede ver de mi legajo personal. Parecería que era un alto funcionario que se jubiló de ahí y eso es mentira. Renuncié por mis propios medios en el 2016", remarcó ante el juez, su abogada, el fiscal Curi y la fiscal coadyudante.
Se fue de la AFI porque estaba cansado, aunque en su declaración no dio detalles de lo que hacía o si hubo un disparador para emprender su retirada. No podía: esos datos formaban parte de su secreto como agente. Lo que sí dejó en claro es que su legajo era impecable. Y que su principal condición como agente es ser apolítico. "Lo primero lo que te adoctrinan es a no tener ideología política y a la disciplina del secreto, por lo que desde los 20 años no tengo ningún tipo de direccionamiento político porque trabajé con la misma intensidad tanto para el gobierno de Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y el año que me tocó con Mauricio Macri".
La vida como ex agente. Cuando dejó la AFI quería armar su propia agencia de seguridad, pero nunca lo concretó. Para ese entonces ya había conocido a D'Alessio que le decía que cuando Macri asumiera lo iba poner a dirigir ENARSA, en donde él ya había trabajado, y lo llevaría con él.
El contacto con Patricia Bullrich. También D'Alessio le contó que le había ofrecido a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich un proyecto sobre narcotráfico, secuestro y equipamientos pero a los cuatro días le admitió que la ministra no le había dado "mucha bola". "El contacto con Patricia Bullrich existió; él me mostró los mensajes con ella. También hablaba mucho con la secretaria de Bullrich. Era muy verborrágico siempre para demostrar que él tenía esa llegada", dijo Barreiro. Recordó que hasta en Cronica TV había salido que D'Alessio había ayudado en la entrega de Marcelo Mallo, el ex jefe de Hinchadas Unidas Argentinas.
Seguridad en country. A la espera de un trabajo en el Gobierno, D'Alessio le ofreció ser asesor de seguridad en el country Saint Tomas Este y Oeste, de Canning, que el falso abogado presidía. Barreiro estuvo allí entre marzo de 2017 y febrero de 2018, hasta que se fue porque solo hicieron el 10 por ciento de las iniciativas que él había sugerido.
La acusación. El juez Ramos Padilla lo acusa de haber sido parte de la organización que integraron Marcelo D'Alessio, los ex policías bonaerenses Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi y otras personas para realizar distintas tareas de inteligencia criminal espionajes ilegales maniobras coactivas intimidaciones y extorsiones. "Nunca formé parte esa organización porque no tengo relación con Bogoliuk y Degastaldi", dijo. A Degastaldi solo lo trato cuando fue a cambiar un cheque a la oficina de D'Alessio y recordó que lo había conocido en la Delegación de San Isidro trabajando para la AFI, en circunstancias que no reveló por razones de seguridad. Sostuvo que él no es el "R.B." al cual D'Alessio le reportaba sino que era Bogoliuk. Añadió que éste, a su vez, reportaba a una persona llamada Pablo Piamonti y quienes -según el falso abogado- le habían prometido armar una dirección de asuntos complejos en la AFI que él comandaría.
Bidone. Al fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone sí lo conocía. Bidone aseguró en una declaración testimonial que después terminó comprometiéndolo que había conocido a D'Alessio a través de Barreiro, un agente que había participado en la investigación del Triple Crimen. Y aseguró que creyéndolo un agente de inteligencia, con nexos en la DEA, le entregó información oficial sobre movimientos migratorios y comunicaciones de Gabriel Traficante y Pedro Etchebest. Esos dos empresarios denunciaron haber sido extorsionados por D'Alessio. Hoy Bidone fue suspendido en su cargo, se enfrenta a un pedido de jury, ya sorteó una indagatoria en Comodoro Py por el caso Traficante y el lunes próximo tendrá que presentarse ante Ramos Padilla.
"Cuando lo presenté al fiscal Bidone con D'Alessio yo ya no estaba más en la AFI. Habrá sido mitad del 2016. Además Bidone ya no era el fiscal de la causa del Triple Crimen porque eso ya lo tenía la jueza (María) Servini de Cubría (sic). D'Alessio decía que trabajaba para el Ministro de Seguridad, la AFI, la Embajada de los Estados Unidos haciendo reporte de narcotráfico. Me hablaba del caso del Triple Crimen, me decía que él sabía quién fue el que mató a estos tres muchachos. Me decía lo que faltaba y demás a lo cual yo le dije yo conozco al fiscal que investigó el triple crimen", contó Barreiro en su declaración. Incluso, Barreiro contó de las quejas que le hacía saber D'Alessio sobre el fiscal de Mercedes. "Me tiene podrido hasta quiere que le pague los pasajes a Cancún. Parece que ahora le gusta viajar", dijo.
PDVSA y Mafia de los contenedores. Barreiro aseguró que ni sabía quién era el ex directivo de PDVSA, Gonzalo Brusa Dovat, y desmintió las acusaciones de Palomino Zita y Saturnino Costa que lo vinculan directamente con un apriete en el marco de la causa de la mafia de los contenedores. Barreiro aseguró que fue con D'Alessio a hablar con el juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky y le dieron a entender que podía quedarse tranquilo luego de haberse visto envuelto en un episodio con un contanair judicializado.
Periodistas, empresarios y Natacha Jaitt. Barreiro también habló de los vínculos de D'Alessio con una serie de periodistas, sobre los que detalló encuentros y hasta anécdotas. También mencionó contactos del falso abogado con empresarios del rubro de los medios. En tanto, aseguró que D'Alessio le contó sobre Natacha Jaitt y para quien trabajaría.
Lilitas y opositores. Consultado sobre el tema, Barreiro aseguró que sabía que D'Alessio hablaba con la diputada Paula Olivetto. "por teléfono, por mensaje" y que según le contó se reunía con ella en el Congreso. "Con Elisa Carrió me dijo que estuvo en un par de oportunidades". Según lo que relataba D'Alessio, "Olivetto le pedía información sobre la política", puntualmente "datos sobre los opositores". Barreiro dedujo que esos datos serían para ser llevados ante Carrió.
Corrientes. Cuando todavía estaba haciendo seguridad en el country, D'Alessio recibió en su casa a un senador del Bloque Justicialista, Carlos "Camau" Espínola y a un periodista. Según la versión de Barreiro, se buscaba hacer una operación contra el ex gobernador de Corrientes, el radical Ricardo Colombi, y contra el actual gobernador, Gustavo Valdés. Afirmó que D'Alessio le pidió "un plan de ideas". Después tuvieron una reunión en el Congreso en donde el falso abogado fue con un empresario que se dedicaba a la venta de tecnología segura y, tras sacar un par de tablets y celulares, le aseguraban que podían encriptar conversaciones para hacerlas "anti-escuchas". Para demostrarlo, D'Alessio le dijo al senador con quién se había comunicado en las últimas horas y cuánto habían durado sus conversaciones.
Farsante. "Cuento todo esto porque primero en el momento esto me daba más credibilidad en el tipo de que era el agente de la AFI, el Ministerio de Seguridad… Por qué no podía ser que estuviera tocando temas tan sensibles como invitaron a un senador a su casa o teniendo reuniones con él por cosas así", dijo en un momento Barreiro. "Yo creí que era abogado, creí que era agente del AFI orgánico o no, me demostró siempre tener los contactos suficientes. Creí que trabajaba para el Ministerio de Seguridad, por su relación con Patricia Bullrich por lo cual creí que todas las actividades que él realizaba, tareas investigativas de las cuales él se jactaba, tenían un marco legal. Hoy me parece que es un farsante".