Como todo gran evento, lo que no muestran las cámaras suele ser lo más interesante. Y la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, donde el Presidente de la Nación brinda un discurso a modo de balance de su gestión y proyecciones a futuro ante la presencia de todos los diputados y senadores, ministros, gobernadores, miembros de la Corte Suprema, entre otros dirigentes, no es la excepción a la regla.
La actividad empezó antes de que arribara Mauricio Macri. El primero en llegar a la Cámara de Diputados fue Agustín Rossi (Frente para la Victoria) a las 9:36, casi una hora y media antes de que hablara el jefe de Estado. A los pocos minutos se hicieron presentes los senadores de Cambiemos Alfredo De Angeli, Laura Machado, Esteban Bullrich y Gladys González.
Ya para las 10, las bancas comenzaron a llenarse y los carteles a colgarse. El Frente de Izquierda, fiel a sus banderas, pegó cartulinas que rezaban "Abajo el régimen del FMI", "Basta de despidos" y "Afuera yanquis de Venezuela y América Latina". Por su parte, el kirchnerismo, como se esperaba, apareció con el hashtag #HayOtroCamino.
Al comienzo hubo una clara distinción de ánimo entre Cambiemos y la oposición. Los primeros se limitaron a sentarse y hablar entre ellos o quedarse callados en sus bancas a esperar al Presidente. En cambio, del otro lado del recinto los abrazos, las risas y las bromas eran moneda corriente. La situación se iba a emparejar cuando arribaran los miembros del gabinete.
Como suele ser costumbre, muchos legisladores aprovecharon para retratar el momento con una selfie. Esteban Bullrich encabezó la de los senadores de Cambiemos, todos sentados en primera fila. Cristina Álvarez Rodríguez, Soledad Vallejos y Mónica Macha hicieron lo propio en el Frente para la Victoria. Los diputados del oficialismo no se quedaron afuera: la dupla Fernando Iglesias y "Toty" Flores se fue con su placa. Y en el Frente Renovador Vanesa Massetani y Carla Pitiot también se llevaron su recuerdo.
Poco menos de media hora antes de ir a recibir a Macri, Emilio Monzó entró a la Cámara para acompañar a Gabriela Michetti en su discurso de apertura. Antes de sentarse, se cruzó con Elisa Carrió e intercambiaron unas palabras, a la distancia con tono amigable, con el diputado Juan Manuel López como testigo. La relación entre ambos está resquebrajada luego de que la diputada apoyara a Marcos Peña en la interna oficialista entre el ala política y el ala duranbarbista del Gobierno.
Los miembros de la Corte Suprema llegaron separados. Los primeros fueron Elena Highton de Nolasco, Carlos Maqueda y Horacio Rosatti. Carrió saludó efusivamente a los primeros dos. Detrás de ella pasaron Mario Negri, Graciela Ocaña, Jorge Enríquez y Juan Manuel López. Luego, con la llegada de Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz -presidente del cuerpo- se acercaron Guillermo Montenegro, Ángel Rozas, Julio Cobos, Waldo Wolff y Daniel Lipovetzky, entre otros.
Después fue el turno del gabinete nacional. Se acomodaron y rápidamente comenzó la caravana de diputados y senadores a saludar. Los más solicitados fueron Marcos Peña, jefe de Gabinete, Rogelio Frigerio, ministro del Interior, y Patricia Bullrich, ministra de Seguridad. También tuvieron su protagonismo Nicolás Dujovne, ministro de Economía, y Guillermo Dietrich, titular de la cartera de Transporte.
La presencia de gobernadores fue escueta: tan solo cuatro. Se sentaron a la izquierda del Presidente María Eugenia Vidal (Buenos Aires), Horacio Rodríguez Larreta (CABA), Gustavo Bordet (Entre Rios) y Gerardo Morales (Jujuy).
A las 11:02 ingresó Macri al recinto, aplaudido solamente por los diputados, senadores y funcionarios de su espacio. La oposición se mostró en silencio y levantó los carteles. Elisa Carrió estuvo ausente los primeros minutos porque había salido a fumar.
La primera ovación llegó rápido. A las 11:06, al grito de "vamos, Mauricio", su "hinchada" aplaudió y festejó que el mandatario llamaba a "cambiar las estructuras" del pasado. La respuesta de la oposición llegó al minuto, cuando el jefe de Estado contó que una mujer le escribió que no se había ido de vacaciones pero que tenía cloacas y agua potable: "No te cree nadie, Macri", fue de los pocos gritos que se alcanzaron a entender entre los murmullos y las risas irónicas. Cambiemos se defendía: "Shhhh" y "¡silencio!" fueron lo más populares.
