El avión Airbus 310 de la Fuerza Aérea Española en el que viajaron Felipe VI y doña Letizia aterrizó poco antes de las 21 en el aeroparque metropolitano bonaerense Jorge Newbery.
La aeronave rodó por la pista hasta el lugar en el que sus ocupantes tenían que descender, y hasta la puerta del avión se acercó una escalera de bajada. Sin embargo, la escalera no alcanzaba la altura de la puerta y fue retirada del avión a la espera de una solución que llegó casi una hora después de que aterrizara.
Según publicó la agencia EFE, los reyes pudieron descender gracias a una escalera del avión del presidente de Argentina, Mauricio Macri, que se encontraba guardada en un hangar y a cuyo interior se tardó en acceder debido a que no se disponía del mecanismo necesario para ello.
Después de acoplarse esa escalera a la puerta del avión, poco antes de las 22 los reyes pudieron descender del mismo junto al resto de la delegación que los acompaña.
A pie de pista les esperaron durante todo ese tiempo el ministro de Asuntos Exteriores español, José Borrell (quien había viajado previamente a Buenos Aires para protagonizar diversos actos) y su par argentino, Jorge Faurie.
También estuvieron, entre otros, el embajador español en Buenos Aires, Javier Sandomingo, y el de Argentina en Madrid, Ramón Puerta.