Todo lo que ocurre en política es observado por el Gobierno en función del delicado cuadro económico. Eso explica en buena medida las inquietudes que producen las disputas domésticas. Algunos, por supuesto, exageran: advierten que cualquier cuestionamiento o diferencia puede sumar al desgaste de la imagen presidencial. Como sea, la mayor preocupación de estas horas no remite al documento que acaba de producir la UCR, sino a la interna desbocada de Cambiemos en Córdoba. Ese es en estas horas el síntoma más agudo.
El enfrentamiento entre Mario Negri, jefe del interbloque de diputados nacionales –acompañado por el macrista Héctor Baldassi-, y el intendente Ramón Mestre llevó las cosas al borde del abismo. Hoy mismo, podría vivirse una situación de fractura con la cita de Junta Electoral que debería supervisar esta interna, librada a la organización de los partidos porque en Córdoba no rigen las PASO. Y no es descartable una reunión de urgencia de la mesa nacional de Cambiemos para tratar de intervenir en la pelea, algo que hizo hace un mes sin éxito. No sobra el tiempo: los comicios están convocados para el domingo 17.
El tema de la Junta Electoral parece realmente delicado. Está integrada por seis representantes de los partidos. Dos son del PRO, dos por el Frente Cívico y dos de la UCR, que responden a Mestre según ha dicho Negri con carga evidente. Las resoluciones sobre el comicio interno deberían salir por consenso, pero ocurre que los integrantes macristas y los del Frente Cívico podrían plantarse en que no están dadas las condiciones para votar. Eso pondría todo en situación de crisis extrema.
Es una elección abierta a afiliados e independientes, pero a la antigua en un punto sensible: toda la operatoria depende de las agrupaciones. El sector referenciado en Negri destaca que se consultaron tres empresas para brindar todos los servicios y fue imposible acordar con alguna por las restricciones de tiempo. Y de dinero, según trascendió. Mestre sostiene que deben hacerse aunque no está claro quién garantizaría la infraestructura, los controles y la transparencia. Sobre ese flanco pega la otra lista.
La discusión de fondo viene arrastre y naturalmente, es política. Hubo una etapa inicial en que se habló de acordar las listas en función de encuestas. Los sondeos, según números que circulan incluso en el PJ, favorecerían a Negri, pero Mestre terminó rechazando el criterio, plantado en su propia estructura y la de algunos socios. Está al frente de la principal intendencia, la de la ciudad de Córdoba.
Las gestiones desde el Gobierno no lograron frenar la disputa, siempre en ascenso. Mestre salió a destacar que Negri corría con respaldo nacional, a diferencia de su sector. Intenta aprovechar el inicial y módico impacto del triunfo del radicalismo sobre el macrismo en La Pampa y sintonizar con los sectores de la UCR críticos del Gobierno, como posicionamiento local. Negri sigue cultivando su perfil en Cambiemos, con juego propio, y exhibe encuestas que lo colocan bastante por encima de su competidor, con base para la carrera con el peronismo de Juan Schiaretti.
Los dos estuvieron el miércoles en la reunión radical de Corrientes. Hablaron con los gobernadores Alfredo Cornejo, Gerardo Morales y Gustavo Valdés, además de otros referentes partidarios. Sus interlocutores sólo hicieron pronósticos desesperanzados después de las conversaciones. "Así como están, termina muy mal para todos", fue la síntesis de un destacado dirigente radical.
La misma impresión había ayer en el Gobierno. La interna en sí mismo ya tenía una cuota de riesgo, por el modo en que quedó planteado mediáticamente la disputa. Colocaba a Macri jugando este partido, pero en un escalón muy superior al caso pampeano. Córdoba es el tercer distrito del país, además de ser una provincia que le dio éxitos y a la vez demandó muchos gestos al Presidente. "No estamos para permitirnos estas cosas. Para nada", advierte una fuente oficialista en obvia alusión a la mala pincelada política que podría sumarle al cuadro económico.
La posibilidad de que intervenga la mesa nacional de Cambiemos habría sido empujada en las últimas horas por algunos referentes del macrismo y también por Elisa Carrió, de abierta simpatía con Negri pero de voz y juego personales. No sólo apremia la fecha de la interna, dentro de diez días, sino además los tiempos que impone el calendario electoral de la provincia: el 23 de este mes deben ser anotados los candidatos.
La posibilidad de un final de juego con fractura constituía hasta anoche la principal fuente de preocupación en el frente interno, que viene exponiendo otras discusiones y posicionamientos. Incluso, había relegado el análisis sobre el documento radical dado a conocer en Corrientes, luego de la reunión de sus gobernadores, jefes legislativos y dirigentes nacionales, entre ellos Ernesto Sanz, socio fundador de Cambiemos.
El documento en cuestión sobrevino después de varias entregas, a veces contradictorias, sobre la alternativa de unas PASO nacionales con candidatos propios en competencia con el proyecto reeleccionista de Macri. En rigor, nadie cerró esa puerta en la cita correntina, aunque se ratificó especialmente la pertenecía a Cambiemos y se abrió de hecho un margen –hasta fines de abril o principios de mayo, cuando sea convocada la Convención partidaria- para fijar posición sobre las primarias. Eso, con el condimento de las críticas a los ajustes tarifarios en continuado y el reclamo de medidas para reavivar la producción.
¿Cómo puede impactar ese mensaje hacia fuera, en términos políticos pero también y sobre todo económicos? Nadie expresaba ayer juicios definitivos, aunque había malestar en ámbitos del Gobierno. No todos: otros preferían bajarle el tono. Un dirigente que participó de la elaboración del texto radical decía que "se cuidó palabra por palabra", pero destacaba que era necesidad política marcar posiciones pensando en la interna y también en el público radical. Una fuente del Gobierno afirmaba que la actitud en cuanto a las PASO ya les había sido adelantada por los jefes provinciales. Y sobre las tarifas indicaba que no había mucho margen y que la mayoría de los servicios, salvo el gas, ya es una cuestión provincial, no nacional.
Las conversaciones y también las señales cruzadas sumarán nuevas entregas, según se admite con realismo entre los socios de Cambiemos. Está claro que la marcha de la economía será determinante para el contexto interno. Y tampoco es un dato menor el impacto que podrían tener esas pulseadas en la economía. Doble razón para alimentar las preocupaciones sobre el desenlace del caso cordobés.