Fue una maratónica jornada de férreos apoyos en bloque, de recorridas por las obras públicas de la capital neuquina, incluidos el primer metrobus patagónico que se estrenará en dos meses y el portento firmado por Mario Roberto Álvarez como señera sucursal sureña del Museo Nacional de Bellas Artes. Toda una audacia del intendente radical Horacio "Pechi" Quiroga, convertida en ícono cultural para locales y extranjeros sin vías de acceso a las grandes gramáticas de las artes plásticas.
Pero antes hubo un espacio medular para el intercambio y el contacto mano a mano con unos 220 votantes indecisos. Jóvenes, empresarios, empleados municipales y librepensadores sin afiliaciones políticas definidas que el domingo podrían adherir a un cambio en una provincia gobernada hace casi 60 años por el Movimiento Popular Neuquino. Una suerte de PRI patagónico, de cuño neoperonista pero con identidad netamente neuquina.
En mesas temáticas de diálogo fluido, el Casino Magic copado por las huestes de Quiroga albergó como teatro de operaciones a una encumbrada dirigencia radical que viajó este miércoles a respaldarlo, en el final de la campaña electoral.
La comitiva radical, liderada por los economistas Alfonso Prat Gay y Martín Lousteau, y secundada por los candidatos a gobernadores Eduardo Costa (Santa Cruz), Daniel Kroneberger (La Pampa) y la postulante a vicegobernadora por Río Negro, Flavia Boschi, expresaron su pública adhesión a Quiroga con elogios que cualquier otro candidato hubiera envidiado. "Uno de los mejores intendentes de la república", soltó Prat Gay, quien al igual que Lousteau, cuyos tíos se radicaron en esa provincia en los '60 en busca de oportunidades ascendentes, suele visitar ese bendecido enclave patagónico, que es la quinta provincia más rica del país. Y no sólo por su riqueza hidrocarburífera, también por su sobrecogedora geografía andina.
Fueron dos horas de debate político codo a codo con Quiroga, David Schlereth, el candidato a vicegobernador, y Leticia Esteves, primera candidata a diputada. Desarrollo económico, salud, educación, gasto público, infraestructura, el despegue sustentable de Vaca Muerta, junto a la necesidad de diversificar una matriz económica y abrirla a otros sectores productivos de manera que, cuando los recursos naturales se agoten, las próximas generaciones sepan lo que es agregar valor, exportar, brindar servicios de calidad y no quedar marginados por los avances tecnológicos, fueron los ejes de la discusión.
Sin tecnicismos y enfrentando el desafío del diálogo mano a mano, Prat Gay y Lousteau, las figuras más demandadas entre los votantes neuquinos, según testigos que reconstruyeron los hitos de esa jornada, expusieron por qué Neuquén con una visión de desarrollo estratégico puede convertirse en una provincia próspera para los ciudadanos. La receta: buena administración y resguardo del caudal que arrojan las regalías hidrocarburíferas para destinarlas a obras de infraestructura, fondos anticíclicos y al desarrollo integral de la provincia y no agotarla en los gastos corrientes.
Se habló de futuro, de la reconvención y diversificación de la matriz económica y de la posibilidad de un cambio. Cuánto de eso puede capitalizarse en votos es incierto. Pero los esfuerzos radicales mancomunados apuntaron a eso y a evitar cualquier referencia a la feroz interna que se vive en Cambiemos.
El senador Costa parangonó a Santa Cruz con Neuquén por su larga historia de gobiernos peronistas y sin otros preámbulos arengó por la alternancia política. Le hablaba a los votantes indecisos, evocando el "saqueo de la corrupción kirchnerista en Santa Cruz" para que Neuquén no emule el atajo populista, dijo. "Lo que tenemos que hacer los santacruceños y neuquinos es cambiar y apostar a la alternancia política para ver todo lo que puede hacerse en provincias que en realidad son ricas pero que viven sin servicios públicos de calidad y sin educación", disparó Costa al referirse a uno de los mayores flagelos provinciales donde con los paros docentes se perdieron el año pasado tres meses de clases.
Sobrevino luego la intimidad de un almuerzo a puertas cerradas en el que se habló del clima electoral, la crisis económica y las chances de que Cambiemos vuelva a ser gobierno a nivel nacional. Allí se sumó un radical de pura cepa: Enrique "Coti" Nosiglia. En el entorno de Quiroga no dejaron trascender detalles altisonantes entre los presentes que disipen el foco de la contienda electoral provincial. No quieren más enredos ni golpes de los que la crisis económica ya achaca entre los votantes. Entre bruschettas de jamón crudo y ojo de bife con champiñones, los radicales tuvieron su espacio de reserva para discutir las vicisitudes en el frente nacional sin filtraciones.
Más tarde recorrieron las obras de infraestructura, desvelo de Quiroga, y grandes obras de inversión privada y municipal como el monumental Hilton en la zona céntrica y la nueva sede de la intendencia levantada en un enclave antes ocupado por tomas ilegales. De allí la comitiva se trasladó a Centenario para visitar el emprendimiento productivo Vista Alegre. El empresario Carlos Enrriquez fue quien logró transformar aquel viejo páramo en un vergel que ahora exporta cerezas al mercado chino.
"Hay que salir a buscar nuevos mercados para expandir la industria frutícola, ya que con riego y acceso al agua se puede expandir esa alicaída industria hace años ignorada por el boom de Vaca Muerta", insistió Quiroga. El intendente confía en que con inversión, Neuquén puede disputarle la hegemonía exportadora de frutas en el hemisferio sur a Chile, Australia y Nueva Zelanda.
El bloque radical se disgregó cerca de las 20. Lousteau grabó antes un spot para Quiroga y el conjunto prometió reeditar en bloque el convite neuquino para las elecciones en Santa Cruz, Río Negro, y La Pampa.
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