El primer día de la visita de Estado de los reyes de España terminó bastante mejor de lo que fue la llegada, en la noche del domingo, con los insólitos episodios del roce de los aviones oficiales de ambos países y la demora en la llegada de la escalera para que bajen Felipe VI y Letizia Ortiz. A todo glamour, en el gran salón de homenajes del primer piso del CCK, 400 personas se pusieron sus mejores galas para la comida en homenaje de los invitados convocada por el Presidente y la Primera Dama.
En la mesa central, Mauricio Macri y Juliana Awada, el rey y la reina, Marcos Peña y su esposa Luciana Mantero, el canciller argentino Jorge Faurie y el español Josep Borrell. En la mesa 2, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, que no habló con nadie, aunque estaba junto al embajador argentino en Madrid, Ramón Puerta, y el embajador español en Buenos Aires, Javier Sandomingo y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.
En la mesa 3, una distinguida Mirtha Legrand, a la que sentaron junto a Mario Vargas Llosa. Ahí mismo también pudo verse al presidente del PRO, Humberto Schiavoni, aplaudiendo con euforia al Presidente, y al gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, que no aplaudió en ningún momento y se la pasó mirando el celular. Otro gobernador de provincia opositora, Gustavo Bordet -Entre Ríos-, sí tuvo el cuidado de aplaudir las palabras presidenciales.
Más verborrágicos estuvieron en la mesa 4, donde se lo vio a Nicolás Caputo, que ante una consulta de Infobae dijo que su presencia es meramente protocolar y que no volvió a asesorar a su viejo amigo. Incluso se vio de buen humor al empresario Daniel Awada, hermano de la Primera Dama. También el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, exultante porque España volvió a reafirmar su compromiso con la Argentina, a pesar de la coyuntura adversa.
La gobernadora María Eugenia Vidal no fue de la partida, aunque sí estuvo el secretario general de la Gobernación, Fabián Perechodnik. Tampoco estuvo el jefe de Gabinete de la Gobernadora, Federico Salvai, aunque sí se la vio a su esposa, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
La agenda de los reyes fue intensa. Arrancó con el homenaje al Libertador General San Martín, donde, acompañados por Faurie, depositaron una ofrenda floral por la mañana. Desde allí, partieron a la Casa Rosada, donde fueron recibidos por Macri y Awada, para inmediatamente pasar a la foto oficial y un saludo protocolar de bienvenida.
De allí, Juliana y Letizia se dirigieron al despacho del Presidente donde conversaron de sus asuntos de interés (ver la sección Círculo Rojo), mientras Macri y Felipe VI se dirigieron a una reunión de trabajo que se desarrolló en el Salón de los Científicos donde el rey se interesó especialmente en escuchar el análisis de la situación económica y comercial de la Argentina de parte de Dujovne y el ministro de la Producción, Dante Sica.
Pasado el mediodía, Macri y su esposa invitaron a los reyes a subirse al helicóptero presidencial para dirigirse a la residencia presidencial de Olivos, donde mantuvieron un almuerzo privado del que fue imposible obtener información, salvo que transcurrió con normalidad y empatía de ambos lados.
Luego, los reyes partieron al Congreso de la Nación, donde fueron recibidos por el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, en ausencia de la vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti, que está en visita oficial en Japón.
Al respecto, Felipe VI destacó en su discurso en el CCK la realización del Congreso Internacional de Discapacidad que tendrá lugar en junio y felicitó a Michetti por los esfuerzos en mantener esa agenda y darle relevancia global.
Un párrafo del discurso de Macri que seguramente pasó inadvertido es cuando rescató que este año se cumplen los 500 años de "una de las más grandes gestas de la humanidad", la primera vuelta al mundo, que inició Fernando de Magallanes, que murió en un archipiélago de Filipinas, después de cruzar el estrecho que lleva su nombre luego de superar severos motines.
Se trató de una flota que partió el 10 de agosto de 1519 de Sevilla y la primer circunvalación la concluyó Juan Sebastián Elcano, que desembarcó en Sevilla con 18 hombres de los 237 hombres que habían partido.
España tiene especial interés en destacar la hazaña porque fue financiada casi en su totalidad por la corona española, más específicamente por Carlos I, tal como quedó demostrado a través de una carta que el navegante le envió al monarca a su regreso.
Para terminar la noche en el CCK, nada mejor que el tango. Guido Palacios y Florencia Zárate Castilla, consagrados campeones mundiales de tango escenario en el 2013, bailaron para los homenajeados dos clásicos, "Gallo Ciego" y "La Cumparsita.