Bajo total sigilo, el viernes por la tarde ingresó el auto de Elisa Carrió a la residencia Presidencial de Olivos por la puerta que da a la calle Villate. Iba a ver a Mauricio Macri y tenía un objetivo preciso: terminar de convencer al Presidente de la conveniencia de romper Cambiemos-Córdoba para habilitar la candidatura a gobernador de Mario Negri, que previamente había impugnado las internas que tendrían que haberse realizado el próximo domingo 17 de marzo, para llegar a tiempo con la inscripción de los candidatos, que tiene que hacerse el sábado 23 de marzo. Se sabe: las elecciones en esa provincia son el 12 de mayo.
Ya estaban dados todos los pasos, el senador Ernesto Martínez, del Frente Cívico (el partido de Luis Juez) se había presentado ante la justicia electoral para impugnar el comicio interno, y se había convocado a una reunión de la mesa nacional de Cambiemos que iba a desarrollarse el lunes en el despacho del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Pero todavía había que convencer al Presidente de que valía la pena arriesgarse a perder la provincia, incluso la capital cordobesa, a cambio de evitar que Ramón Mestre fuera el candidato de Cambiemos.
Macri nunca comprendió del todo el desbarajuste que se armó en la provincia de Córdoba, donde había chances de ganar. Ahora, está claro, ganará Juan Schiaretti, un viejo amigo del Presidente con un vínculo bastante deteriorado en los últimos tiempos, sobre todo desde que el gobernador cordobés mandó a través del EPEC una carta diciéndoles a los cordobeses que como el Gobierno nacional había eliminado un subsidio a la electricidad, ahora se haría cargo el provincial de esa erogación, lo que en Casa Rosada aseguran que es falso.
Pero Macri, sobre todo, tenía la expectativa de que Cambiemos conserve, por lo menos, la gestión de la capital cordobesa, hoy en manos de Mestre. Con dos candidatos a intendente, Luis Juez por la alianza Negri-Héctor Baldassi, y Rodrigo de Loredo por la fórmula Mestre-Carlos Briner, lo más probable es que gane el peronista Martín Llaryora, ex intendente de San Francisco y actual diputado nacional por Unión por Córdoba. Mucho más ahora que, incluso, quien fuera la mano derecha de Juez en el Frente Cívico, Juan Pablo Quinteros, renunció a su banca y al FC, para competir por la intendencia cordobesa, con otro sello partidario.
¿Qué le dijo Carrió a Macri para convencerlo de avalar la ruptura de Cambiemos en la provincia de Córdoba? Nadie quiso dar detalles, pero se supone que le habló muy mal de Mestre y también del presidente de la UCR, el gobernador Alfredo Cornejo.
Lilita está convencida, y parece que logró que el Presidente piense algo similar, de que existe una conspiración para limar el poder presidencial.
Imposible conocer la veracidad de esta conjura que, en principio, suena más a distintas maneras de analizar la construcción política: no necesariamente una confabulación para derrotar a nadie. Como sea, el Presidente estuvo de acuerdo en que se habilite la ruptura de Cambiemos en Córdoba y el lunes hubo una reunión de dos horas en el despacho de Peña donde se acordó un comunicado que le dio legitimidad de la coalición a la ruptura.
Ese quiebre, finalmente, fue oficializado hoy con la presentación de Córdoba Cambia como alianza que postula a la fórmula Negri-Baldassi, y anticipó Infobae. Mestre, por su lado, se presentará con la lista 3, de la UCR, por lo tanto no tuvo que oficializar ninguna alianza y tiene tiempo hasta el 23 de marzo para presentarla.
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