Comenzó su carrera en la Justicia como meritorio a los 19 años. Hoy tiene 49 y en el último tiempo le tocó trabajar en expedientes de alto impacto mediático. El fiscal federal Federico Delgado anunció que próximamente abandonará los tribunales de Comodoro Py. "Creo que mi ciclo como fiscal en la primera instancia está cumplido", le dijo a Luis Novaresio en A24.
"Me tocó trabajar mucho, casi siempre bien. En la cancha di todo. Pero en un momento los costos personales son tan altos que dejan de ser una frustración personal y empiezan a afectar la vida calidad de vida", explicó.
Y continuó: "Llega un momento en que uno tiene que saber que los cambios son necesarios. La Justicia necesita el oxígeno de los pibes. La Argentina a veces cansa y las situaciones también. Trabajar en un trapecio sin la red abajo cansa".
El fiscal contó que después de transitar "años duros" tiene intenciones de "ayudar desde otro lugar, contar experiencias, escribir el manual de la frustración y permitir que haya rotación".
Delgado dio a conocer esta decisión después de haber trazado un crudo panorama sobre el funcionamiento de la Justicia: "Es importante que la mayoría de la gente que se calla hable. Porque con el silencio también se construye. Es el momento de que la inmensa mayoría hable y pierda el miedo. La Justicia es demasiado seria para dejarla en manos de pocos tipos".
"La Justicia se divorció de la Constitución", "la ley se usa como un arma" y "estamos todos en libertad condicional", son algunas de las frases que Delgado utiliza desde hace algunos años para ilustrar el mundo en el que desempeña funciones. "La Justicia hace cualquier cosa menos justicia", resumió durante el reportaje.
"Hay una fenomenal empresa comercial montada en derredor de la cuestión judicial habitada por servicios de inteligencia, políticos, empresarios, periodistas, judiciales; esto viene desde hace mucho tiempo y es resultado de un proceso", describió.
"Estamos asistiendo a una degradación y en general la institucionalidad argentina tiene una gran crisis de autoridad, de legitimidad, la Justicia no escapa a eso y es tan grave como la economía, porque nos quedamos sin ningún lugar donde nos refugien", añadió.
"La ley se devalúa cada vez más, es casi lo que menos importa —sentenció Delgado—. Cualquiera hace cualquier cosa y no hay costos. Todo eso funciona porque hay una gran coalición de indiferentes que hacen que estas cosas se perpetúen en el tiempo".
Y graficó: "La Justicia se ha transformado en una cosa formal, un conceptualismo, y por debajo de esa fachada es un gran mar revuelto, y en un mar revuelto hasta el agua cristalina parece negra".