Los tres reclamos que más veces bajaron desde la oposición en general y el kirchnerismo en particular fueron la inflación, la pobreza y situación que envuelve al fiscal Stornelli, acusado de estar involucrado en una extorsión a un empresario en la causa de los cuadernos de las coimas.
"Caradura", "Hagan algo, Macri", "¿En qué país vivís?", "¿Y las tarifas?", "¿Lo de Stornelli?", "¿Los aportantes truchos de Vidal?", "Vos estás mejor parado que hace tres años", fueron algunos de los gritos hacia el Presidente para remarcarle los temas que estaba evadiendo.
Hubo diez minutos en los que la Asamblea fue una montaña rusa. A las 11:11 Cambiemos protagonizó la primera ovación de pie. Macri resaltó haber impulsado un decreto para convertir en ley la extinción de dominio y la primera en pararse fue Elisa Carrió, que alentó al resto del bloque y de los dirigentes en los palcos. El ya clásico "¡Sí, se puede!" fue ensordecedor.
Luego el jefe de Estado se refirió a los consensos alcanzados en el Congreso siendo "el primer gobierno en tener minoría durante todo su mandato" y la reacción de la oposición llegó como un reflejo: "Miralo a Emilio", en referencia a Monzó, principal articulador del oficialismo en la Cámara baja, que en su discurso de comienzo de año reivindicó "la rosca política".
Y a las 11:18 fue probablemente el éxtasis del peronismo y la izquierda: Macri esgrimió la frase "bajó la inflación" para referirse a los primeros dos años de su mandato, lo cual generó una ola de risas y aplausos irónicos de los diputados, que hasta se levantaron de sus sillas como minutos antes lo habían hecho en Cambiemos.
La respuesta, inesperada, llegó desde el último piso de los palcos. Militantes del Gobierno cantaron "no vuelven más", lo que envalentonó al Presidente, que por primera vez se dirigió al Frente para la Victoria: "Hablan de ustedes".
A las 11:22 llegó la segunda ovación de pie, cuando Macri anunció el aumento de un 46% en la Asignación Universal por Hijo, que tendrá el aval del FMI. La tercera llegaría varios minutos después, cerca del final, a las 11:48: "¿Cómo puede ser que hayamos condecorado a Maduro?", se preguntó el titular del Ejecutivo, para luego condenar el accionar del presidente bolivariano y denunciar su ataque a los derechos humanos.
En el medio, a las 11:27, tuvo lugar el hecho destacado e inédito de la jornada. Joanna Picetti, diputada electa de Cambiemos que no asumió por "inhabilidad moral", irrumpió en el recinto cuando Macri hablaba sobre violencia de género y denunció, a los gritos, que contra ella ejercieron "violencia institucional" por no dejarla ocupar su cargo. Michetti le pidió que se retirara porque la Asamblea Legislativa "es para diputados y senadores en funciones", pero Picetti no solo permaneció sino que bajó más escalones para evitar ser echada.
Una empleada de la Cámara se le acercó para pedirle que se fuera, pero la mujer le replicó: "Perdón pero soy diputada". Mauricio Macri continuó con su discurso, aunque Picetti se llevaba todas las miradas, al menos por unos minutos. Luego, intercambió unas breves palabras con José Luis Gioja, José Mayans y Miguel Ángel Pichetto, a quienes tenía al lado. En una ovación de Cambiemos, el diputado oficialista Ezequiel Fernández Langan le gritó sin éxito "Joanna, Joanna" para pedirle que se fuera. Picetti permaneció hasta el final reprobando con la cabeza muchos tramos del discurso presidencial.
Los últimos minutos de la presentación de Macri fueron los más eufóricos. El propio Presidente se mostró intenso, en clara clave electoral y arengando a su tropa, que le respondió con vítores, de pie y hasta con lágrimas en los ojos por parte de Esteban Bullrich y Galdys González. Los palcos rebalsaban de optimismo al grito de "¡Argentina, Argentina!" y el corral de los ministros alentaba al unísono las palabras finales del jefe de Estado.
La imagen de la oposición fue la misma que al comienzo: levantó los carteles de #HayOtroCamino y se retiró disconforme con el discurso, al que, de manera unánime, calificó de "fuera de la realidad".
Fotos: Adrián Escandar y Maximiliano Luna